viernes, 8 de junio de 2012

Tratamientos sintomáticos... o paliativos

Querría dejar lo segundo como una opción lejana, y a la que nunca se vean obligados a recurrir estos directores de nuestros asuntos, investidos por obra y gracia de las urnas de un tremendo poder sobre vidas y haciendas (ajenas, por supuesto). Lo cierto es que da la impresión de que estos señores, a los que se les supone una formación integral e integradora, pastan con demasiada frecuencia en los prados de Internet y echan mano de las recetas caseras al más puro estilo empírico, ignorando qué resultados pueden obtener con su aplicación. Mero ensayo y error. Si sale barba, San Antón, si no, la Purísima Concepción.


Pero no pasa nada, porque al final, en caso de error, las responsabildades se diluyen como un azucarillo en un vaso de agua.




Las últimas decisiones tomadas por Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid levantan, en mi más humilde y descarriada opinión, una sospecha vehemente. Por un lado, los que están dispuestos a fusilarla pase lo que pase y haga lo que haga, aunque acierte, añadirán una prueba más al catálogo de sus afrentas supuestas o reales. Los que la apoyan incondicionalmente, pues eso, pondrán en marcha la máquina de aceptación acrítica, y andando, que la senda es larga y las tragaderas enormes.

Los que en algún momento intuimos que esta señora oía campanas pero no sabía de dónde venía su metálico gemido, que era cuestión de otorgarle un margen de confianza para que agudizara ese sentido tantas veces y en tanta gente atrofiado (por falta de uso) y emprendiera el camino que consideramos el correcto, por ser el único transitable sin atacar a la libertad, y a la vida como máxima propiedad del individuo, torceremos el ceño lamentando, “!Huy, casi, casi…¡”






La vehemencia de mi sospecha radica en la apariencia de demagogia que tiene el puñetazo sobre la mesa de la Presidenta. Todo el mundo va a aplaudir, abiertamente o en secreto, la reducción a la mitad del número de diputados de la Cámara autonómica, la eliminación de las subvenciones a sindicatos y patronal, el copago de las infraestructuras por parte de sus usuarios, así como el recorte de un 10% en el sueldo de cargos políticos y de un 3% en el de los empleados públicos, con el fin declarado de salvar los puestos de unos treinta mil interinos. Si las dos últimas medidas las puede adoptar el Gobierno de Madrid de forma unilateral, las tres primeras precisan un acto previo de pedagogía política, de creencia en la bondad de una idea determinada de ver las cosas, extremo que ninguno de nuestros próceres, sobre todo los que se alinean en las filas liberal-conservadoras, será capaz de poner en práctica con valentía más allá de la pura soflama (y Esperanza es una experta en dicha táctica), .

La eliminación del 50% de los diputados necesita el apoyo de una mayoría más absoluta que la que tiene ahora el PP en la Asamblea, es decir: el asentimiento de 3/4 de sus miembros, cifra a la que solo se puede llegar sumando los votos del PP, UPyP y… 6 escaños de la izquierda. Ergo, no creo que sea posible implementarla. De este fiasco, no obstante, saldrá reforzada Aguirre: “Mi intención era buena y la quería la gente, pero…”




Enfrentarse a las mafias sindicales y patronales así, en frío, sin caldear el ambiente, puede ser suicida. Las movilizaciones que provocará su mero enunciado, harian la vida imposible al sufrido madrileño. Lo mismo ocurre con exigir, por ejemplo, un peaje en las autovías de Madrid a los usuarios de las mismas o plantear un incremento de nueve euros por crédito en las matrículas universitarias. Mientras se acepte como dogma de fe que unos colectivos, mediante presión o amenazas, puedan obtener unos beneficios que se niegan al resto, no se podrá hacer nada. Y mientras se crucifique, como insolidario y egoísta, a quien defienda una disminución de los servicios públicos no imprescindibles mediante la financiación parcial de los mismos por parte de los que hagan uso de ellos, al mismo tiempo que exige la excelencia en las prestaciones básicas (educación y sanidad, lo que es perfectamente viable hoy en día), con el objetivo último de que la sociedad civil sea quien gestione sus propios asuntos, tampoco.
¿Estaría dispuesto el PP, en general, y Aguirre, en particular, a poner en práctica una política netamente liberal? No lo creo. De momento, parcheamos y enfrentamos la crisis con tratamientos sintomáticos sin tener la más mínima seguridad de que surtan efecto alguno. Atacar los síntomas de la enfermedad en un cuerpo que se supone sano, suele dar buenos resultados cuando ese organismo, por sus propios medios, tiene los instrumentos necesarios para defenderse de los agentes patógenos. Un simple dolor de cabeza, si no se sospecha la existencia de, digamos, un tumor cerebral, se alivia en casi todas las ocasiones con un analgésico más o menos potente.





¿Saldremos de la crisis reduciendo sueldos y eliminando cargos políticos? Si la terapia solo se limita a esto, evidentemente, no, aunque siempre ayuda y consuela el descubrimiento de un chivo expiatorio. Pero a nadie le gusta reconocerse en estado de enfermedad. Si estos gobiernos que se dicen liberales se empeñan en salvar bancos con nuestro dinero, para así poder ocupar (o seguir calentando) algún sillón en un Consejo, o pagar favores inconfesables, dando un pésimo ejemplo a la sociedad... Si se continúa en la tónica de exigir a esa sociedad toda una suerte de sacrificios, y ésta solo percibe irresponsabilidad e impunidad en los que han manejado miles de millones... Si después de una mala gestión, dichos malversadores se van a casa sin responder de los desaguisados con su patrimonio personal, se arriesgarán a un desprestigio tal de la clase política que más les valdría no haber nacido, por el daño irreparable que causarán a la convivencia entre los españoles. Si estos gobiernos que han criticado tanto a los equipos socialistas son incapaces de controlar el gasto público, de saber a quién y para qué se entregan cantidades ingentes de dinero, sin fiscalizar las instituciones que lo reciben con las necesarias auditorías que justifiquen debidamente el desembolso efectuado con el cumplimiento de los objetivos marcados, se expondrán al oprobio y al vilipendio, extendiendo un odio tal a lo político, que nos arriesgaremos a caer en manos de un iluminado, que no dude en afirmar, como aseguran dijo el General: “Vd. haga como yo: no se meta en política”





El caso es que, aunque parezca contradictorio, la parálisis ya está en marcha. Se ha abusado tanto de los  analgésicos y antiinflamatorios que los cirujanos de hierro no se han percatado de la existencia de un tumor que crecía y crecía, con ramificaciones terribles e insospechadas, y ya solo se puede echar mano de la morfina y esperar una muerte lo menos dolorosa posible.


Dejo aquí, tal cual nos ha llegado, un correo electrónico con vocación de cadena, que refleja la situación creada por unos y otros y la falta de alternativa:



“En tres días, la mayoría de las personas de este país tendrán este mensaje. Esta es una idea que realmente debe ser considerada y repasada para el Pueblo.

Ley de Reforma del Congreso de 2011 (enmienda de la Constitución de España)

1. El diputado será asalariado solamente durante su mandato. Y no tendrá jubilación proveniente solamente por el mandato

2. El diputado contribuirá a la Seguridad Social. El actual fondo de jubilación del Congreso pasará al régimen vigente de la Seguridad Social inmediatamente. El diputado participará de los beneficios dentro del régimen de la Seguridad Social exactamente como todos los demás ciudadanos. El fondo de jubilación no puede ser usado para ninguna otra finalidad.

3. El diputado debe pagar su plan de jubilación, como todos los españoles.

4. El diputado dejará de votar su propio aumento de salario.

5. El diputado dejará su seguro actual de salud y participará del mismo sistema de salud que los demás ciudadanos españoles.

6 El diputado debe igualmente cumplir las mismas leyes que el resto de los españoles (irpf, impuestos, seguridad social, etc.)

7. Servir en el Congreso es un honor, no una carrera. Los diputados deben cumplir sus mandatos (no más de 2 legislaturas), después irse a casa y buscar empleo.

Si cada persona pasa este mensaje a un mínimo de veinte personas, en tres días la mayoría de los españoles recibirán este mensaje. La hora para esta enmienda a la Constitución es AHORA.

ES ASÍ COMO PUEDES ARREGLAR EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS.

Si estás de acuerdo con lo expuesto, reenvía. Si no, bórralo.

Tú eres uno de mis 20 contactos. Por favor, mantén este mensaje CIRCULANDO.”




1 comentario:

Marina Escobar dijo...

TOTALMENTE DE ACUERDO, NO PUEDO DECIR NADA MÁS