tag:blogger.com,1999:blog-48834979211552927962024-03-13T11:03:20.187+01:00Blog de Nacho Díaz-Delgado"Habría amado la libertad, creo yo, en cualquier época, pero en los tiempos en que estamos me siento inclinado a adorarla" Alexis de Tocqueville. De la democracia en América. 1835Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.comBlogger132125tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-33720298309818081002022-02-18T13:57:00.087+01:002022-02-24T14:28:09.814+01:00Noche de pandemia<p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">El tres de marzo de 2020 publiqué mi <a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2020/03/cumpliendo-ilusiones.html">último trabajo</a> en este blog. Por entonces, se abría para nosotros un mundo de posibilidades que quise simbolizar en una Gran Vía cosmopolita y brillante, y un edificio que acababan de reabrir después de una reforma que parecía no tener fin. Tanto en lo personal, como en lo profesional e intelectual, encaraba ese mes de marzo entrante cargado de buenos presagios. Apenas diez días después, el universo se paró, se detuvo de golpe, y con él quedaron emplazados <i>sine die, </i>suspendidos, cuando no arruinados y eliminados, millones de proyectos vitales, embarcados todos nosotros en un "eterno domingo", como llegó a afirmar un miembro del Gobierno. Pues bien, una noche del mes de abril tuve un sueño que plasmé tal cual en mi cuaderno pocas horas más tarde. Ese bloc nunca dejó de acompañarme. Pero ahí se quedaron las últimas cuatro o cinco páginas emborronadas <i>calamo currente</i>, paralizando desde entonces cualquier pretensión de escribir. Hoy, en un intento de desbloqueo (o exorcismo), lo transcribo tal cual lo viví, con unas mínimas modificaciones respecto al original</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>My little girl / drive anywhere / do what you want / I don't care / tonight / I'm in the hands of fate / I hand myself / over on a plate... / Sweet little girl / I prefer / You behind the wheel / and me the passenger</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">("Behind the wheel". Depeche Mode, 1987)</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">. </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjKb8a6mznZYYM9yHinL4ONDOhrNzpoXze1xKGzCd4EDW0I9ItxMSxLDWJQZ43xKfWgfSUXatGaX1DqQCkDKnWmaswvPC0p-hje2WxrVi2vJ9-e16xcy7e2RZyDJsEpZfAO9_wjPuQCL675oBuDC875L3Zwj3rhbBEiDW6PgSVLU_xqG7e6bEx-TKNt=s960" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="720" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjKb8a6mznZYYM9yHinL4ONDOhrNzpoXze1xKGzCd4EDW0I9ItxMSxLDWJQZ43xKfWgfSUXatGaX1DqQCkDKnWmaswvPC0p-hje2WxrVi2vJ9-e16xcy7e2RZyDJsEpZfAO9_wjPuQCL675oBuDC875L3Zwj3rhbBEiDW6PgSVLU_xqG7e6bEx-TKNt=s320" width="240" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">...desconozco cómo llegué ahí, abandonando el calor del lecho, sin alterar el plácido y profundo sueño de Carmen y de los niños, atravesando las sombras y el silencio espeso de la madrugada, pero con una levedad inusitada, como si mi consistencia fuese gaseosa, me encaramé de un salto en el frágil alféizar del ventanal, sin necesidad de subirme a la mesa donde Teo y Dido, sentados cada uno en un extremo de la misma, respetando el portátil y los papeles de Carmen, y mi cuaderno Miquelrius, observaban las evoluciones de un helicóptero de la policía que apuntaba con potente foco algún punto indeterminado del barrio, quietos, inmóviles, las orejas muy tiesas, como al acecho, dispuestos a saltar sobre una presa imaginaria pero indiferentes a mi proeza gimnástica, inmutándose solo mínimamente cuando alargué con desmesura mi brazo derecho para cerrar el cuaderno y salvarlo de la voracidad papirófaga de Dido, auténtica máquina trituradora de papel, protegiendo las últimas anotaciones, la letra del <i>"Lascia ch'io pianga", deja que llore mi cruel suerte</i>, el Händel arrebatado que ambientaba algún documental sobre el Palacio de Boadilla y el mundo del Infante D. Luis, y ajustándose mi altura a la del ventanal, sin recurrir a contorsiones ni encogimientos, sin padecer el vértigo que los quince metros que me separaban del suelo de otro modo me paralizara, formando una cruz con mis brazos, aspiré la fragancia de la noche oscura, y tanto me llené de su embrujo que me confundí con el aire, y desdibujando mi perfil en un delicado proceso de simbiosis con el entorno, mezclados de forma embriagadora los conceptos de tiempo y espacio, henchido de emoción y seguridad en mis escasas habilidades en la técnica del vuelo libre, me lancé al vacío, cayendo en picado a una velocidad pasmosa hasta que, a punto de estamparme contra el banco del jardincillo, arrestado con una cinta de plástico por orden de las autoridades municipales para evitar reuniones y su corolario de contagios de un virus tan desbocado como desconocido, rectifiqué mi singladura atraído por una fuerza invisible, cogí altura, notando en mi rostro el verde arañazo de la hiedra que trepa tapizando el talud salvador del desnivel que separa el parquecillo trasero de nuestro bloque de las vías del Metro, y ya por encima de los hangares, ganando unos metros más, planeé sobre la Avenida de los Poblados y el extenso centro comercial dormido, con sus bóvedas y grandes masas cuadradas que le dan ese raro aspecto de templo antiguo donde se adora a deidades desconocidas, y en su costado meridional, barrí de un vistazo la moderna y rutilante Calle Guareña, no mucho tiempo atrás animada por sus bares, cervecerías y restaurantes que desplegaban por la acera sus terrazas tan concurridas en las noches templadas, ahora desierta, triste, deshumanizada, las flamantes urbanizaciones apagadas, con sus jardines interiores y sus piscinas clausurados, extendidas hasta el enorme polideportivo de Aluche indefinidamente cerrado, que semanas atrás daba servicio a esos barrios que ahora discurren por debajo de mí a medida que me aproximo a la carretera de Extremadura, y tomando su tantas veces transitado trazado como ruta involuntaria, me dejé llevar sobrevolando Parque de Europa, Cuatro Vientos, San José de Valderas, la enormidad de Alcorcón unida sin solución de continuidad a la de Móstoles, sus polígonos industriales y centros comerciales, Arroyomolinos y la bajada al Guadarrama, escenario no muchos días atrás de atascos monumentales, cuando se ponía en juego la paciencia y los nervios de aquellos que huían en estampida de la colmena de Madrid y ahora ven pasar el tiempo encerrados en sus ergástulas, resignados o convencidos de la necesidad de su gesto, de cualquier forma atemorizados, renunciando de forma acrítica a la sensación de libertad que proporciona superar con un ligero planeo Navalcarnero, Valmojado, Maqueda, las inmensas llanuras que se suceden hasta fundirse con el paisaje más accidentado que nos anuncia la proximidad de Talavera, la vega del Alberche, dehesas de encinas y alcornoques por las que un día imaginé perderme, Montes de Toledo a la izquierda, Gredos a la derecha, pero estoy flotando, brazos en cruz, piernas separadas, todos los músculos del cuerpo relajados, indefensos, al igual que cuando hago la `plancha sobre las olas suaves de un mar en calma y me abandono a su movimiento caprichoso, pero no es agua lo que me sostiene, es puro aire, o esa materia indefinida que nos envuelve en el sueño, y boca arriba, con mi cabeza como proa abriendo camino, las ondulaciones de la montaña toledana desfilan a la diestra mientras que a la siniestra, con su perfil dentellado, altivo y orgulloso, se pierde Gredos hacia las tierras de Ávila, y en la noche negra se derraman destellos por su ladera, y de niño pensaba que un dios burlón había dejado caer, esparcida como simiente rutilante por mano de sembrador experimentado, cientos, miles de lucecitas parpadeantes, pues no otra cosa eran esos pueblos a los que, a lomos de mi fantasía, años después me dirigía sin un plan preconcebido, ¿por qué no?, dar un volantazo, abandonar la calzada y enfilar cualquier camino, no hay prisa, ¡desbaratemos la idea inicial!, la posponemos, nos perdemos por esos pueblos que con sus bonitos nombres y sonoros apellidos escalonan la sierra, seguro que las fachadas de sus casas se engalanan con tiestos y flores de colores y por el centro de sus calles aún empedradas corre el agua fresca y limpia, susurrante y cristalina, pero nunca lo hice y ahora me arrepiento, como tampoco me atreví jamás a seguir las indicaciones que, alrededor del embalse de Cíjara, invitan a tomar una carretera en muy mal estado que, auténtica aventura, desemboca un centenar de kilómetros después en Navahermosa, o ascender un poco después, sorteando infinidad de curvas, pendiente de no salirme de la carretera mientras atisbamos al atardecer los ciervos y los jabalíes que bajan a la orilla del embalse a saciar su sed, a ese pueblo de nombre tan sonoro: Minas de Santa Quiteria, en otra ocasión será, siempre posponiendo pequeños proyectos, primeras intenciones, emplazando a un futuro incierto huidas y escapes inocentes, depende de nosotros, tiempo habrá, total, dos horas más en llegar a casa no va a ninguna parte, pero ya no está en nuestras manos, y me invade una sensación de tristeza, y a medida que mi cuerpo o ese otro yo que me usurpa se desliza a escasos metros sobre el nivel del suelo, me empapo de melancolía y nostalgia de lo que en su momento pudo haber sido y no fue, atrapando fogonazos de plenitud considerados como tales solamente en la distancia, momentos invocados, instantes ordenados por grados de intensidad, por la huella que en mí dejaron, convertidos por su impronta en <i>lugares amenos</i>, espacios que frecuento cuando persigo seguridad y sosiego, al pairo de vaivenes y temblores, de ruidos, seísmos y amenazas, <i>solo lo efímero perdura</i>: la llegada al Pantano una luminosa tarde otoñal con mis padres, los tres solos y la calle desierta, las hojas caídas de los plataneros arracimándose a los pies de los setos de arizónica tras el paso de una borrasca, espesas, cargadas nubes cabalgando hacia el crepúsculo dejando entreabierta esa ventana de luz que todo lo incendia, <i>sol al poniente, agua al saliente</i>, aroma de tierra mojada impregnándolo todo, instantáneas de imposible datación que me afano en dibujar una y otra vez, revivir esas sensaciones de lasitud, de refugio protector de la lluvia que anuncia su vuelta, al abrigo del mundo o en él inmerso o inventado o soñado, ¡qué más da!, ya ni sé qué es más real, salir de un bar del centro embriagado por las combinaciones baratas y el soberbio narcisismo de los veinte años, cuando pensamos que todo es posible, que está al alcance de nuestra mano por el solo hecho de proponérnoslo, una ráfaga de aire frío me revuelve el flequillo al salir del local, las farolas derraman una luz amarillenta y espesa, llueve, siempre llueve, y el asfalto refulge, y los neumáticos de los coches, al rodar sobre los charcos de la calzada, entonan una melodía calmante, como el de las olas en su vaivén arrastrando las piedrecillas en una estrecha e infinita playa bajo el blanco sol de mediados de septiembre, y esos sonidos, esos olores, inundan espacios que acostumbro invocar en momentos huérfanos, son siempre los mismos, el perfume de una mañana de primavera avanzada, cuando el sol comienza a caldear los arbustos y flores, esparciendo robustas oleadas entre dulzonas y frutales, la frenética y chillona algarabía de los vencejos en sus vuelos enloquecidos, casi suicidas, audaces aproximaciones a las fachadas de ladrillos, preludio de las últimas jornadas escolares, anuncio de vacación y lenta procesión de interminables horas muertas en la terraza de la casa de mis padres, toldos bajados rozando casi los geranios, la pista vacía en el sopor de la siesta canicular y hacia arriba, al final de los últimos bloques, los desmontes tapizados de chabolas que se suceden sin solución de continuidad hasta el perfil neoyorquino de la exagerada mole del Hospital Militar Gómez Ulla, altura insultante y desmesurada, de cualquier forma desconcertante, ascenso arrogante y lejano plantado en un Carabanchel que, en mi infancia, se me antojaba otro mundo, como los restos que a mis espaldas aguantaban impávidos el peso y paso de los años, apenas tres paredes con manchones de alicatado en ruinas, cobijo de ratas y basura, abrigo de mendigos, mudo testimonio de lo que fue una vivienda en la cima del terraplén que desciende hacia la pista, bajar por él arrastrando el culo, sin calibrar el peligro de aterrizar entre las ruedas de alguno de los vehículos que circulan por la vía, una y otra vez, azuzados por la atracción que ejerce en los niños lo prohibido, pantalones rotos, piernas arañadas, salpicadas de mataduras, greñas alborotadas, sucias de polvo, arena y sudor, sentados a la tímida sombra de esos tres muros astrosos que en mi ya por entonces morbosa imaginación se mantenían como fruto de un bombardeo durante el asedio a Madrid, esa ciudad que, superado el océano de miseria controlada en su fachada sur, se extendía delante de nosotros de forma anárquica e insolente, hermosa en su desorden, rutilante con los destellos que el sol de poniente arrancaba de su metal y cristal, y entonces creía adivinar el mar, necesariamente el mar tenía que estar detrás de estas apretadas filas, preludio de mar imaginado muchos años después en Atocha y hace unos meses reconstruido mientras convalecía en una cama del Hospital Clínico, un mar al que solo se llegaba tras largas horas de viaje en coche, los siete apretados en un Seat-1500, las ventanillas bajadas, madrugadas sin fin atravesando oscuridades entre paradas en gasolineras cerradas, perfume de adelfas, concierto de grillos, soledad en torno, luces mortecinas que nos acompañan hasta un escenario final de palmeras alineadas a las afueras de Santa Pola, zona de obras, apartamentos de reciente y compulsiva construcción, primera y última vez que, con la excusa de la abuela, compartimos el alquiler del piso que la tía Adela tenía por costumbre arrendar el mes de agosto, larga caminata hasta Playa Lisa, ni una triste ola, mi padre nos llevaba a Guardamar para bañarnos en un mar auténtico, se mezclan los años en mis recuerdos y, en el vuelo, aumenta la sensación de vértigo y zozobra, imposible poner orden, sistematizar la barahúnda de momentos evocados, justificar la preeminencia de unos sobre otros, rastrear el porqué de esa vívida presencia que tanto me acongoja: la llegada al Pantano, los bares de mi primera juventud, una playa de Granada o Almería, el terraplén de Caramuel o Santa Pola, situaciones que no guardan relación unas con otras pero aparecen estrechamente imbricadas poniendo en riesgo la seguridad del vuelo, provocando remolinos y turbulencias, no voy a llegar jamás, ¡y barrunto que estoy tan cerca!, porque ya he dejado atrás Trujillo, la Sierra de Lares y sus casonas desperdigadas a la sombra de jaras, encinas y olivares que ascienden por la ladera, sucediéndose, en una suave transición hacia el valle, Herguijuela, Conquista, Zorita, dando paso al llano y, desde Madrigalejo, con el Macizo de las Orellanas o Sierra de Pela al fondo, veo o siento o imagino, ya no lo sé, una lucecita a lo lejos, un resplandor, una ceja abierta en el cielo que me llama, <i>mi amor es mi peso, por él voy donde quiera que voy</i>, verdes colinas suavemente perfiladas contra un firmamento que comienza a encenderse surcado por espesos nubarrones de panza grisácea y lomos blancos, algodonosos, mecidos ligeramente por encima de mi o de quien esto escribe, y comienzo a recordar con total nitidez y claridad que un día, en los primeros pasos emocionados de nuestra vida en común, cuando el amor nos lleva en volandas y nos consideramos poderosos frente a un mundo hostil, Carmen y yo fantaseamos con que un día fueran aventadas allí nuestras cenizas, entre amargas retamas y afilados dientes de perro, sobre una hierba fresca bañada de rocío, con el rumor de las esquilas de fondo y, en lo alto, enormes pajarracos flotando en el aire, dibujando círculos cada vez más amplios, el aliento de la mañana sobre mis mejillas, y lo demás, silencio insondable, ¡qué bien se debe estar así!, lejos de todo cuando ya nada importe, sin dolor y sin peso, ahora lo veo, era el lugar escogido, una garganta producida por la erosión donde se cruzan dos o tres cerros que contemplan desde lo alto el paso del Almorchón en su esplendor de primavera lluviosa, rumor lejano como de arrastre de piedras y barro, veo también la carretera que zigzaguea en esa maraña de lomas que rompen la monotonía de la estepa, y llega hasta mí un lamento apagado que pugna por hacerse oír escondido en la maleza, maullido de gato, llanto de niño, gemido lastimoso de animal herido que me derrumba y me hace renquear perdiendo altura, inundados mis ojos de lágrimas, mi pecho comprimido por la angustia y la ansiedad, y ese ruido alrededor, frufrú de plásticos que rozan unos con otros, estoy cayendo, cayendo, cayendo cada vez más cerca del suelo hasta despertar bañado en sudor...</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjf1HCCtbf0YMrpk3rf-ts8wp3o1QlFPDX-9h_zziKsdDWUAg5sz0vSiJmRRzDIIxGnjf6t3nO0gLRJRzN5vH-KRwjPL4HMhQtFO65FvZbxOdUIjQut_ubpBSTqDX5Yv4uKV9t4cPLQrobGD_NdTDJiPqw91ERVhwMITOJQMJGc_AukhTrX-sRsu2gG=s960" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="720" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjf1HCCtbf0YMrpk3rf-ts8wp3o1QlFPDX-9h_zziKsdDWUAg5sz0vSiJmRRzDIIxGnjf6t3nO0gLRJRzN5vH-KRwjPL4HMhQtFO65FvZbxOdUIjQut_ubpBSTqDX5Yv4uKV9t4cPLQrobGD_NdTDJiPqw91ERVhwMITOJQMJGc_AukhTrX-sRsu2gG=s320" width="240" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><p></p>Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-25251174369718598822022-02-08T13:16:00.000+01:002022-02-08T13:16:56.370+01:00Jean Baptiste Verdussen I, 1625-1689 <p> </p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjlh8RmD7sSIXat6uNBRD1LaVMDE1mBdj8kXrsBAed2Wot8YVTLS9ma6q1Smy6mUuOT4npOp2gwCo4yQ2QV5cSYIb4u0JXy3hRJeNo3rfLhgg6dtSiCgqoGgsvAcQd96h3qZdDl49EwjxNFI3rknIODv-5fbBo-vTDtLGY8lk_f7Mu4Pf5zw3rpu3C5=s701" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="522" data-original-width="701" height="297" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjlh8RmD7sSIXat6uNBRD1LaVMDE1mBdj8kXrsBAed2Wot8YVTLS9ma6q1Smy6mUuOT4npOp2gwCo4yQ2QV5cSYIb4u0JXy3hRJeNo3rfLhgg6dtSiCgqoGgsvAcQd96h3qZdDl49EwjxNFI3rknIODv-5fbBo-vTDtLGY8lk_f7Mu4Pf5zw3rpu3C5=w400-h297" width="400" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"><span style="background-color: white;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif;">G</span><span style="font-family: inherit;">onzalès Frans van Heylen (Amberes, 1661-1720) es el autor de esta marca
tipográfica que encierra una enorme carga simbólica en torno al amor (el propio
lema –“signum amoris”-, los amorcillos...) que posibilita la abundancia (frutos),
y la lealtad, fidelidad, fertilidad, respeto y cariño de los hijos hacia los padres, y ayuda mutua personificadas en la pareja de cigüeñas.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="background-color: white;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: inherit;">Esta imagen la encontramos, entre otras muchas, en la obra que compartimos
hoy:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="background-color: white;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; font-family: "Times New Roman", serif;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><p style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiJwJ6BlIggXU587r5uTYwR3IEiOYhH3C09rOHi2dHLEnuFUsYmnHpIogdhhG1lYsj7u5na0kSfStejSJ8Isv4qFC1m9ncJv7uepofpgcmdgtAVZvNQhkcVkbL76ZNXLFmtj_fVAWVdRuzRPs69Ger1CYU9s3AfHjBlo6CH4FSRPE7MxvqOMpF9POlz=s1773" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1773" data-original-width="1066" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiJwJ6BlIggXU587r5uTYwR3IEiOYhH3C09rOHi2dHLEnuFUsYmnHpIogdhhG1lYsj7u5na0kSfStejSJ8Isv4qFC1m9ncJv7uepofpgcmdgtAVZvNQhkcVkbL76ZNXLFmtj_fVAWVdRuzRPs69Ger1CYU9s3AfHjBlo6CH4FSRPE7MxvqOMpF9POlz=w240-h400" width="240" /></a></p><br /><span style="background: white; font-family: "Times New Roman", serif;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background: white; font-family: "Times New Roman", serif;"><br /></span></p><div style="text-align: justify;"><span style="background: white; color: #555555; font-family: "Times New Roman",serif;">Lazari Riverij, consiliarij medici ac
professoris Regij, necnon Regiorum in Universitate Monspeliensi medicine
professorum Decani, opera medicaq universa quibus continentur I. Institutionum
medicarum, libri quinque II. Praxeos medica, libri septemdecim III.
Observationum medicarum, centuriae quatuor. Quibus accedunt observationes
variae ab aliis communicatae, itemque observationes infrequentium moroborum, ac
denique ipsissima arcana Riverij plene revelata. Omnia non tantum ab ipsomet
authore ultimo revisa, emaculata, locupletata, sed etiam a Johanne Daniele
Horstio adornata, necnon a Joh. Facobo Doebelio recensita. Nunc vero singula
peculiaribus suis indicibus illustrata. – Antuerpiae : Apud Viduam
JoannisBaptistae Verdussen, via vulgo Cammerstraet, sub signo duarum
circoniarum, MDCLXXXIX</span></div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background-color: white;">Curiosamente, la imprenta que sacó a la luz este libro se encontraba en la calle Cammerstraet, de Amberes, "sub signo duorum circoniarum", junto a una escultura que representaba a una pareja de cigüeñas</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background: white; font-family: "Times New Roman", serif;">Gracias a Zanna Van Loon, historiadora del libro y líder del proyecto <a href="https://twitter.com/STCVbe" target="_blank">STCV.Bibliography of the hand press book</a>, “</span><span style="background: white; color: #0f1419; font-family: "Times New Roman",serif;">base de datos de acceso abierto de
descripciones bibliográficas de los primeros libros modernos impresos en
Flandes (BE)”, conocemos el nombre de la viuda de Jean Baptiste Verdussen
(1625-1689): Sara Anna van Wessenbeeck, que se hizo cargo de la imprenta
familiar.</span><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background: white; color: #0f1419; font-family: "Times New Roman",serif;"><br /></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgtud3Y8kU16QROtXQYDqPwCrEvzx2BpP4Vv9EkuC130O5vTZbL8udDrkjBvPnQ6Jbb5X9GBV3ypW5U9aYenrogm128SdAqfO1yflIgXNZdMqERrx13JW8uS6M2uywlshv363QbfFW-QaEAmjwVSgvhGRb6m5_5IbsrGmMpBLsdf6keXuXHdEF6Bz-X=s1139" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="165" data-original-width="1139" height="58" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgtud3Y8kU16QROtXQYDqPwCrEvzx2BpP4Vv9EkuC130O5vTZbL8udDrkjBvPnQ6Jbb5X9GBV3ypW5U9aYenrogm128SdAqfO1yflIgXNZdMqERrx13JW8uS6M2uywlshv363QbfFW-QaEAmjwVSgvhGRb6m5_5IbsrGmMpBLsdf6keXuXHdEF6Bz-X=w400-h58" width="400" /></a></div><div><br /></div><span style="background-color: white; color: #0f1419; font-family: "Times New Roman", serif; text-align: justify;"><div><span style="background-color: white; color: #0f1419; font-family: "Times New Roman", serif; text-align: justify;"><br /></span></div><div><span style="background-color: white; color: #0f1419; font-family: "Times New Roman", serif; text-align: justify;"><br /></span></div><div><span style="background-color: white; color: #0f1419; font-family: "Times New Roman", serif; text-align: justify;"><br /></span></div><div><span style="background-color: white; color: #0f1419; font-family: "Times New Roman", serif; text-align: justify;">Esta saga de impresores la inauguró Hieronymos Verdussen a mediados del siglo XVI y finalizó con Hendrik Peter Verdussen (1778-1857).</span></div><div><span style="background-color: white; color: #0f1419; font-family: "Times New Roman", serif; text-align: justify;"><br /></span></div><div><span style="background-color: white; color: #0f1419; font-family: "Times New Roman", serif; text-align: justify;">Lo prolongado de la dinastía justifica, tal vez, la clara alusión en esta viñeta tipográfica a las bases que aseguraban la continuidad empresarial dentro del núcleo familiar, pues tradicionalmente se atribuye a esta ave, a la cigüeña, una natural inclinación a la gratitud hacia sus mayores, como nos recuerda Sebastián de Covarrubias Orozco en <i>Emblemas morales</i> (Madrid, 1610), con la necesaria cita de Ovidio: "Leve fit, quod bene fertur, onus" ("Se hace ligera la carga que se hace soportar, <i>Los amores,</i> Libro I) :</span></div><div><span style="background-color: white; color: #0f1419; font-family: "Times New Roman", serif; text-align: justify;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="background-color: white; color: #0f1419; font-family: "Times New Roman", serif; text-align: justify;">"Verguença avia de tener el hombre, de que los brutos le enseñen lo que la razón pide, y Dios le manda, no sin retribución temporal, ultra de la eterna. Sustenta la cigueña a sus viejos padres, pagando la solicitud y cuydado, que ellos tuvieron en criarla, traeles al nido la comida, y sacalos sobre sus espaldas a espaciar por el ayre sereno, y esle muy liviana esta carga, por la voluntad con que la lleva, y esto nos representa la figura" ("Centuria II, h. 189, emblema 89)</span></div><div style="text-align: center;"><span style="background-color: white; color: #0f1419; font-family: "Times New Roman", serif; text-align: justify;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="background-color: white; color: #0f1419; font-family: "Times New Roman", serif; text-align: justify;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQe9RMPhO-QcOx6Dwcq6FQKc5y2-xrnF6beQYe5FqdRV5vJR-Woat38LLqC7jW0_Q6ZGP_nzH70gGks-TCawtRVjmHy6Pv2VztAKblZoT6p-pwMU8tLI1x0VVA4pPFUfoEJrB3Qw5uAbuRmGvhU2UvndKNgNfEyIjXLyFDf35oFb4ofi8w88U_mIrq/s1404/Cigueñas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1404" data-original-width="1023" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQe9RMPhO-QcOx6Dwcq6FQKc5y2-xrnF6beQYe5FqdRV5vJR-Woat38LLqC7jW0_Q6ZGP_nzH70gGks-TCawtRVjmHy6Pv2VztAKblZoT6p-pwMU8tLI1x0VVA4pPFUfoEJrB3Qw5uAbuRmGvhU2UvndKNgNfEyIjXLyFDf35oFb4ofi8w88U_mIrq/w291-h400/Cigueñas.jpg" title="(H. 189 r.)" width="291" /></a></div><br /><span style="background-color: white; color: #0f1419; font-family: "Times New Roman", serif; text-align: justify;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="text-align: justify;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><br /></div></span><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background: white; color: #0f1419; font-family: "Times New Roman",serif;">Terminamos haciendo mención a dos de los propietarios del ejemplar que hoy se conserva en la Biblioteca Histórica de la Real Academia Nacional de Medicina de España</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background: white; color: #0f1419; font-family: "Times New Roman",serif;">Por Gregorio sabemos que el precio del volumen,
en 1694, ascendía a 60 reales de vellón<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjv3mntxP3thZ-yOc2-V996qa2VWINzFT9pSgPreSpi7-JIA__-G1IrZVdmURzNZ_4Sqi15-g-qGj5ttXezJXaRI3RNhLOwjSAiUCJ2NktjtT5FFA6-HzLf8C-r7mHBVBaj0ERi_folBlMv7cl0Ng8iw5y-5GW13byd2l75ebwG1saAATUsbtXLala5=s236" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="209" data-original-width="236" height="354" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjv3mntxP3thZ-yOc2-V996qa2VWINzFT9pSgPreSpi7-JIA__-G1IrZVdmURzNZ_4Sqi15-g-qGj5ttXezJXaRI3RNhLOwjSAiUCJ2NktjtT5FFA6-HzLf8C-r7mHBVBaj0ERi_folBlMv7cl0Ng8iw5y-5GW13byd2l75ebwG1saAATUsbtXLala5=w400-h354" width="400" /></a></div><br /><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background-color: white; color: #0f1419; font-family: "Times New Roman", serif;">Por último, en una fecha desconocida, entre
1733 y 1761, José Ortega Hernández (1703-1761) regaló este libro a la Real
Academia Médica de Madrid, de la que fue uno de sus fundadores en la botica de
la Calle de la Montera</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgBk0GgJFwqzgKuc93NzRWMqtPzfjytt0aIMlC43n8cIFVOKNKIvx-Q3WhXjJqMZeTAmvxaAxB9ZteeqPPasn_X1LgQzTu-GHwLq1FgS0DDGzYxR4fy2ke-7iy_0xNy-hR4dLl4EamPLEs9Xd7YAfDAtMAU0MGucgVN972WHUO_2m0RTsEe6bsXZ8Ka=s276" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="276" data-original-width="242" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgBk0GgJFwqzgKuc93NzRWMqtPzfjytt0aIMlC43n8cIFVOKNKIvx-Q3WhXjJqMZeTAmvxaAxB9ZteeqPPasn_X1LgQzTu-GHwLq1FgS0DDGzYxR4fy2ke-7iy_0xNy-hR4dLl4EamPLEs9Xd7YAfDAtMAU0MGucgVN972WHUO_2m0RTsEe6bsXZ8Ka=w351-h400" width="351" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /><br /></div><p></p>Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-70720649308488417782020-03-03T18:00:00.000+01:002020-03-03T18:00:02.707+01:00Cumpliendo ilusiones<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">A Carmen, siempre.<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYQNsgFaE0shtU2swimJA7VagQTQEPik4H6Muf6Uh01sPD8d0kY95u7MxxQdvzlK7GwqOaAN_MUWMxhEQy_6PlJNGzIYnJGXXP5OSXN7sLJ9wy8PAbzwKGsqY50MBZtBo5q2JgbSt8YhU/s1600/FB_IMG_1583145362453.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="960" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYQNsgFaE0shtU2swimJA7VagQTQEPik4H6Muf6Uh01sPD8d0kY95u7MxxQdvzlK7GwqOaAN_MUWMxhEQy_6PlJNGzIYnJGXXP5OSXN7sLJ9wy8PAbzwKGsqY50MBZtBo5q2JgbSt8YhU/s400/FB_IMG_1583145362453.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Vista nocturna de la Gran Vía desde una de las terrazas de la habitación 2028 del <a href="https://www.riu.com/es/hotel/espana/madrid/hotel-riu-plaza-espana/index.jsp?utm_source=bing&utm_medium=organic&utm_campaign=bingplaces&utm_content=ZES" target="_blank">Hotel Riu Plaza de España</a></td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Sucede a menudo que lo no vivido se me hace presente de tal modo que, en
virtud de unos extraños mecanismos, puedo reconstruir sus perfiles, trazar un
plano con sus detalles e iluminarlo todo con esa luz que cada uno de nosotros
irradia sobre lo que considera propio. Si tuviera que remontarme a los orígenes
de esta “facultad”, que en no pocas ocasiones resulta ser un doloroso defecto,
me veo de niño asistiendo como espectador no invitado, a veces incómoda
presencia, a las conversaciones de los mayores, intentando desentrañar el
sentido de sus gestos y ademanes, de sus pausas y silencios, el significado de
aquellas palabras cuyo alcance se me escapaba pero que transmitían alegría o
sufrimiento, serenidad o angustia. De cualquier forma, podía llegar a asumir
como mías esas historias, padeciendo o gozando las circunstancias descritas en esas
narraciones a las que, prudentemente, fingía no prestar la menor atención.<o:p></o:p></span><br />
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvogvtjO-iCwB4-NVKcVLnew3Oduz7sWW0PJ8kqVoKdpOeJwZOuqewUSiQTdH8jgt9htUHg4cG7ZHd7LEjR7t6-XViMdkErTb_z3bJAqKyuGAJiCoYom8lvnGa28B4laxK15AnhaPJFMI/s1600/Informe-EDIFICIO-ESPA%25C3%2591A.29.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="822" data-original-width="1041" height="315" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvogvtjO-iCwB4-NVKcVLnew3Oduz7sWW0PJ8kqVoKdpOeJwZOuqewUSiQTdH8jgt9htUHg4cG7ZHd7LEjR7t6-XViMdkErTb_z3bJAqKyuGAJiCoYom8lvnGa28B4laxK15AnhaPJFMI/s400/Informe-EDIFICIO-ESPA%25C3%2591A.29.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
La cosmogonía infantil, edificada sobre los cimientos de una imaginación no
pocas veces morbosa, a base de retazos de diálogos, interesadas tergiversaciones
y recuerdos compartidos o robados, necesariamente acaba siendo contrastada con todo
aquello que rodea al niño que fuimos, experimentando ambas, memoria y realidad,
importantes matizaciones y trasvases de información. Creo que ahí radica la
base del conocimiento primero, ese que nos permite encajar en el mundo que gira
a nuestro alrededor y proyectarnos al futuro sin perder de vista el lugar de dónde
venimos.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhg59ohXAbdeicsdfVpTT1-SmpNv-Tn0c0FDJdDIAKQEQC1V3tVr6j0oqmtYE3xhDpPVbTpHpDerJT71HcebKg44SozMz0DKZOgD3qHz0Xv-CGst3reYgaMOczqyzFpbkv_H3gKOhJ_Hbc/s1600/PaseandoGranViaCatalaRoca4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="524" data-original-width="530" height="395" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhg59ohXAbdeicsdfVpTT1-SmpNv-Tn0c0FDJdDIAKQEQC1V3tVr6j0oqmtYE3xhDpPVbTpHpDerJT71HcebKg44SozMz0DKZOgD3qHz0Xv-CGst3reYgaMOczqyzFpbkv_H3gKOhJ_Hbc/s400/PaseandoGranViaCatalaRoca4.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">La nostalgia de lo que no se ha conocido es un recurso al que debe acudir
el historiador, enriquece al poeta y, transformada en melancolía enfermiza,
resulta letal en el político. Por lo demás, no deja de ser balsámico en algunos
momentos, como el que me ocupa.<o:p></o:p></span><br />
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxbWdXj31V5kfUCEXy8XDMJmX_0Bj4cpjrlZqEQwxWQzfySxjHcXqX8DVTpyjR6svpoRokq8wtoViaE7jKY0g3Yc6z7F5unu6KbbPN1Nn1GFFERHQVopxpVE8faoCZ2l_0gOoqp-Re8KM/s1600/Informe-EDIFICIO-ESPA%25C3%2591A.Foto+VPAT2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="859" data-original-width="1050" height="325" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxbWdXj31V5kfUCEXy8XDMJmX_0Bj4cpjrlZqEQwxWQzfySxjHcXqX8DVTpyjR6svpoRokq8wtoViaE7jKY0g3Yc6z7F5unu6KbbPN1Nn1GFFERHQVopxpVE8faoCZ2l_0gOoqp-Re8KM/s400/Informe-EDIFICIO-ESPA%25C3%2591A.Foto+VPAT2.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">La entrada en escena de la generación de mis padres, esos años 40 y 50 que
tantos imaginan en un triste y apagado blanco y negro, yo los percibí siempre a
pleno color, con las tonalidades inherentes a una juventud, la suya, que sufrió
en su primera adolescencia, y en carne propia, los crueles zarpazos de una
guerra terrible para todos, pero que encaraba un futuro siempre incierto con
unas dosis de optimismo, alegría, vitalidad y esperanza que envidiaríamos
muchos de nosotros. Gracias a las fotografías que dormitaban en esos álbumes
que de tarde en tarde visitábamos, de los objetos personales conservados (ropa,
complementos…), de las anécdotas familiares que salpicaban sus historias,
historias y anécdotas tantas veces repetidas, iba poniendo en pie una vida, la
suya, de la que, en cierta medida, me consideraba (y considero) uno de sus depositarios
y guardianes.<o:p></o:p></span><br />
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyG0nlMVr9WnELhylwezgbgr9Kt2HNaYsr5_LqNgHtjn36MuoTPillTPXxI_8B_xxig8eo_5fLSyPaZkWvT7fXUppeXG9fluTRX3A4XE91Oo4LJJtfv6aAcUgM6WaJ0EvUwuorcs99Ino/s1600/PaseandoGranViaCatalaRoca6.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1247" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyG0nlMVr9WnELhylwezgbgr9Kt2HNaYsr5_LqNgHtjn36MuoTPillTPXxI_8B_xxig8eo_5fLSyPaZkWvT7fXUppeXG9fluTRX3A4XE91Oo4LJJtfv6aAcUgM6WaJ0EvUwuorcs99Ino/s640/PaseandoGranViaCatalaRoca6.jpg" width="497" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span>
<span style="mso-ansi-language: ES;">Sus interminables años de noviazgo, larga demora debida a la falta de
vivienda que, entre otras cosas, caracterizó la precariedad previa a la etapa
del desarrollismo, quedó inmortalizada por mi padre en las numerosas
fotografías que conservamos de ellos. Recuerdo ahora una, fechada en 1947, que
un tercero tomó a los dos paseando por la calle Bailén. ¿Paseando? Puede que mi
padre acompañara a mi madre a su casa, en la calle de San Isidro, de vuelta del
trabajo que compartían ambos en el las oficinas del Sindicato del Papel, en el
edificio del Palacio de la Prensa, en la Gran Vía. Él, más bajito que ella, no
para de hablar mientras camina por la calzada; ella, más alta que él, habiendo
renunciado ya a los tacones, andando por la acera, parece ajena a su perorata.
En otra instantánea, mi madre posa de perfil, en algún punto de la confluencia
de las calles Ferraz y Bailén, con un vestido blanco de tirantes y (creo, ya me
falla la memoria) un pañuelo en la cabeza. A sus espaldas se puede ver la “Torre
de Madrid” en construcción e, imponente, el flamante y rutilante “Edificio
España”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiolGpDRhhdrrslgBFPFqJ0WXflDLqV_MQFnDEDH5OHgPieJqteHKxuCxZ0AGbZjEJp-Dj06y5m-wiaK3NbheienQbhBIPtK_EnBesU3qlKPiKle50VID6BUTXCvLUrtsUtR4LQ81ksmU4/s1600/Informe-EDIFICIO-ESPA%25C3%2591A.32.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="857" data-original-width="1029" height="331" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiolGpDRhhdrrslgBFPFqJ0WXflDLqV_MQFnDEDH5OHgPieJqteHKxuCxZ0AGbZjEJp-Dj06y5m-wiaK3NbheienQbhBIPtK_EnBesU3qlKPiKle50VID6BUTXCvLUrtsUtR4LQ81ksmU4/s400/Informe-EDIFICIO-ESPA%25C3%2591A.32.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Calles de Ferraz, Bailén, Plaza de España, Gran Vía… Para un niño de barrio
como yo, criado al otro lado del Manzanares, en un ambiente y entorno
controlados donde cada cosa estaba en su sitio, siempre los mismos comercios,
las mismas caras de los vecinos y de la gente con la que te cruzabas por la
calle, idénticas rutinas de horarios y hábitos, el respetuoso silencio de la
siesta y el más largo y profundo de la noche, para mí, digo, el centro de
Madrid ejercía una poderosa atracción. La espontaneidad, la aparente ausencia
de normas, la libertad con la que se movía la gente por la calle, entrando y
saliendo del metro, de grandes almacenes y modernas cafeterías y restaurantes,
el constante y ruidoso fluir de coches, motos y autobuses resultaba fascinante.<o:p></o:p></span><br />
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhagfL11HSirT9iX4iNjQahVZz8-rw_BkBQguNV19_9ZHUcxtDcUFFEy96D_KwcTNvRN02FLCx4qCLKFXu-AkZoChqquffcsg8vGcliXth8DP3nypiRV4U5w29N_lI02oOoyMMF3LRyDUg/s1600/PaseandoGranViaCatalaRoca1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="953" data-original-width="1200" height="316" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhagfL11HSirT9iX4iNjQahVZz8-rw_BkBQguNV19_9ZHUcxtDcUFFEy96D_KwcTNvRN02FLCx4qCLKFXu-AkZoChqquffcsg8vGcliXth8DP3nypiRV4U5w29N_lI02oOoyMMF3LRyDUg/s400/PaseandoGranViaCatalaRoca1.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Más o menos a los once años, cogí el autobús sólo por primera vez, sin la
preceptiva compañía de adultos, con mi amigo Arturo, para ver “El libro de la
selva”, que ponían en el ya desaparecido Cine Imperial, de la Gran Vía. Y debió
ser por entonces cuando, ahora no recuerdo con quién, nos colamos en el
Edificio España con el objeto de vender unas papeletas. Las lámparas suntuosas
del vestíbulo, el mármol verde que cubría sus paredes y los dos monumentales
relieves que lo adornaban, le daban al conjunto un empaque propio de otros
tiempos, rebosante de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">glamour</i> y
elegancia. Mezclados en la marea de los huéspedes que entraban y salían del
Hotel Plaza, de los empleados de las numerosas oficinas y agencias de viajes que
albergaba el edificio, y de los vecinos del mismo, alcanzamos uno de los
ascensores sin que nadie se percatara de nuestra presencia y fuimos parando en
las diferentes plantas. Venta de papeletas aparte, lo que de verdad me
interesaba era asomarme por las ventanas de los pasillos que daban a la calle Maestro
Guerrero y admirar la altura desde el piso 15, 20, 25…, con los tejados a
nuestros pies y la gente y los coches diminutos allá abajo.<o:p></o:p></span><br />
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi24n61Dj1MaE7-zzijfagI7-nwtFk6ZD7fbDKi4IQjiNoIsGUNFd3wfD9gLe46hA8FiOpQ6l8V42dYYmIr0gqJFihYdClmBVE_UJz549kFLbhehK4gv7jLfcgX-Q9KUWGJy46Mp3vi8D8/s1600/PaseandoGranViaCatalaRoca3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="512" data-original-width="364" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi24n61Dj1MaE7-zzijfagI7-nwtFk6ZD7fbDKi4IQjiNoIsGUNFd3wfD9gLe46hA8FiOpQ6l8V42dYYmIr0gqJFihYdClmBVE_UJz549kFLbhehK4gv7jLfcgX-Q9KUWGJy46Mp3vi8D8/s640/PaseandoGranViaCatalaRoca3.jpg" width="452" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Desde siempre, ese edificio, así como la Gran Vía, representa para mí la
faceta más moderna y cosmopolita de Madrid, sin renunciar en ningún momento a
sus raíces, a su originalidad. Era el espacio que ocupaban mis padres, las
calles que pateaban, el escenario de sus fotografías, donde desarrollaban sus
vidas. De la mano de sus palabras, de lecturas posteriores (un coche bajando a
toda velocidad por la Gran Vía en “Tiempo de destrucción”, de Martín Santos;
los jóvenes descerebrados de “Nuevas amistades” de García Hortelano en
Rosales…), de esas películas españolas tan inocentes y coloristas, de la música
que tarareaban<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y las modas que seguían,
alimentaba una imagen de aquellos años no vividos y, sin embargo, en cierta
medida, añorados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigZ68UghkQE-hXqHw69MXllJsfq4BBchbzPlgyCqjVQJxEql0jJzz5EFjqPaNE_bjU3FeMaxJLgFHW7eHVTCLxVfM9FROtOMeqZbIYpqY5YmuCIRrs5dRFbALpvX-hGJO_8Iy4xdyBVmY/s1600/Informe-EDIFICIO-ESPA%25C3%2591A.31.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="646" data-original-width="1051" height="245" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigZ68UghkQE-hXqHw69MXllJsfq4BBchbzPlgyCqjVQJxEql0jJzz5EFjqPaNE_bjU3FeMaxJLgFHW7eHVTCLxVfM9FROtOMeqZbIYpqY5YmuCIRrs5dRFbALpvX-hGJO_8Iy4xdyBVmY/s400/Informe-EDIFICIO-ESPA%25C3%2591A.31.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hace poco más de un mes, cenando en un restaurante de la calle Guareña,
Carmen sugirió que podíamos celebrar San Valentín en el <a href="https://www.riu.com/es/hotel/espana/madrid/hotel-riu-plaza-espana/index.jsp?utm_source=bing&utm_medium=organic&utm_campaign=bingplaces&utm_content=ZES" target="_blank">Hotel Riu Plaza de España</a>. Su propuesta no podía ser más original y oportuna. Mi apatía y abulia
proverbiales se habían acentuado estos últimos años a causa de unos achaques
periódicos que me estaban minando el ánimo y la moral de tal manera que,
ocupándome únicamente de lo urgente y cotidiano, del puro día a día, había
abandonado lo importante hasta el punto de poner en serio peligro nuestra
relación. No quería ver lo que a todas luces era evidente. Es un error
considerar eterno lo que nos ha sido dado de forma gratuita. El amor es una
planta delicada, de la que hay que estar pendiente a diario si no queremos que
se marchite o, lo que es más habitual, mute en cariño y respeto. Y en plena
reconquista de un espacio común iniciada hace solo unos meses, la idea de
enlazar esa parte que anidó en mi alma, con un presente ilusionado y que quiero
cargado de porvenir, me llenó de emoción. No exagero al afirmar que la
tarde-noche del viernes y la mañana del sábado fueron uno de los momentos más
felices de mi vida.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6d_MTNWjZocl6ePCMuOoanpL62J3YwOKlu6hyzkB5JtwjX79IVycvJ1xvvAVtARzEm0hoTbaG8eU2NJWuenRxdN7Y6fvEdDvyrqbCrxrYDYEpSFsUgvzWgmXGHBrGver9Wipzc8PNVHw/s1600/Informe-EDIFICIO-ESPA%25C3%2591A.38.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1001" data-original-width="1369" height="290" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6d_MTNWjZocl6ePCMuOoanpL62J3YwOKlu6hyzkB5JtwjX79IVycvJ1xvvAVtARzEm0hoTbaG8eU2NJWuenRxdN7Y6fvEdDvyrqbCrxrYDYEpSFsUgvzWgmXGHBrGver9Wipzc8PNVHw/s400/Informe-EDIFICIO-ESPA%25C3%2591A.38.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Difícilmente tenían encaje en la realidad de 2020 el reparto y la
escenografía de ese mundo de los 40-50 que un buen día comencé a soñar e
imaginar. O quizás sí. Si lo poco o mucho que la cadena hotelera propietaria
había sido capaz de conservar de la decoración original del edificio (mármoles
y relieves del vestíbulo, escalera principal, cuadros de bronce de los ascensores…),
los pequeños detalles de nueva creación pero inspirados en el momento (pienso
en parte del mobiliario de la habitación que ocupamos), si todo eso, digo, con
no poco esfuerzo, consigue trasladarte al año 1953, lo abigarrado de los
huéspedes del hotel y la especie de discoteca acristalada de la planta 26 te
anclan definitivamente a la actualidad. Pero poco importa ya todo aquello
cuando se trata de cerrar un círculo, de incorporar el pasado al presente, o
permitir que el ayer no sea atropellado por un hoy enloquecido. Alojados de
forma imprevista en la lujosa Suite Presidencial ubicada en la planta 20 (habitación 2028), con dos enormes terrazas que
propiciaban una panorámica privilegiada del más bonito Madrid, disfrutamos (creo
poder hablar por los dos) como no puedo recordar hace tiempo. Cenar en el <i>360 Rooftop bar </i>de la planta 27 es toda
una experiencia, como atravesar la pasarela de cristal que une dos de los
cuerpos posteriores del edificio que da a la calle Maestro Guerrero y sentirte
suspendido en el aire…<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Cumplido uno de mis sueños en la mejor compañía.<o:p></o:p></div>
<div>
<br />
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrJDUQaEt7tNhaSQ-8eb1V1jwp0RwV-mBJNhKNH7vH327eTpR4B1zDHv-u5VSOZvAPIbN0tv5aU3C48DxfWzv6YacIbi0fd8YdTv6iaWcxUCFuidPPmFZP8csycaPzjUvl0DkLS6lEpPo/s1600/20200215_111915.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="857" data-original-width="852" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrJDUQaEt7tNhaSQ-8eb1V1jwp0RwV-mBJNhKNH7vH327eTpR4B1zDHv-u5VSOZvAPIbN0tv5aU3C48DxfWzv6YacIbi0fd8YdTv6iaWcxUCFuidPPmFZP8csycaPzjUvl0DkLS6lEpPo/s400/20200215_111915.jpg" width="397" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En un mundo tan supersticioso como el nuestro, se "eliminó" la planta 13 del Edificio España. La gran terraza que siempre ocupó la planta 26 y última, ahora está en la 27. </td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span>
<span style="mso-ansi-language: ES;"><b>Nota</b>: Excepto la primera y última fotografía que ilustran el texto, el resto han sido tomadas del interesantísimo informe redactado el 4 de junio de 2014 por <i>Madrid. Ciudadanía y patrimonio</i> <a href="https://madridciudadaniaypatrimonio.org/sites/default/files/Informe-EDIFICIO-ESPA%C3%91A-04-06-2014_0.pdf" target="_blank">"El Edificio España"</a></span><br />
<span style="mso-ansi-language: ES;">Los paseantes de la Gran Vía fueron retratados por el genial Francisco Catalá Roca. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-63726396646820104332020-01-31T15:00:00.000+01:002020-01-31T15:00:06.886+01:00Una guerra sin fin. "Antes de decirte adiós" (Guillermo Galván Olalla, 2010)<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="font-family: "Times New Roman", serif;">"La verdad se puede contar de muchas formas. La novela es una de ellas" (p. 185)</b></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Para Borges, el libro no es más que una extensión de la imaginación y la memoria. Nos ayuda, pues, a fijar el recuerdo, a solventar su intrínseca precariedad, a reconstruirlo cuando se trata de noticias sueltas o deslavazadas, o a levantar uno con el que nunca habíamos contado. Cuando un creador es capaz de tocar esa fibra en el lector, éste consigue establecer una relación con su obra muy difícil de romper. Algo similar me sucedió con la novela que paso a comentar, varias veces leída, anotada, manoseada, arrumbada en ese purgatorio de los libros que nunca se acaban de dar por amortizados, mientras acumula polvo componiendo un apretado pelotón que se niega a formar con aquellos otros que ya nos han dado todo lo que esperábamos de ellos.</span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">De mi primer acercamiento a ella conservo la impresión que me causó, por un lado, la descripción de los alrededores del Puente de Segovia y de la Puerta del Ángel una fría noche de finales de marzo de 1939 y, por otro, la escena de unos niños de doce años hurgando entre los escombros de una casa bombardeada en el barrio de Lavapiés en busca de maderos con que alimentar el fuego.</span><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Estos días se cumplen diez años de la aparición en las
librerías de “Antes de decirte adiós”, sexta novela del escritor valenciano
Guillermo Galván (Grao, 1950). Firmada en Tres Cantos en mayo de 2004, tardaría
más de cinco años en salir de la imprenta, plazo a todas luces excesivo
tratándose de un autor ya consagrado por aquel entonces. La propia dedicatoria
de esta novela (“A mi padre, in memoriam por caprichos del mercado”) nos da una
pista sobre el tipo de obra </span><span style="font-family: "times new roman", serif;">que tenemos entre manos: </span><span style="font-family: "times new roman", serif;">novedosa, atrevida, ¿tendrá fácil acogida?...</span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDDDdhW4ezwWQ9T36i5SVnOr8wd9WRTtx3uuYK4GoOJ0M8MgFpNdJwZxixN9wUcnp73rXGxM24zDgcS3RHhcgWa8028BYB8TDRu2SFn4h8HllefWklBbTYu4zrrW-IRAC-jm7SXRf4nDg/s1600/Antes+de+decirte+adi%25C3%25B3s.+Port.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="988" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDDDdhW4ezwWQ9T36i5SVnOr8wd9WRTtx3uuYK4GoOJ0M8MgFpNdJwZxixN9wUcnp73rXGxM24zDgcS3RHhcgWa8028BYB8TDRu2SFn4h8HllefWklBbTYu4zrrW-IRAC-jm7SXRf4nDg/s400/Antes+de+decirte+adi%25C3%25B3s.+Port.jpg" width="246" /></a></div>
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
</div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif;">Efectivamente, en “Antes de decirte de adiós” se combinan
a la perfección el género policíaco (la intriga, el suspense, un final insospechado), el picaresco, el romántico y
el histórico, con el siempre exitoso </span><i style="font-family: "times new roman", serif;">tema
</i><span style="font-family: "times new roman" , serif;">del “manuscrito encontrado”, la denuncia política y la Guerra Civil
(considerada prácticamente un género en nuestro mundo literario) como hilo
conductor de la trama. Su estilo, que muy a menudo alcanza altas cotas de
lirismo, se sirve a discreción del ritmo proporcionado por la técnica periodística,
e incluso, en más de una ocasión, cinematográfica.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Su armazón estructural, de una solidez y firmeza poco
comunes, vertebra<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la narración en dos (quizá
tres) partes perfectamente diferenciadas.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaWiAuwdZIGabBnoUXJjIwlExxwhehs_80lgIqw1CPxio1n98PrxgxMMBZCTperA5IeXVYkmx0o9anQi1ly8ZbFWzcuLlEdMiF_1uRp8cz1LGYZNC4H0i0Jk_0Fn8oNR-dYbL-jpIASX8/s1600/GuillermoGalvan.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="231" data-original-width="219" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaWiAuwdZIGabBnoUXJjIwlExxwhehs_80lgIqw1CPxio1n98PrxgxMMBZCTperA5IeXVYkmx0o9anQi1ly8ZbFWzcuLlEdMiF_1uRp8cz1LGYZNC4H0i0Jk_0Fn8oNR-dYbL-jpIASX8/s400/GuillermoGalvan.jpg" width="379" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><b>Guillermo Galván Olalla</b></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La primera, <b>“Cuatro días de marzo”</b></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">, título que nos recuerda a los “Tres días de julio”
(Luis Romero, 1967) es una novela en sí misma. En ella asistimos a las últimas jornadas
de la guerra civil en Madrid. Matías Cabedo, Marcos Tobera “Marquitos”, Nick y
Fidel Ubiazu, soldados pertenecientes a un batallón penitenciario de Los
Llanos, bajo la atenta vigilancia del sargento Burgallo y del teniente Laviana,
se trasladan a la capital para cumplir una misión un tanto extravagante,
absurda y bastante arriesgada ordenada por el capitán Gandarias: rescatar el
cadáver de Anselmo Carrachano, un antiguo profesor de Azaña.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">“La senda de los vencidos” es el título de la segunda parte. Cambiamos
completamente de registro y damos un salto de más de 20 años. Abril de 1961.
Plena Guerra Fría. Fidel Castro ha afianzado su poder en Cuba, la Unión
Soviética supera a Estados Unidos en la carrera espacial, un grupo de exiliados
franceses en Madrid, mezclados en la trama de la independencia de Argelia, es
protegido por policías españoles destinados en la Brigada de Extranjería. Uno
de estos agentes, Dimas Tallón, hijo mayor de un conocido notario y consejero
nacional del Movimiento, ante la insistencia de Mercedes Dávila, madre de Rosa, la novia de su hermano Rodrigo, acepta investigar los sucesos recogidos en un manuscrito que ha llegado a sus manos titulado
“Cuatro días de marzo".<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Podríamos considerar “Vivos y muertos” como una tercera parte de la novela,
aunque parece más bien un acelerador al que llegamos después de atar los cabos
que han ido quedando sueltos a lo largo de la trama. En una tensión cada vez
más acentuada y, en cierto punto, frenética, se nos muestran los aspectos más
turbios del ejército de África de los años 20 (informe Picasso), el mundo del
cine, el soborno, la corrupción… desencadenando un desenlace verosímil que con
toda seguridad satisface al lector.<o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">“Media docena de hombres en busca de un olvido del presidente, o ex
presidente, qué coño importaba ya, Azaña” (p. 20)<o:p></o:p></span></b><br />
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></b>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_BiQL0MCljdobiKSypV9wEYBuOJrXOQHaVnBPE4ZZorTLEMoSxrvICqBd_amjh081fMzi_jFn9t9GMf7ByPdfoAHFsEvS4fuEQbP47uYfkI9GWs6h7yIjSB_u-wza_KUxwq9OGASSbVo/s1600/Antes+de+decirte+adi%25C3%25B3s.+Port.Detalle.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1099" data-original-width="1593" height="275" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_BiQL0MCljdobiKSypV9wEYBuOJrXOQHaVnBPE4ZZorTLEMoSxrvICqBd_amjh081fMzi_jFn9t9GMf7ByPdfoAHFsEvS4fuEQbP47uYfkI9GWs6h7yIjSB_u-wza_KUxwq9OGASSbVo/s400/Antes+de+decirte+adi%25C3%25B3s.+Port.Detalle.jpg" width="400" /></a></div>
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">¿Otra novela sobre la guerra…? Sí… y no. Me voy a detener únicamente en un par de aspectos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">“Cuatro días de marzo”, efectivamente, es una narración
de guerra cuya trama se desarrolla en Madrid los cuatro últimos días de marzo
de 1939. Se trata de una unidad independiente, autónoma, un relato de 136
páginas que tendría vida propia desgajado del conjunto de “Antes de decirte
adiós”; sin embargo ésta no tendría sentido sin “Cuatro días de marzo”. Sus
protagonistas están nítidamente caracterizados, huyendo del arquetipo fácil, lo
que hace de ellos unos personajes creíbles, muy realistas y cercanos. Con algunos recuerdos iniciales de la ofensiva contra Huesca o la batalla del
Alfambra, necesarios para comprender las especiales circunstancias del “héroe”
principal, Matías Cabedo, un hombre hecho a sí mismo, con una infancia que no deja de recordarnos a la de los <i>pícaros </i>de las novelas de nuestro Sigo de Oro. Las alusiones al momento histórico concreto vienen
de la mano de las notas de prensa (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Heraldo
de Madrid, El Sol, El Mercantil Valenciano</i>), de los anuncios de la
cartelera (“Gary Cooper y la Marion Davis en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La espía número trece</i> […] Pompoff y Thedy que dice el papel que
están en el Variedades”, p. 79…); de las alocuciones radiofónicas en Unión
Radio de miembros de la Junta; de la definitiva ruptura del frente en el sector
de Pozoblanco y en Toledo, “camino de Ocaña” (p. 74); de las menciones a los escasos
bares y restaurantes (El Vencejo, Casa Luis, Chicote…); y, por último, de las
descripciones, a pinceladas gruesas pero expresivas, de esos lugares de una
ciudad fría y gris, alfombrada de cascotes y miseria, por los que pulula el
grupo de soldados de paisano un tanto alucinado, siempre desubicado: el pueblo de Vallecas, Atocha,
Embajadores, Lavapiés… y el Puente de Segovia, con su glorieta, el Paseo de
Extremadura y la Puerta del Ángel, escenario del prolegómeno impactante y
dramático de un final no menos cruel e inesperado:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">“La piedra centenaria del puente disfrazada ahora de
sombra esculpida, cañada para reses destino al matadero…. A la derecha [del
Puente de Segovia], el pardo cemento de la Casa de Socorro se alzaba mudo y
ciego; a la izquierda, en medio de la plazoleta, el viejo cuartel de
carabineros […] A una orden […] se plantaron ante los muros de un bloque
evacuado, como lo estaban todos los del barrio desde que en noviembre del
treinta y seis el ejército franquista se presentó en las puertas de la ciudad:
a partir de esa fecha, y tras los iniciales escarceos de vaivén, ni un palmo se
había movido el frente, instalado un kilómetro largo más arriba, en lo alto de
la ancha calle, una zona donde cada acera estaba dominada por un bando y los
combatientes se hostigaban de un lado a otro de la calzada desde parapetos y
ventanas, o bajo tierra como topos cargados de dinamita. […] Bajo la protección
de muros y sombras, siguieron sus pasos hasta los alrededores de la iglesia de
Santa Cristina sin percibir el menor movimiento humano y, desde allí, por la
Puerta del Ángel, se sumergieron entre la arboleda de la Casa de Campo hasta
las cercanías de un edificio de planta baja con muros calados por la metralla y
tejado milagrosamente intacto. A su pie, y junto a lo que en tiempos debió de
ser un pequeño y coqueto cenador, el chico descubrió una boca de tierra bien
oculta bajo un disco de metal…” (p. 114 y 116)<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-wXI5FBGEv1GFztSswskws5FS_PxoP8nTBr_51NUDNnaHxAHhdzhLx4BmBCaqMrq-GQ6PB3bMPabM0EPnl1LRD0msJazEL2PCN4PJxyRfT0CNo7IGw2xOJ6V1pm5mLhwv9x9Rs1TVxe8/s1600/PuenteSegovia1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="176" data-original-width="286" height="246" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-wXI5FBGEv1GFztSswskws5FS_PxoP8nTBr_51NUDNnaHxAHhdzhLx4BmBCaqMrq-GQ6PB3bMPabM0EPnl1LRD0msJazEL2PCN4PJxyRfT0CNo7IGw2xOJ6V1pm5mLhwv9x9Rs1TVxe8/s400/PuenteSegovia1.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><b>Vista del Puente de Segovia</b></td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Respecto a otras “novelas de/sobre la guerra” que hemos
comentado en este blog, y a falta de establecer un esquema o estructura común
en el que se sientan cómodas, “Cuatro días de marzo” comparte ciertos rasgos
con ellas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">La <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">ciudad de
Madrid</b> con un papel que, en cierto modo, trasciende al de mero “escenario
de los hechos” (“Madrid parecía asumir con estoicismo lo inevitable” p. 42),
adquiriendo un rol protagonista, humanizado (<a href="http://%E2%80%9Cla%20verdad%20se%20puede%20contar%20de%20muchas%20formas.%20la%20novela%20es%20una%20de%20ellas%E2%80%9D%20%28p.%20185%29%20para%20borges%2C%20el%20libro%20no%20es%20m%C3%A1s%20que%20una%20extensi%C3%B3n%20de%20la%20imaginaci%C3%B3n%20y%20la%20memoria.%20nos%20ayuda%2C%20pues%2C%20a%20fijar%20el%20recuerdo%2C%20a%20solventar%20su%20precariedad%2C%20a%20reconstruirlo%20cuando%20se%20trata%20de%20noticias%20sueltas%20y%20deslavazadas%2C%20o%20a%20levantar%20uno%20con%20el%20que%20nunca%20hab%C3%ADamos%20contado.%20cuando%20un%20autor%20es%20capaz%20de%20tocar%20esa%20fibra%20en%20el%20lector%2C%20%C3%A9ste%20consigue%20establecer%20una%20relaci%C3%B3n%20con%20su%20obra%20muy%20dif%C3%ADcil%20de%20romper.%20algo%20similar%20me%20sucedi%C3%B3%20con%20la%20novela%20que%20paso%20a%20comentar%2C%20varias%20veces%20le%C3%ADda%2C%20anotada%2C%20manoseada%2C%20arrojada%20en%20ese%20purgatorio%20de%20libros%20que%20nunca%20se%20acaban%20de%20dar%20por%20amortizados%2C%20mientras%20acumula%20polvo%20componiendo%20un%20apretado%20pelot%C3%B3n%20que%20se%20niega%20a%20formar%20con%20aquellos%20otros%20que%20ya%20nos%20han%20dado%20todo%20lo%20que%20esper%C3%A1bamos%20de%20ellos./" target="_blank">“Acero de Madrid”, de José Herrera "Petere"</a>; <a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2014/12/persiguiendo-una-luz-cegadora-y-lo.html" target="_blank">"A lo lejos, una lucecita", de Manuel Chaves Nogales</a>, <a href="http://%E2%80%9Cla%20verdad%20se%20puede%20contar%20de%20muchas%20formas.%20la%20novela%20es%20una%20de%20ellas%E2%80%9D%20%28p.%20185%29%20para%20borges%2C%20el%20libro%20no%20es%20m%C3%A1s%20que%20una%20extensi%C3%B3n%20de%20la%20imaginaci%C3%B3n%20y%20la%20memoria.%20nos%20ayuda%2C%20pues%2C%20a%20fijar%20el%20recuerdo%2C%20a%20solventar%20su%20precariedad%2C%20a%20reconstruirlo%20cuando%20se%20trata%20de%20noticias%20sueltas%20y%20deslavazadas%2C%20o%20a%20levantar%20uno%20con%20el%20que%20nunca%20hab%C3%ADamos%20contado.%20cuando%20un%20autor%20es%20capaz%20de%20tocar%20esa%20fibra%20en%20el%20lector%2C%20%C3%A9ste%20consigue%20establecer%20una%20relaci%C3%B3n%20con%20su%20obra%20muy%20dif%C3%ADcil%20de%20romper.%20algo%20similar%20me%20sucedi%C3%B3%20con%20la%20novela%20que%20paso%20a%20comentar%2C%20varias%20veces%20le%C3%ADda%2C%20anotada%2C%20manoseada%2C%20arrojada%20en%20ese%20purgatorio%20de%20libros%20que%20nunca%20se%20acaban%20de%20dar%20por%20amortizados%2C%20mientras%20acumula%20polvo%20componiendo%20un%20apretado%20pelot%C3%B3n%20que%20se%20niega%20a%20formar%20con%20aquellos%20otros%20que%20ya%20nos%20han%20dado%20todo%20lo%20que%20esper%C3%A1bamos%20de%20ellos./" target="_blank">“Celia en la revolución”, de Elena Fortún</a>, <a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2012/04/entre-el-desarraigo-y-la.html" target="_blank">“Las últimas banderas”, de Ángel María de Lera</a>, <a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2013/05/vientos-de-guerra-visperas-festividad-y.html" target="_blank">“San Camilo, 1936”, de Camilo José Cela</a>…)<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">El <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">héroe o actor
principal como un ser desarraigado</b>, con una vida rota, truncada (<a href="http://%E2%80%9Cla%20verdad%20se%20puede%20contar%20de%20muchas%20formas.%20la%20novela%20es%20una%20de%20ellas%E2%80%9D%20%28p.%20185%29%20para%20borges%2C%20el%20libro%20no%20es%20m%C3%A1s%20que%20una%20extensi%C3%B3n%20de%20la%20imaginaci%C3%B3n%20y%20la%20memoria.%20nos%20ayuda%2C%20pues%2C%20a%20fijar%20el%20recuerdo%2C%20a%20solventar%20su%20precariedad%2C%20a%20reconstruirlo%20cuando%20se%20trata%20de%20noticias%20sueltas%20y%20deslavazadas%2C%20o%20a%20levantar%20uno%20con%20el%20que%20nunca%20hab%C3%ADamos%20contado.%20cuando%20un%20autor%20es%20capaz%20de%20tocar%20esa%20fibra%20en%20el%20lector%2C%20%C3%A9ste%20consigue%20establecer%20una%20relaci%C3%B3n%20con%20su%20obra%20muy%20dif%C3%ADcil%20de%20romper.%20algo%20similar%20me%20sucedi%C3%B3%20con%20la%20novela%20que%20paso%20a%20comentar%2C%20varias%20veces%20le%C3%ADda%2C%20anotada%2C%20manoseada%2C%20arrojada%20en%20ese%20purgatorio%20de%20libros%20que%20nunca%20se%20acaban%20de%20dar%20por%20amortizados%2C%20mientras%20acumula%20polvo%20componiendo%20un%20apretado%20pelot%C3%B3n%20que%20se%20niega%20a%20formar%20con%20aquellos%20otros%20que%20ya%20nos%20han%20dado%20todo%20lo%20que%20esper%C3%A1bamos%20de%20ellos./" target="_blank">“Celia…”</a>,
<a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2011/10/novelas-con-la-guerra-al-fondo-duelo-en.html" target="_blank">“Duelo en El Paraíso”, de Juan Goytisolo</a>, <a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2012/04/entre-el-desarraigo-y-la.html" target="_blank">“Las últimas banderas…”</a>, <a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2013/05/vientos-de-guerra-visperas-festividad-y.html" target="_blank">“San Camilo…”</a>) que concibe <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">América como un
Edén</b>. En palabras del protagonista de “Las últimas banderas”, ese lugar
“que les esperaba y donde, en su opinión, el trabajo valía más que nada y la
libertad era, para los hombres, como el aire para los pájaros”<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Para Matías Cabedo, encerrado en el batallón
penitenciario del acuartelamiento del aeródromo de Los Llanos, la proximidad de
los aviones le inspiraba, necesariamente, “Volar. Y llegar a América, a esa
tierra cuya noche es nuestro día y el día nuestra noche, donde los inviernos se
hacen veranos y los hemisferios se disputan la hegemonía de los puntos
cardinales. América, el lugar donde se palpan estrellas nunca vistas y promesas
diferentes. Buenos Aires, Caracas, Río quizá, ciudades cuyos cielos son
distintos y en las que los sueños pueden ser soñados bajo otras constelaciones”
(P. 28-29)<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Al igual que en la novela de <a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2012/04/entre-el-desarraigo-y-la.html" target="_blank">Ángel María de Lera</a>,
asistimos en “Cinco días de marzo” a la socorrida y exitosa escena cervantina
del <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">escrutinio de libros</b>: “[Inés
Alfaro] con una caja a su lado llena de libros y papeles que ella iba
depositando ritualmente en el fuego y removía con un atizador como si cocinase
un caldo de brasas […] Libros de Marx, Bakunin, Engels y otros autores que le
sonaban a personajes revolucionarios, documentos de trabajo de la Agrupación
Socialista Madrileña y de la UGT, proclamas y octavillas llamando a la
resistencia antifascista.” (p. 50-51) De la quema se salvará "Crimen y castigo", de Dostoievski. La personalidad de su protagonista, Raskòlnikov, gravitará sobre la figura de Matías Cabedo y el ejemplar rescatado de la segura destrucción adquirirá una importancia vital hacia el final de la novela.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Con <a href="http://%E2%80%9Cla%20verdad%20se%20puede%20contar%20de%20muchas%20formas.%20la%20novela%20es%20una%20de%20ellas%E2%80%9D%20%28p.%20185%29%20para%20borges%2C%20el%20libro%20no%20es%20m%C3%A1s%20que%20una%20extensi%C3%B3n%20de%20la%20imaginaci%C3%B3n%20y%20la%20memoria.%20nos%20ayuda%2C%20pues%2C%20a%20fijar%20el%20recuerdo%2C%20a%20solventar%20su%20precariedad%2C%20a%20reconstruirlo%20cuando%20se%20trata%20de%20noticias%20sueltas%20y%20deslavazadas%2C%20o%20a%20levantar%20uno%20con%20el%20que%20nunca%20hab%C3%ADamos%20contado.%20cuando%20un%20autor%20es%20capaz%20de%20tocar%20esa%20fibra%20en%20el%20lector%2C%20%C3%A9ste%20consigue%20establecer%20una%20relaci%C3%B3n%20con%20su%20obra%20muy%20dif%C3%ADcil%20de%20romper.%20algo%20similar%20me%20sucedi%C3%B3%20con%20la%20novela%20que%20paso%20a%20comentar%2C%20varias%20veces%20le%C3%ADda%2C%20anotada%2C%20manoseada%2C%20arrojada%20en%20ese%20purgatorio%20de%20libros%20que%20nunca%20se%20acaban%20de%20dar%20por%20amortizados%2C%20mientras%20acumula%20polvo%20componiendo%20un%20apretado%20pelot%C3%B3n%20que%20se%20niega%20a%20formar%20con%20aquellos%20otros%20que%20ya%20nos%20han%20dado%20todo%20lo%20que%20esper%C3%A1bamos%20de%20ellos./" target="_blank">“Acero de Madrid”</a> y <a href="http://%E2%80%9Cla%20verdad%20se%20puede%20contar%20de%20muchas%20formas.%20la%20novela%20es%20una%20de%20ellas%E2%80%9D%20%28p.%20185%29%20para%20borges%2C%20el%20libro%20no%20es%20m%C3%A1s%20que%20una%20extensi%C3%B3n%20de%20la%20imaginaci%C3%B3n%20y%20la%20memoria.%20nos%20ayuda%2C%20pues%2C%20a%20fijar%20el%20recuerdo%2C%20a%20solventar%20su%20precariedad%2C%20a%20reconstruirlo%20cuando%20se%20trata%20de%20noticias%20sueltas%20y%20deslavazadas%2C%20o%20a%20levantar%20uno%20con%20el%20que%20nunca%20hab%C3%ADamos%20contado.%20cuando%20un%20autor%20es%20capaz%20de%20tocar%20esa%20fibra%20en%20el%20lector%2C%20%C3%A9ste%20consigue%20establecer%20una%20relaci%C3%B3n%20con%20su%20obra%20muy%20dif%C3%ADcil%20de%20romper.%20algo%20similar%20me%20sucedi%C3%B3%20con%20la%20novela%20que%20paso%20a%20comentar%2C%20varias%20veces%20le%C3%ADda%2C%20anotada%2C%20manoseada%2C%20arrojada%20en%20ese%20purgatorio%20de%20libros%20que%20nunca%20se%20acaban%20de%20dar%20por%20amortizados%2C%20mientras%20acumula%20polvo%20componiendo%20un%20apretado%20pelot%C3%B3n%20que%20se%20niega%20a%20formar%20con%20aquellos%20otros%20que%20ya%20nos%20han%20dado%20todo%20lo%20que%20esper%C3%A1bamos%20de%20ellos./" target="_blank">“Tiempo de héroes”, de Jorge Martínez Reverte</a>, “Cinco días de marzo” comparte una ausencia, una renuncia: en ningún
momento, ni autor ni protagonistas se plantean la necesidad de proponer una <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">reflexión sobre el conflicto</b> que están
sufriendo. Desprecian aventurar una explicación de largo alcance, lo menos
circunstancial posible; parecen cerrarse a indagar en las actitudes propias y
ajenas, tanto políticas como sociales, del presente y del pasado, las causas del desastre.<o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">“También los muertos tienen derecho a que se piense en ellos” (p. 201)<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Nos preguntábamos si “Antes de decirte adiós” es otra
novela de guerra. Podemos añadir que es la novela de una guerra que no ha
terminado aún.</span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><br /></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">El título que encabeza la segunda parte o narración, “La
senda de los vencidos” y el delirante desenlace </span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">“Vivos y muertos”, parecen bastante elocuentes. Por si fuera poco, a</span><span style="font-family: "times new roman" , serif;">bundan las referencias a las luchas de poder dentro del Régimen, duras críticas a Franco y a su dictadura, alusiones a Millán Astray, Pemán, Manuel Aznar, la amargura de los vencidos por su doble derrota (militar y civil) o la impotencia a la hora de hacer frente a la nueva situación política. </span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "times new roman" , serif;">En abril de 1961, Madrid es una ciudad de claroscuros. Ya no es el lugar
frío, gris, húmedo, con ese cielo de acero que amenaza con desplomarse sobre
los actores de “Cuatro días de marzo”. Pero las borrascas no terminan de
disiparse. Guillermo Galván recurre sistemáticamente a la simbología del tiempo
atmosférico para ambientar el estado de ánimo de sus personajes. La guerra,
como los nubarrones que descargan inopinadamente, sigue presente, y a Dimas
Tallón, el agente de Extranjería protagonista de esta “segunda novela”,
encargado de “custodiar” a Salan, uno de los militares franceses enredados en
el conflicto por la independencia de Argelia perseguido por el gobierno De
Gaulle, le recuerda todo eso al 18 de julio, “primero África y después la
metrópoli” (p. 205)</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Dimas Tallón, policía fumador de grifa, gran escéptico, unido sentimentalmente a una prostituta, un poco de vu</span><span style="font-family: "times new roman" , serif;">elta de todo ("tiene que ser reconfortante creer en algo", p. 209), sin esperanzas ni ilusiones, enfrentado
con su padre, destacado jerarca del Régimen, que representa lo que más odia, se vuelca en el esclarecimiento de los
hechos narrados en un manuscrito titulado “Cuatro días de marzo”, lo que le da
nuevo sentido a una existencia anodina en virtud de la similitud de lo expuesto
en el texto con su propia vida.</span><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">“Al avanzar en el último capítulo, con referencias concretas al paseo de
Extremadura, tuvo que tomarse un respiro. Abrumado por la familiaridad del
escenario, por un aluvión de recuerdos infantiles que le llegaban en tromba
como una horda invasora […] El cuartel de carabineros frente al puente de
Segovia, la Casa de Socorro, la tienda de jabones de don Manuel en el número
8…; la carnicería de doña Silvestra en el 10… [el] colegio del Ave María de
doña Antonia Medrano. Y de nuevo su madre, el vientre hinchadísimo como nunca y
sin apenas poder dar un paso, organizando la evacuación de su casa, como se
evacuaban todas las del barrio porque los fascistas, así los llamaban todos,
tiraban ya desde muy cerca. Y el grupo de milicianos que cargaba su escasa
media docena de muebles hasta un camión, y entre ellos, vestido como un
miliciano más, a don Simón Valera, el cura de Santa Cristina” (175-176)<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br /></span>
<br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El estilo y el ritmo cambian de forma radical en "Vivos y muertos". La narración nos traslada a otros escenarios, como Aranda de Duero, Aranjuez, Chinchón y Pau, y se intercalan los largos testimonios en primera persona de Rodrigo Tallón, Néstor Plaza y Pedro Gandarias que, al modo cervantino de novela dentro de la novela, ponen en pie las vidas de los personajes de "Cuatro días de marzo", salvándolos de un casi inevitable olvido.</span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif;">En conclusión, y para no alargar más de lo debido este comentario, "Antes de decirte adiós", con la excusa de un impecable "manuscrito encontrado", entra de lleno en el género policíaco, de suspense muy bien trabado, donde se aclaran
todos y cada uno de los puntos oscuros planteados con una enorme pericia y se
cierra un círculo que nos mantiene suspendidos durante toda su lectura.</span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><br /></span>
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><b>"No le ibas a abandonar, y yo no podía contártelo todo antes de decirte adiós para dejarte con esa verdad comiéndote la vida" (p. 396)</b></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;">Guillermo Galván. Antes de decirte adiós. 1ª edición. Madrid: Santillana Ediciones Generales, 2010. Colección "Suma de Letras". 421 p.</span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<br />Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-47701147087267652982020-01-22T15:00:00.000+01:002020-01-22T15:17:28.947+01:00Una justificación circular<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiu9V_HLJ-3YM9VHXYWbTXG4qIK393zDdfG5KYTOM5I3LEpfX1vtmAMwaSse4v34qPIgwXlv9Sq4Q-qXtE_Hd2Qde2Rr86PhZkKbQn16Feh-ZTnskynWXOeHDUXNClUKvkMwprsWIFrwtc/s1600/ParqueCruces.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="194" data-original-width="259" height="238" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiu9V_HLJ-3YM9VHXYWbTXG4qIK393zDdfG5KYTOM5I3LEpfX1vtmAMwaSse4v34qPIgwXlv9Sq4Q-qXtE_Hd2Qde2Rr86PhZkKbQn16Feh-ZTnskynWXOeHDUXNClUKvkMwprsWIFrwtc/s320/ParqueCruces.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Aquel
día, ya anochecido, regresaba a casa con los pequeños después de dar un paseo
por el parque. Era uno de los previos a Reyes, cuando las fiestas declinan a la
espera de la traca final y el tiempo nos regala, como anticipo de lo que ha de
venir, algunos minutos más de luz y unos olores nuevos, como de estreno.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Durante
la caminata habíamos tocado, como en tantas otras ocasiones a lo largo de la
última semana, con la intención de dulcificar el desencanto que rumiaba Sara
desde que el día de Navidad recibiera como un jarro de agua fría la “mala
nueva” de la humanidad de Papá Noel y de Sus Majestades de Oriente, de la
permanencia de la magia, de la ilusión, de la creencia en lo que no se ve; de
mantener encendidas unas tradiciones, costumbres o hábitos que nos van a
acompañar, moldeándonos de alguna manera, durante toda la vida; de la necesidad
de cierta liturgia, de cultivar unos ritos que reconocemos como propios y
auténticos, asumimos de nuestros padres y esperamos transmitir a nuestros
hijos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Mientras
esperábamos en silencio que bajara el ascensor, recibí una llamada de Carmen.
Desde algún centro comercial apalabraba con urgencia los últimos regalos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-“¿Qué
tienes de Ayn Rand?”, preguntó a bocajarro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">“Todo,
o casi todo”, pensé<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkGCUHd4-7gXwF0eW7-am377jFbzgLR08iUHPRBRHZGGLJifIVitcicblir7kxt8Tvat5kb1ocqnvwrmGgJjbXi3QpQpJaFpttAgOoe_tuSJw2HW6lciARji_YM-zqvFrtzS6sCQH_5Gc/s1600/CooperNeal.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="750" data-original-width="1440" height="165" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkGCUHd4-7gXwF0eW7-am377jFbzgLR08iUHPRBRHZGGLJifIVitcicblir7kxt8Tvat5kb1ocqnvwrmGgJjbXi3QpQpJaFpttAgOoe_tuSJw2HW6lciARji_YM-zqvFrtzS6sCQH_5Gc/s320/CooperNeal.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Patricia Neal y Gary Cooper</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">En
ese instante, de una duración incalculable, como invocados por el nombre de la
rusoamericana, se agolparon en mi cabeza un par recuerdos, más o menos
recientes, y una sensación agridulce.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El
recuerdo amargo de una tarde de junio, cubriendo a pie la distancia entre Alonso
Martínez y Plaza de España después de renovar nuestros carnets de identidad en
Santa Engracia. Bajábamos por Fuencarral callados los tres, (Sara, Carmen y yo),
sin atrevernos a pronunciar una palabra que sonara a reproche o a culpabilidad utilizados
como armas arrojadizas, intentado encajar de la mejor forma posible la última ocurrencia
de la dirección de colegio de la niña. A la altura de la Casa del Libro, en
Gran Vía, mientras ellas continuaban su camino, me detuve sorprendido al ver que
uno de los escaparates lo ocupaba, creo que en su totalidad, un buen número de
ejemplares de una recientísima edición de “La rebelión de Atlas”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El
recuerdo sensual asociado al tacto, al olor, a los colores que siempre acompaña
al libro de segunda mano, cuando compré en una librería de viejo “Los que
vivimos”, con ese papel tan ácido y precario de los años cuarenta, áspero, demasiado
oscuro, como sucio, casi quebradizo; y “El manantial”, este ya era otra cosa, con
su cubierta a todo color protegida por una solapa de plástico, en la que Patricia
Neal y Gary Cooper, los protagonistas de la película de King Vidor, posaban sonrientes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-“¿Qué
tienes de Ayn Rand?”. Insistió<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-¿Por
qué? – Respondí con una pregunta retórica, pues ya adivinaba la respuesta, sujetando
la puerta del ascensor mientras entraban en la cabina Sara y Alejandro, <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-
“La rebelión de Atlas”, ¿lo tienes?<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9zs9YT6i7jFmB7E1aHeSW2oW8HtAfKnvhP_fbTDbX4boNUejoFj2Kj6vknCdjAzekzc74NKQy2TIKaeAXi-kaavJ_fc-0Ad7AFjQ5XoGlEU-ndobr714l3dF_y2EeifyFiaRYxMa12Yg/s1600/Rebeliondeatlas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="331" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9zs9YT6i7jFmB7E1aHeSW2oW8HtAfKnvhP_fbTDbX4boNUejoFj2Kj6vknCdjAzekzc74NKQy2TIKaeAXi-kaavJ_fc-0Ad7AFjQ5XoGlEU-ndobr714l3dF_y2EeifyFiaRYxMa12Yg/s400/Rebeliondeatlas.jpg" width="263" /></a></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Siempre
había querido tener una edición en papel que facilitara su lectura lenta,
anotada, reposada; que permitiera registrar todos sus detalles, los guiños, los
mensajes reiterativos que contiene… Aunque ya han pasado muchos años de mi
inmersión apresurada, un tanto agitada y muy superficial, en la obra de A. Rand, (</span><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2011/05/ayn-rand-su-recepcion-en-espana-i.html" style="font-family: "times new roman", serif; font-size: 12pt;" target="_blank">1</a><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">, </span><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2011/05/ayn-rand-su-recepcion-en-espana-ii.html" style="font-family: "times new roman", serif; font-size: 12pt;" target="_blank">2</a><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">, </span><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2011/05/ayn-rand-su-recepcion-en-espana-iii.html" style="font-family: "times new roman", serif; font-size: 12pt;" target="_blank">3</a><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">, </span><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2011/06/etica-objetivista.html" style="font-family: "times new roman", serif; font-size: 12pt;" target="_blank">4</a><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;"> y </span><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2011/06/ayn-rand-su-lado-oscuro.html" style="font-family: "times new roman", serif; font-size: 12pt;" target="_blank">5</a><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">)</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">, reconozco ahora
que el deslumbramiento que me provocaron sus novelas, como tantas veces me
ocurre, se transformó en poco tiempo en una obsesión, y fue uno de los motivos
que me empujaron a iniciar la andadura de este proyecto truncado de blog un </span><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2011/05/justificacion.html" style="font-family: "times new roman", serif; font-size: 12pt;" target="_blank">27de mayo de 2011</a><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">. </span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;"><br /></span>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Últimamente recurro a menudo a la idea del retorno a los orígenes, a visitar de nuevo esos lugares del alma en los que uno se reconoce y sosiega; allí encuentro tantas explicaciones como fuerza para afrontar lo venidero. Con ese símil circular, donde ignoramos qué ocurrirá cuando se cierre la figura, me identifico plenamente.</span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;"><br /></span>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Creo que fue en ese momento, mientras subíamos en el ascensor,
cuando resolví volver a escribir. De ahí la sensación agridulce, teñida de ilusión
y de temor, que acarrea la intención que hoy asumo de recuperar y reanudar una
relación que rompí por pereza y desidia, sin dar ninguna explicación, el 25 de
julio de 2017.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Desde
el 6 de enero el grueso tomo de “La rebelión de Atlas”, en su edición española
revisada de 2019, me vigila desde la mesita del sofá como el testigo de un
compromiso que espero no defraudar esta vez.</span></div>
Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com5Madrid, España40.4167754 -3.703790199999957640.0300434 -4.3492371999999575 40.8035074 -3.0583431999999577tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-66407335825615951762017-07-25T15:00:00.000+02:002017-07-27T11:45:56.269+02:00El límite de la ausencia. Continuidad y despedida. 1<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFwtWxamu1f_Mc4ESp8Np3mAG6iJ5YJOUshl-HyJMk4yaK-8OKS3Ue_llva46H43G8uRs5yLp_UskIL6ZfOd0EfwLUtoK82hrI1W2DJKV0CwfQI-CaJbSTBpDOBiOOMyvCYousd1MB9SU/s1600/filosofia+espa%25C3%25B1ola+actual.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"></a></span></span></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFwtWxamu1f_Mc4ESp8Np3mAG6iJ5YJOUshl-HyJMk4yaK-8OKS3Ue_llva46H43G8uRs5yLp_UskIL6ZfOd0EfwLUtoK82hrI1W2DJKV0CwfQI-CaJbSTBpDOBiOOMyvCYousd1MB9SU/s1600/filosofia+espa%25C3%25B1ola+actual.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="275" data-original-width="183" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFwtWxamu1f_Mc4ESp8Np3mAG6iJ5YJOUshl-HyJMk4yaK-8OKS3Ue_llva46H43G8uRs5yLp_UskIL6ZfOd0EfwLUtoK82hrI1W2DJKV0CwfQI-CaJbSTBpDOBiOOMyvCYousd1MB9SU/s200/filosofia+espa%25C3%25B1ola+actual.png" width="132" /></a></span></span></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">El sencillo gesto de enunciar un hecho o de expresar una
realidad con frecuencia es suficiente para darles carta de naturaleza. Mientras
permanezcan ocultos, disfrazados o mezclados con otros completamente ajenos
vivirán en la mentira y el error. No existirán. No serán. Otro tanto ocurre con
la libertad. Actuar como si esta existiera, por mucho que se empeñen algunos (o
la mayoría) en coartarla, refuerza su carácter de ámbito innegociable, de
condición imprescindible para el desarrollo integral de la persona. Asombra comprobar
cómo durante esos años de hierro, pese al agobio de las consignas y discursos, a
las estrecheces materiales y a la dureza de la represión de todo tipo, se daban
pasos, al menos en el mundo más privado, íntimo o personal, así como en el del
pensamiento y la creación, hacia la conquista y paulatina ampliación de un
espacio de libertad, condición <i style="mso-bidi-font-style: normal;">sine qua non</i>
para la extensión de las libertades públicas posteriores que hoy todos
disfrutamos.</span></span></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"></span></span></span></span><br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeai4JY_GV6LbjX7qSutcg-GRaEEPhyphenhyphen_QRJVhrPkBqNeph_ytX2xIGoJAud1FkuOCPDUBncdxC6-0aTTLmJrbBhWBIUaRl5J2mbIIhikvQH9wnJXcTUJqbv6Yi1JdxWTYtbemGaHSfhKg/s1600/ortega+y+la+idea+de+la+razon+vital.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="465" data-original-width="311" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeai4JY_GV6LbjX7qSutcg-GRaEEPhyphenhyphen_QRJVhrPkBqNeph_ytX2xIGoJAud1FkuOCPDUBncdxC6-0aTTLmJrbBhWBIUaRl5J2mbIIhikvQH9wnJXcTUJqbv6Yi1JdxWTYtbemGaHSfhKg/s200/ortega+y+la+idea+de+la+razon+vital.jpg" width="133" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Si pensamos en <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><a href="https://www.blogger.com/:%20http://www.cervantesvirtual.com/obra/la-filosofia-espanola-actual/" target="_blank">La filosofía española actual : Unamuno, Ortega, Morente, Zubiri</a></i> la obra de Julián Marías publicada por Espasa-Calpe en 1948, nos encontramos ante la constatación de un hecho y una realidad a la que ya no puede, porque nunca quiso, renunciar su autor. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Filosofía</i>, no mera escolástica, como se venía haciendo en la Facultad desde 1939; <i style="mso-bidi-font-style: normal;">española</i>, esto es: elaborada en España y en español; <i style="mso-bidi-font-style: normal;">actual</i>, presente, vigente, con un pie en el pasado, recogiendo los frutos de la rica tradición de la generación del 98 y siempre proyectada hacia el futuro. El reconocimiento a los maestros en un sincero homenaje independientemente de las ampollas que en los círculos oficiales pudiera levantar su simple mención refleja el nivel de seguridad y confianza en la veracidad de su pensamiento al que había llegado Marías. Algo similar sucede con el texto de ese mismo año, publicado en Santander, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ortega y la idea de la razón vital</i>.</span></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"></span></span></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Pero a este estado de ánimo no se llega de forma gratuita. No olvidemos el impacto que <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>supusieron para la joven pareja las jornadas lisboetas junto a Ortega en verano de 1944, que se repitieron un año después. Fue un acicate para consolidar y afirmar la vocación creadora de Marías, a lo que hay que añadir el nacimiento de su primer hijo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Julianín</i>, el 11 de noviembre de 1945.<o:p></o:p></span> </span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">
</span></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> </span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">
</span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"></span></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">“Tenía delante, o en los brazos, una vida que empezaba;
era <i style="mso-bidi-font-style: normal;">una persona nueva</i>; y, sobre todo,
era alguien a quien Lolita y yo habíamos ayudado a existir; en ese sentido,
“nuestro”; y, lo que se suele olvidar, íbamos a ser “suyos”” (Julián Marías. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una vida presente</i>, I, 1988, p. 358)<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">
</span></span><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"></span></span></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Con el regreso de Ortega y el nacimiento de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Julianín</i>, auténticos estímulos, aborda y
culmina sucesivos proyectos de gran alcance.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBOEOxv1_8jUDa8AHCOq5aXA4CRMg2pTR8xq0tFS8QP95c15lEl82WUsOIPGHRNZZQKD8-BWfARhmq5MuZ4eDNWvCrBU90sZB70L0-eKmKGct07ltBHkyyoSH2g26BCqSCjVRQsQ2vMGw/s1600/filosof%25C3%25ADa+en+sus+textos.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="540" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBOEOxv1_8jUDa8AHCOq5aXA4CRMg2pTR8xq0tFS8QP95c15lEl82WUsOIPGHRNZZQKD8-BWfARhmq5MuZ4eDNWvCrBU90sZB70L0-eKmKGct07ltBHkyyoSH2g26BCqSCjVRQsQ2vMGw/s200/filosof%25C3%25ADa+en+sus+textos.jpg" width="150" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Finalizada en 1945. Publicada en 1950</span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Por una parte, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
filosofía en sus textos</i> finalizada en 1945 pero que retrasos burocráticos y
técnicos obligaron a aplazar su publicación hasta 1950. Concebida como una
biblioteca en miniatura para un mundo, el de la postguerra europea, que había
sufrido la destrucción de innumerables librerías y colecciones bibliográficas,
se presentaba como una gran antología filosófica.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">De forma casi simultánea, comienza la redacción de la
monumental <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><a href="http://www.cervantesvirtual.com/obra/introduccion-a-la-filosofia/" target="_blank">Introducción a la filosofía</a></i>
que, tras 17 meses de intenso trabajo, finalizará en enero de 1947. Si en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Historia de la Filosofía </i>se concentra,
como vimos, una gran dosis de pensamiento, en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Introducción…</i> destaca el papel de una mirada profunda: “Recorrer la
realidad con la mirada, fielmente, dejándome llevar por ella, sin detenerme”
(Julián Marías, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Op. Cit., </i>p. 363). De
“mirada responsable” calificará a la Filosofía en 1970, en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Antropología metafísica</i>. Más que una materia o disciplina, se
aborda la introducción a la Filosofía como una empresa, “la de introducirse
alguien –yo, en primer término; el hombre occidental de mediados del siglo,
también- en la filosofía”. Como no podía ser de otra manera, el método empleado
iba a ser el de la “razón vital”, hijo de Ortega pero del cual había escrito
muy poco:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigkecP2h790qavi_pfDW7SFotqxDVZmo0JXBVcV2dXugS36UU8thaix4dnFHoijavl6sW4Umo8Dsd5pTpaAoa_4PHHM_Bc8j0SdLEDB5BYy19JoyyRxdwQLNLykLqozGYtOgbHg_q6rzo/s1600/Introducci%25C3%25B3n+a+la+filosofia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="812" data-original-width="595" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigkecP2h790qavi_pfDW7SFotqxDVZmo0JXBVcV2dXugS36UU8thaix4dnFHoijavl6sW4Umo8Dsd5pTpaAoa_4PHHM_Bc8j0SdLEDB5BYy19JoyyRxdwQLNLykLqozGYtOgbHg_q6rzo/s200/Introducci%25C3%25B3n+a+la+filosofia.jpg" width="145" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Tras 17 meses de intenso trabajo...</span></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">“Yo lo había puesto en juego [el método de la razón
vital] en todos mis escritos anteriores, con bastante fruto dados mis escasos
recursos; pero nunca a fondo, sistemáticamente y desarrollando a la vez la
teoría. El resultado fue un libro sistemático, pero de un tipo de sistema
impuesto por la realidad, no voluntario: el sistema que corresponde al
sistematismo de la vida humana”(<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Op. Cit.</i>,
p. 363)</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Desde la distancia observamos que la trayectoria
intelectual de Julián Marías por aquellos años parece obedecer a un plan
preconcebido que gira en torno a la continuidad de un latido cultural y de
civilización que la guerra civil y sus secuelas no consiguieron apagar del
todo. Sus obras parecen orientadas a alimentar esa llama que un conglomerado de
fuerzas se empeñaba en extinguir.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGlKlT-P7PTHUftBSpSkyJ9JU4RHfqoQ_uFVt7I2NVW_Q1zcFuZddihG6cT__GESNyxlEusiHrJ15qHc-Kbibl4BgChti6ciXEmdcOHJ67xhsR19zD2FFe8p5ubuRJBOi25CJ2DjJWyzs/s1600/Diccionari+Literatura+JM+a-crop.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1077" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGlKlT-P7PTHUftBSpSkyJ9JU4RHfqoQ_uFVt7I2NVW_Q1zcFuZddihG6cT__GESNyxlEusiHrJ15qHc-Kbibl4BgChti6ciXEmdcOHJ67xhsR19zD2FFe8p5ubuRJBOi25CJ2DjJWyzs/s200/Diccionari+Literatura+JM+a-crop.jpg" width="133" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Codirigida junto a Germán Bleiberg</span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Ese mismo deseo de continuidad y recuperación, nunca
abandonado, se adivina en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Diccionario de
Literatura Española</i>, aparecido en la Editorial Revista de Occidente en 1949
bajo la dirección de Marías. En esta obra monumental se trata con idéntico
rasero, en pie de igualdad, a los autores que permanecieron en España y a los
que optaron por el exilio, dando así por liquidada, diez años después, la
guerra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">A esta lucha en defensa de unos claros principios de
libertad, representada en esta nómina de trabajos de una valentía que asombra
teniendo en cuenta la enemistad oficial y administrativa, habría que sumar una
serie de desgracias personales, de sinsabores que a más de uno le habría
empujado a tirar la toalla. He tomado esta frase, “el límite de la ausencia”,
con la que hacía referencia Marías al estado de ánimo que motivó el regreso de
Ortega a España porque, aparte de su enorme carga emocional, es lo
suficientemente expresiva, no solo del sentimiento de Ortega, sino del reto,
del golpe que tuvo que padecer Marías con las muertes casi simultáneas de su
padre y de su hijo Julianín en 1949. Si los nueve años de alejamiento de España
los compensó Ortega con una serie de proyectos más o menos exitosos (Instituto
de Humanidades, conferencias en Alemania y Estados Unidos…), Julián Marías
tendrá que arrastrar para siempre la ausencia del hijo, transformada en una
dolorosa presencia nunca del todo mitigada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">“Aquella noche [Julianín] se puso a hablar,
apaciblemente: “Soy un niño con más suerte… Tengo un papá y una mamá tan
buenos, que me quieren tanto; tengo una cuna tan bonita y muchos juguetes…” Un
par de horas después, súbitamente, se moría. No puedo decir nuestro
hundimiento, nuestra desesperación. Lo adorábamos; nos parecía un don
inmerecido, el hijo que hubiéramos soñado. Al ver su cuerpecillo inerte, la
vida nos resultaba insoportable. No quiero recordar aquellos días atroces,
únicamente apoyados Lolita y yo, el uno en el otro. ¿Días? Meses, años de
insomnio, de tristeza incontenible, de incomprensión del sentido de todo
aquello. Nos hablaron de meningococos con una localización suprarrenal,
infrecuentísima y que entonces al menos no tenía arreglo. No sé. Tenía tres
años y medio, era el 25 de junio. Su hermano Miguel, un niño alegrísimo y lleno
de vitalidad, lo buscaba por todas partes. Cuando nació, Julianín lo miró en su
moisés y dijo gravemente: “No sabe hablar, no tiene memoria y no tiene dientes”
Cuando el pequeño cogía juguetes del mayor, y los rompía, el dueño se reía y
decía: “Déjalo que los rompa. Es brutillo, pero es bueno. Yo lo quiero” Ahora,
Miguel, gateando, lo buscaba y parecía que nos pedía cuentas: “Tintín, Tintín”
Era desolador. No sé cómo pudimos resistirlo sin enloquecer” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Op. Cit.</i>, p. 379-380)</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"></span> <br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFOI2X0CKXSzzn66tTmDOfAh8QjBAxmpsQvwu12py7POf9MBJsm5In9dtXb5t2j8L0G1wMGxkweqLwnzsL5_D4Fc_067-HfAZAFqDCAjhiO-hgflqyZ44w1HU3MHNmvlZmO3ZjMRTAbw8/s1600/Instituto+de+Humanidades.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="600" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFOI2X0CKXSzzn66tTmDOfAh8QjBAxmpsQvwu12py7POf9MBJsm5In9dtXb5t2j8L0G1wMGxkweqLwnzsL5_D4Fc_067-HfAZAFqDCAjhiO-hgflqyZ44w1HU3MHNmvlZmO3ZjMRTAbw8/s200/Instituto+de+Humanidades.jpg" width="150" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Programa del curso organizado por Ortega y Marías</span></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;">Pero la vida tenía que seguir su curso, con el
peso de la ausencia sobre los hombros y una carga de trabajo suficiente para
intentar rellenar un vacío que nunca se colmatará..</span>. Por aquellas fechas, ya estaba en marcha
el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Instituto de Humanidades</i>,
organizado en 1948 por Ortega y Marías sobre otro proyecto, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estudios de Humanidades</i>, que por
diversos motivos no llegó a cuajar. El <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Instituto</i>…,
creado en el ámbito de lo privado, de espaldas y sin apoyos de ningún organismo
oficial, supuso un auténtico soplo de aire fresco, otro logro más en el
apuntalamiento de cierta continuidad. Concebido como un conjunto de cursos,
seminarios y coloquios, se celebraba en un piso de la calle Serrano, 50, a
excepción del curso de Ortega que, por la masiva afluencia de asistentes se
tuvo que dar, el primer año, en el salón del Círculo de la Unión Mercantil, en
Gran Vía. Para evitar sospechas, el Instituto de presentaba como una actividad
más de Aula Nueva. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicYyKo0_vVbeWN4ZYCKDevPLl54JtJ_uSdFFT9PS6Xyj8yTMkuOiKcW6Hv8eMgGECDDkW_GCw1w3rI8AbtsDtqte5HDihslzD81cvNekBjzYjnzIPw2lkdb6v8epTB4G2FGrtM52I7W6I/s1600/Ortega+Toynbee.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="422" data-original-width="311" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicYyKo0_vVbeWN4ZYCKDevPLl54JtJ_uSdFFT9PS6Xyj8yTMkuOiKcW6Hv8eMgGECDDkW_GCw1w3rI8AbtsDtqte5HDihslzD81cvNekBjzYjnzIPw2lkdb6v8epTB4G2FGrtM52I7W6I/s200/Ortega+Toynbee.jpg" width="146" /></a><br />
Fruto de las tareas del <em>Instituto...,</em> de<em> </em>las conferencias y coloquios, fue la publicación en forma de libro del curso de Marías sobre <em><a href="http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcb8739" target="_blank">El método histórico de las generaciones</a> </em> y de un resumen del de Ortega, redactado por Marías, <em>Una interpretación de la historia universal. En torno a Toynbee</em>.<br />
<br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">En un artículo publicado en <em>ABC</em> el 26 de febrero de 1989,
Julián Marías hacía memoria de las <a href="http://www.filosofia.org/hem/199/19980226.htm" target="_blank">“Humanidades, hace medio siglo”</a>:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">“</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif";">Era
una empresa arriesgada, improbable. Sirvió para convocar a un par de decenas de
personas eminentes, que colaboraron con entusiasmo en los trabajos del
Instituto, con un nivel que nada tenía entonces. Pero, por otra parte, el curso
de Ortega, «Sobre una nueva interpretación de la Historia Universal», atrajo un
público de unas seiscientas cincuenta personas, una muestra del Madrid de hace
medio siglo, que asistía a algo desconocido desde hacía largo tiempo, que había
parecido impensable. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif";">El conjunto de las demás
actividades del Instituto descubrió la existencia de investigadores y
profesores eminentes, de inmenso saber, en su mayoría creadores –en gran parte
oscurecidos por la situación política–; era un descubrimiento de la España
real, casi soterrada, con frecuencia mal vista, si no perseguida. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif";">El entusiasmo fue considerable;
los oyentes no salían de su asombro; el Instituto fue –no se olvide esto– un inmenso
suscitador de esperanza”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Una prueba del impacto del Instituto la encontramos en
<em><a href="https://www.march.es/conferencias/anteriores/voz.aspx?p1=22086" target="_blank">Elena Fortún</a></em>, que regresó a España desde su exilio argentino movida por esa
esperanza de recuperación del mundo intelectual que conocía representado en esos
cursos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Las reacciones no se hicieron esperar. Las reseñas de los
cursos publicadas en la prensa no podían exceder las veinte líneas y las
críticas adversas a los mismos no admitían réplica. Sin los apoyos que se
esperaba en un inicio y con las dificultades que había que vencer día a día,
Ortega, quizá más atraído por otros quehaceres, decidió interrumpir los cursos
una vez finalizado el de 1949-1950.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8fpjFDdzms8YxW-0zVcddavajNg7-zd8OXNr9oN2ZN_3oDA1amIhCsqo3R_bMkU0mlKIC6LfCbpx8s92xDg1DI8IK4xv96UgffUhajobKS0ZaIxFjufNQin2OYDDvprw_JkoC7WH_0LM/s1600/metodo+historico+generaciones.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="267" data-original-width="189" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8fpjFDdzms8YxW-0zVcddavajNg7-zd8OXNr9oN2ZN_3oDA1amIhCsqo3R_bMkU0mlKIC6LfCbpx8s92xDg1DI8IK4xv96UgffUhajobKS0ZaIxFjufNQin2OYDDvprw_JkoC7WH_0LM/s200/metodo+historico+generaciones.png" width="141" /></a><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif";">“En conjunto, la reacción social
de España al <i>Instituto de Humanidades</i> fue ejemplar. Fue un revulsivo
extraordinario, la toma de posesión de muchas posibilidades que habían
permanecido ignoradas hasta entonces y que fueron súbitamente descubiertas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif";">Sería posible, y apasionante,
perseguir las consecuencias de aquella sobria audacia que cumple medio siglo.
La poderosa censura impidió que quedase constancia pública adecuada de sus
efectos; pero se puede adivinar al trasluz lo que significó”. (ABC, 26 de
febrero de 1989)</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8fpjFDdzms8YxW-0zVcddavajNg7-zd8OXNr9oN2ZN_3oDA1amIhCsqo3R_bMkU0mlKIC6LfCbpx8s92xDg1DI8IK4xv96UgffUhajobKS0ZaIxFjufNQin2OYDDvprw_JkoC7WH_0LM/s1600/metodo+historico+generaciones.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a> </div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: xx-small;">Ver:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="line-height: 115%;"><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com.es/2017/06/la-resaca-de-un-sueno.html" target="_blank"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">La resaca de un sueño</span></a><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;"> (Julián Marías. 1) 21 de Junio de 2017</span></span></span></div>
<span style="font-size: xx-small;">
<span style="font-family: inherit;">
</span></span><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="line-height: 115%;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; line-height: 115%;"><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/06/por-mi-que-no-quede.html" target="_blank"><span style="line-height: 115%;"><span style="color: blue; font-family: inherit; font-size: xx-small;">"Por mí,
que no quede"</span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: inherit; font-size: xx-small; line-height: 115%;"> (Julián Marías. 2) 27
de junio de 2017</span></span></span></div>
<span style="font-size: xx-small;">
<span style="font-family: inherit;">
</span></span><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="line-height: 115%;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; line-height: 115%;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; line-height: 115%;"><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/07/encuentro.html" target="_blank"><span style="line-height: 115%;"><span style="color: blue; font-family: inherit; font-size: xx-small;">Encuentro</span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: inherit; font-size: xx-small; line-height: 115%;"> (Julián
Marías. 3) 4 de julio de 2017</span></span></span></span></div>
<span style="font-size: xx-small;">
<span style="font-family: inherit;">
</span></span><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="line-height: 115%;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; line-height: 115%;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; line-height: 115%;"><span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; line-height: 115%;"><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/07/reencuentro.html" target="_blank"><span style="color: blue; font-family: inherit; font-size: xx-small;">Reencuentro</span></a><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;"> (Julián Marías. 4) 11 de julio de 2017 </span></span></span></span></span></span></div>
<span style="font-size: xx-small;">
<span style="font-family: inherit;">
</span></span></span><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
</div>
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
</div>
Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-38625550164967792522017-07-18T14:18:00.001+02:002017-07-18T14:26:40.430+02:00Lisboa : O que o turista deve ver = What the tourist should see (Fernando Pessoa. Livros Horizonte, 2013)<br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos<span style="color: #222222;"> (Fernando Pessoa. Libro del desasosiego)</span></span></b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></b></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhD5oUQdGP54XUZ__5nns2lRfQa53PLCSjcB2hzQAz1C6iYsJ0xutZVQTAECGZKkagUaqHHh1b5liw-kMDa_VMofYQdJR1QTbY5mlt7bRnxYDZYdzMcAgGmGTfibUlsT0kGndiEZekVAB8/s1600/Pessoaweb.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="257" data-original-width="189" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhD5oUQdGP54XUZ__5nns2lRfQa53PLCSjcB2hzQAz1C6iYsJ0xutZVQTAECGZKkagUaqHHh1b5liw-kMDa_VMofYQdJR1QTbY5mlt7bRnxYDZYdzMcAgGmGTfibUlsT0kGndiEZekVAB8/s320/Pessoaweb.jpg" width="235" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">José Ortega
y Gasset solía recomendar a sus alumnos la gimnasia del pensamiento, que consistía en pensar,
al menos, diez minutos al día, lejos de la escritura y la lectura, y comprobar
así cómo se desarrolla la musculatura intelectual. ¿Se podría aplicar
igualmente este consejo al recuerdo, al trabajo de rememorar, de traer al
presente para desempolvarla la vida pasada? Si aceptamos como válida la
importancia de la perspectiva a la hora de interpretar la realidad de ayer y de
hoy, esa capacidad que tiene de darle forma, sentido y vigencia, nos
encontramos ante un escenario enriquecido en el que podemos hacer pie con
relativa seguridad, despejadas todas las dudas y sombras que proyectamos a la
hora de recuperar un momento pretérito.<o:p></o:p></span><br />
<br />
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Cuando
intento pescar las primeras impresiones que produjeron en mi mente infantil Portugal
en general, y Lisboa en particular, me vienen a la cabeza mi tía Pili, con mi
tío Celes y mis primos Rudi y Pili, veraneando en una casita baja que
alquilaban todos los años en Caparica, un pueblecito próximo a Lisboa. Por
aquel entonces (yo aun no había nacido) no debía ser más que un pueblo de
pescadores. Pero en mi imaginación, alimentada con las historias que años
después me contaban mis padres, y con esos objetos fantásticos procedentes de
Portugal (vistosas gafas de sol, bolsos, toallas, accesorios varios… ¡incluso
mantequilla “a media sal”!) que traían invariablemente cada vez que iban a
Badajoz, o venían mis tíos y primos a Madrid, se iba construyendo un Portugal
estupendo, impregnado de un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">glamour</i> y
un bienestar muy alejado del prosaísmo común a una familia numerosa, la mía,
que vivía sin estrecheces, pero con lo justo, en un popular barrio madrileño.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Acepto
que la realidad portuguesa de los primeros años setenta poco tuviera que ver
con la que yo me había forjado. Pero esta, para mi gobierno, me resultaba al
menos tan válida como la otra, cuyos detalles, atrapados al vuelo entre
noticias y comentarios, muchos de ellos a media voz, como en susurros, se me
escapaban por completo. Igualmente, de mis primeras visitas a Portugal, de las
que dan fe algunas fotografías conservadas en los álbumes familiares, no
conservo un recuerdo tan vivo como esa impronta a la que acabo de hacer
referencia, sin contar con una escala que hicimos en el Pantano, volviendo de
Portugal, con una varicela galopante que me impedía salir del coche. De ese
momento solo recuerdo la fiebre y una mujer de negro, con un bebé en brazos,
apoyada en el marco de la puerta de una especie de nave. Pero eso ya es otra
historia...<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">En
este mismo blog y en <a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2012/09/sorteando-las-olas-de-calor-pantano-del.html" target="_blank">2012</a>, aprovechando la coyuntura de las sucesivas olas
de calor que, como las presentes, atravesábamos, sin un amago de estoicismo por
lo que a mí respecta, dejé por escrito un recuerdo lisboeta, quizá el primero
realmente constatable:<o:p></o:p></span><br />
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“</span><span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Hace más de 25 años, y en unas circunstancias muy similares,
estábamos mi hermano José Ramón y yo en casa de mis padres, en el Pantano. Mi
padre, bastante comedido y paciente por lo general, se veía tan crispado por el
calor que tomó una decisión arriesgada y aventurada. Cogimos el coche (yo me
acababa de sacar el carné, esto sería sobre el 85-86) y con lo puesto (“Y lo
que me quito cuando me acuesto”, como apostillaba mi madre cuando se refería al
equipaje más escueto posible) nos marchamos a Lisboa. Recuerdo que cogimos un
par de habitaciones en el hotel <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ambos
Mundos</i>, muy próximo a la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Rua da Prata
</i>y durante las dos o tres noches que pasamos allí nos lavaban la ropa del
día para tenerla lista a la mañana siguiente. También me acuerdo del pánico que
me entró, conductor novato tenía que ser, al atravesar el puente de Salazar
(perdón, “25 de abril”) y desembocar en una glorieta donde no había una triste
señal que regulara el tráfico. “Respeta siempre a la derecha”, me repetía mi
hermano. Incapaz de controlar el desbarajuste, le dejé el volante y no volví a
cogerlo. Durante esos días que pedimos asilo vital en Lisboa, tomábamos el
autobús que nos llevaba a Caparica, la playa más popular de la capital, y
pasábamos el día como una familia lisboeta más. Entre la playa y los paseos por
la ciudad, a pie o en tranvía, transcurrieron los más agobiantes días de
aquella ola de calor un cuarto de siglo atrás”</span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">En
nuestra geografía sentimental Lisboa ocupa, pues, un lugar tan destacado (<em><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com.es/2015/07/vivir-otra-vida-verano-2014-tercera.html" target="_blank">Vivir otra vida</a>, <a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com.es/2013/09/el-tiempo-no-se-detiene-agosto-2013.html" target="_blank">El tiempo no se detiene)</a> </em>que
sentía como una falta de consideración, una especie de ofensa hacia la ciudad donde
tan buenos momentos he vivido con Carmen y los niños, no haberle dedicado ni
una sola línea a un librito que compramos durante la última estancia en casa de
Marisa, en 2015. Con la lectura aún reciente de <a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2014/04/un-viaje-interminable-librerias-de.html" target="_blank"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Librerías</i>, de Jorge Carrión</a>, decidimos acercarnos un día a
Bertrand, la librería más antigua del mundo que se encuentra ahora en la Rua
Garret, en el corazón del Chiado. Por comprar algo, y venciendo a mi proverbial
tacañería, aparte de alguna que otra libreta que eligieron los pequeños, opté
por un tomito editado por Livros Horizonte en su colección “Cidade de Lisboa”.</span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIe-qACfBpjqHipiv2wDL-KKsrdsdM4rkdSGZDmv5IqMqrjaBN0jsecbs7w_nW4HUe84K4-XVbNpGDJDRY2XWEWrcydNfwyJwc06Mwm5mWz0kWhywXM4aNRpAmiO2BHTxxY5OdVUS2KRk/s1600/Pessoa+Lisboa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1148" data-original-width="826" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIe-qACfBpjqHipiv2wDL-KKsrdsdM4rkdSGZDmv5IqMqrjaBN0jsecbs7w_nW4HUe84K4-XVbNpGDJDRY2XWEWrcydNfwyJwc06Mwm5mWz0kWhywXM4aNRpAmiO2BHTxxY5OdVUS2KRk/s400/Pessoa+Lisboa.jpg" width="286" /></a><br />
</span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> </span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">
</span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Se
trata de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Lisboa : O que o turista debe
ver = What the tourist should see”</i> una “guía turística” bilingüe escrita hacia 1925, o muy poco después, por Fernando Pessoa (1888-1935) y rescatada del conjunto de su obra inédita
(el famoso <i style="mso-bidi-font-style: normal;">arca</i> o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">espólio de Pessoa</i>, hoy custodiado en la
Biblioteca Nacional portuguesa) con motivo del centenario del nacimiento del
autor del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Libro del desasosiego</i> pero
que, por retrasos burocráticos, no vio la luz hasta 1992.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Teresa
Rita Lopes, en el detallado e interesante prólogo a esta guía, nos cuenta cómo
fueron repartidos entre los “exploradores” del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">arca</i> los más de 27.000 inéditos de que constaba, manuscritos en
papel de oficio de aquellas empresas comerciales donde prestaba sus servicios
el poeta. Entre el material entregado a Maria Amélia Gomes, una de las
integrantes del grupo, se encontraban 42 páginas mecanografiadas, algo poco
frecuente en el conjunto de sus inéditos, en inglés y portugués, con numerosas
correcciones manuscritas, lo que venía a ser una obra cerrada, presta a su
publicación.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Del
proyecto de esta guía que estamos comentando, que sería solo una parte de una
empresa de mayor calado: “All about Portugal”, existen bastantes pistas en el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">espólio</i>: “guide to travellers in
Portugal”, “guide-books, desenvolvidos e resumidos, para touristes”… Lo cierto
es que hacia 1917-1918 Fernando Pessoa comienza a sentir la imperiosa necesidad
de combatir lo que denomina <i style="mso-bidi-font-style: normal;">descategorização
europeia </i>o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">descategorização
civilizacional</i>, es decir: elevar a Portugal (y, de paso, a Brasil) a la
altura de los tiempos. En este sentido, proyecta un auténtico plan de acción
dirigido a “colmatar as lacunas da informacão estrangera a respeito de
Portugal”, ya que para el común de los extranjeros, si hacemos excepción de los
españoles, “Portugal is a vague small country somewhere in Europe, sometimes
supposed to be part of Spain”. El programa comprendía la publicación de libros
y estudios orientados a la propaganda y reunidos en el mencionado “All About
Portugal”, y la fundación en Londres de una revista, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Portugal</i>, en principio mensual. Esta acción exterior contemplaba la
creación, en el ámbito intelectual, de un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Grémio
de Cultura Portuguesa</i>, en el económico, de un “club comercial” portugués y,
finalmente, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cosmopolis </i>como
institución oficial aglutinadora de tales esfuerzos. Por debajo de todo esto,
aparte de la pretensión de armonizar los contrarios en un soñado nacionalismo
cosmopolita, late ese aliento profético y mesiánico que, bautizado como Quinto
Imperio, dibujará una línea sinuosa entre el sebastianismo y el propio Pessoa,
con el supuesto impulso del malogrado y efímero quinto Presidente de la
República, Sidónio Pais (1872-1918).</span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZPMh30P7a7hNrpdfRsysoBCaItngT2mia1nX5iGlYwTytPJ-GeB40TXFwugWCj-uTC5-vzWkRZMmSq79TuswTcdaxhxRdtmfgs2pytElH61SMQGwOn_EhNfobt-a7sqEQAh8BwcPjEp4/s1600/Plano+de+lisboa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="773" data-original-width="1042" height="295" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZPMh30P7a7hNrpdfRsysoBCaItngT2mia1nX5iGlYwTytPJ-GeB40TXFwugWCj-uTC5-vzWkRZMmSq79TuswTcdaxhxRdtmfgs2pytElH61SMQGwOn_EhNfobt-a7sqEQAh8BwcPjEp4/s400/Plano+de+lisboa.jpg" width="400" /></a></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> </span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Nos
encontramos, pues, con una obra de altos vuelos, que trasciende, a pesar de su
brevedad -204 páginas de un texto bilingüe-, las intenciones de una simple guía
turística, trasladando al lector, a lomos de una prosa bastante aséptica, carente
de lirismo, casi administrativa, el orgullo que siente el autor por habitar la
ciudad que describe con todo lujo de detalles. La <i style="mso-bidi-font-style: normal;">guía </i>comienza con el recurso literario a la figura del turista que
desembarca en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Alfãndega</i> –¿no nos recuerda,
acaso, a otra llegada, la del protagonista de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El año de la muerte de Ricardo Reis</i>, de José Saramago?- lo que le da
pie a Pessoa a presentar la ciudad y sus servicios al imaginario visitante que
se mueve en automóvil por la capital. Atravesamos con él las principales calles
y avenidas, nos detenemos en cada monumento, escuchamos la historia de cada hito,
conocemos el nombre de los escultores, arquitectos, pintores, diseñadores de
cada plaza y rincón, de los jardines: Vítor Bastos, Mateus Vicente, Reinaldo
Manuel, Verísimo José da Costa… Pessoa nos llama la atención sobre una fachada,
sobre los horarios de visita a los museos, las tarifas de diversos servicios, mientras nos lleva de la mano -<i style="mso-bidi-font-style: normal;">entramos agora, voltemos agora… tendo chegado
até este ponto, o turista não debe agora deixar de visitar um dos mais belos
parques de recreio de Lisboa –o Parque Eduardo VII…- </i>para <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ver</i> todo aquello que no debemos pasar
por alto.</span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Ver, admirar, comparar... y asumir. Nos habla de las dimensiones de las grandes avenidas (<em>Liberdade</em>), de las fechas de construcción de los principales edificios y monumentos, de la calidad de los comercios, a la altura de cualquiera de similares características en Europa, del ocio y recreo de los lisboetas en zonas al aire libre con su media docena de bibliotecas municipales, o en locales de cierto empaque (<em>Maxim's</em>). Asistimos a la materialización de una <em>continuidad histórica </em>en la que no cabe el morbo de la melancolía. Desde la era de las exploraciones (Belem, los Jerónimos...; con anterioridad, la <em>Sé</em>), pasando por el delirante siglo XVIII pombalino, y todo el siglo XIX, hasta los años 20 de la pasada centuria, desfila ante nuestros ojos un proyecto de civilización cumplido y, en la mente de su autor, con claros visos de futuro.</span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">A
la guía le acompañan dos textos breves, igualmente bilingües: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Jornais de Lisboa = Lisbon Newspapers</i> –relación
de diarios y semanarios publicados en la capital, con indicación “da sua
natureza e da localização dos seus escritorios”-; y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Uma visita a Sintra, via Queluz = A visit to Cintra, via Queluz</i>: “O
nosso automóvil avança agora definitivamente para fora da cidade”, donde nos
describirá Benfica, Amadora, Queluz…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Unas
mínimas fotografías de época, demasiado pequeñas para ser apreciadas en su justo valor, acompañan
los textos, sirviendo de ilustración al relato.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Tenemos entre las manos un libro fundamental, de recomendada lectura antes, durante y
después de una visita a la capital del Tajo y que nos puede enseñar a ver las cosas, a vernos en ellas e intentar admirarlas y aceptarnos tal como somos.</span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
</span><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
</div>
Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-51839095142712639352017-07-11T15:00:00.000+02:002017-07-25T13:02:14.286+02:00Reencuentro<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“A Ortega le sorprendió que me hubiese detenido tanto, y
hubiera entendido, su tesis: “La reabsorción de la circunstancia es el destino
concreto del hombre”, y que me hubiera percatado de lo que es razón vital.
Nuestra vinculación personal y filosófica quedó sellada para siempre” (Julián
Marías <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una vida presente</i>, 1, 1988, p.
351)<o:p></o:p></span></div>
<br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">En
el prólogo a la cuarta edición de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">España
invertebrada</i>, Ortega y Gasset recogía una cita de Tácito: “quince años son
una etapa decisiva del tiempo humano”, haciendo referencia al período
transcurrido entre la primera edición de la obra (1920) y la que introducía con
estas palabras en 1934, año bisagra en la historia de la joven II República.
Esta idea, como eje del método de las generaciones históricas, tendrá su
desarrollo en el volumen <i style="mso-bidi-font-style: normal;">En torno a
Galileo</i>, y en 1949 será completada, matizada y sistematizada por el propio
Julián Marías en la obra casi, casi homónima <a href="http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcb8739" target="_blank">El método histórico de las generaciones.</a></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Curioso:
1920-1934-1949…Si jugamos con esa cifra, quince, aplicándola a nuestra propia
vida, y nos dejamos llevar por los encantos de la numerología, podemos llegar a
conclusiones tan sorprendentes como ciertas, basadas todas ellas en el concepto
de vida como argumento, trama o tragedia que se va escribiendo día a día,
minuto a minuto, en tanto en cuanto tenemos capacidad de elegir una trayectoria
o la contraria, en virtud de las circunstancias que tenemos a mano, y estas
mismas trayectorias, proyectos u objetivos se cruzan y entrelazan con los del
prójimo planteando nuevas empresas que podrán arribar o no a buen puerto,
proponiendo a su vez diferentes escenarios de forma indefinida.</span></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br />
</span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">La
de Julián Marías, como vida que fue, no se sustrae a esta gozosa
interpretación. Sin profundizar demasiado, podemos trazar al menos tres
segmentos vitales que responden, solapándose a menudo, a la afirmación del
historiador romano:</span></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br />
</span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="mso-list: Ignore;">1.<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt/normal "Times New Roman";">
</span></span></span></b><!--[endif]--><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">1933-1948</span></b><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">.
Con las fechas extremas en el Crucero efectuado con sus compañeros de facultad
visitando todos aquellos lugares de las riberas del Mediterráneo donde nace la
cultura occidental, y la creación con Ortega del efímero Instituto de
Humanidades que pretendía re-iniciar, fuera de la órbita oficial, el tono
académico interrumpido por la guerra y la primera postguerra. Del conocimiento
del “mundo exterior”, con el consiguiente afianzamiento de aspiraciones y
vocación, a la opción por la permanencia en España, consolidando una
trayectoria liberal, de rescate de los valores de civilización y convivencia.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
<br />
</span><br />
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="mso-list: Ignore;">2.<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt/normal "Times New Roman";">
</span></span></span></b><!--[endif]--><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">1936-1951</span></b><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">.
La guerra, cómo no, deja su impronta y su enseñanza, la forma de ver las cosas
se modifica, se aprecia la ruptura, el hiato entre lo real y lo oficial, la
verdad y la mentira. Momento inaugural que acelera el conocimiento del entorno,
el mero discernimiento, el comportamiento humano, la traición y el desengaño.
Consolida su vocación de escritor (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Blanco
y Negro, ABC, Hora de España</i>…). Convive con la Dictadura sin interiorizar
su argumentario, sin adherirse a su discurso. Asume los reveses, encaja los
golpes, supera las frustraciones… En 1951, “escritor español, profesor
americano”, como le gustaba definirse, es contratado para impartir diversos
cursos e inicia sus colaboraciones en la prensa española<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
<br />
</span><br />
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="mso-list: Ignore;">3.<span style="font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 7pt/normal "Times New Roman";">
</span></span></span></b><!--[endif]--><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">1931-1946</span></b><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">.
La instalación de la República coincide con el ingreso de nuestro autor en la
Universidad. Inicio de una vida nueva, amistad con Dolores Franco, albores de
su faceta intelectual, contacto con Ortega y otros maestros, estallido de la
Guerra Civil, apoyo a Julián Besteiro en la tarea de liquidación de la misma,
meses de prisión en 1939, ruptura del ambiente cultural en el que se había
formado, imposibilidad de acceso a la docencia universitaria, veto a sus
colaboraciones en prensa, sistemático ninguneo hacia su persona (silencio en
torno a la concesión del Premio Extraordinario de Licenciatura, suspenso contra
todo pronóstico de su tesis doctoral), boda con Dolores Franco y nacimiento de
su primer hijo, publicación de sus primeras monografías de tema exclusivamente
filosófico (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Historia de la filosofía, La
filosofía del P. Gratry</i>…) En 1946 verá la luz <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Filosofía española actual</i> en la que se pueden leer las biografías
de sus maestros más admirados (y odiados por el Régimen): Unamuno y Ortega,
además de las de García Morente y Zubiri. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Filosofía
española… </i>constituye un hito, ejemplo de lo que se puede hacer apurando y
ampliando el escaso margen de libertad <i style="mso-bidi-font-style: normal;">concedida
</i>por el sistema vigente.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></span><br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj14_DxO7eq-cvp80TzIF9KRskEEBo1NpiqgA6tLa-UIJaE6E6fTT7iMwFTxCkZS32hxUcyLGmLRIGtAHSjzkieOrq3GoJ10-hvMHRfiT6-gTeJa5U8MttCNOQ30D8myVwVnelxqyxliXc/s1600/Sobre+la+felicidad.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="821" data-original-width="1000" height="327" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj14_DxO7eq-cvp80TzIF9KRskEEBo1NpiqgA6tLa-UIJaE6E6fTT7iMwFTxCkZS32hxUcyLGmLRIGtAHSjzkieOrq3GoJ10-hvMHRfiT6-gTeJa5U8MttCNOQ30D8myVwVnelxqyxliXc/s400/Sobre+la+felicidad.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Edición de <em>De vita beata</em></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Son como tres dramas, con su planteamiento, nudo y
desenlace, historias cerradas que dan paso a nuevos argumentos. Hoy me quiero
referir solo a uno de ellos, concretamente a un fragmento de uno de esos
periodos, el que se extiende entre 1939 y 1944.</span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br />
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Entre el 15 de mayo y el 7 de agosto de 1939 Julián
Marías sufre prisión como consecuencia de una denuncia tramada por un antiguo
amigo y compañero del Instituto. Su nombre permanecerá oculto hasta que, no
hace mucho, lo sacó a la luz su hijo, Javier Marías. En pleno procedimiento,
uno de los testigos de cargo le confesó a Dolores Franco: “Si Marías no vuelve
a acordarse de que tiene una carrera, podrá vivir; en otro caso, lo hundiremos;
porque gentes como Ortega, en España sobramos” (Julián Marías <em>Una vida presente </em>1, 1988, p. 276) ¿Cómo se podía superar
semejante situación? Había terminado la carrera con cierto prestigio,
colaborado en la prensa, realizado varias traducciones. Le esperaba el
doctorado y trabajar al lado de sus maestros. Pero ya nada podía ser igual. Con
Ortega, Zubiri y Gaos en el exilio, García Morente preparando su ordenación
sacerdotal, Besteiro encarcelado y la reciente experiencia que le colocaba bajo
sospecha, el mundo conocido parecía desmoronarse.</span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsf3x5dDzg5ZaQhsDygawTnFa8yChVRJNMq0X4daeaAUuYDzzH48QL_ll1dgkWdKF5XaOg9KRILIg-BUtUIfaok3Kl3GxUoSWL1wAKiVAiFnAhcCZSxO4n2DC5aFVlrnOq8D27HZoMm4U/s1600/Zubiri%252COrtega%252CGarc%25C3%25ADa+Morente.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="310" data-original-width="490" height="252" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsf3x5dDzg5ZaQhsDygawTnFa8yChVRJNMq0X4daeaAUuYDzzH48QL_ll1dgkWdKF5XaOg9KRILIg-BUtUIfaok3Kl3GxUoSWL1wAKiVAiFnAhcCZSxO4n2DC5aFVlrnOq8D27HZoMm4U/s400/Zubiri%252COrtega%252CGarc%25C3%25ADa+Morente.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">De izquierda a derecha: Zubiri, Ortega y García Morente</span></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
</div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“Al lado de esto persistía mi vocación intelectual, nunca
extinguida; el repertorio de mis estudios y lecturas; una resistencia a
abatirme y darme por vencido, que nunca me ha abandonado; una fe religiosa,
ciertamente puesta a prueba por unos y por otros, pero que era capaz de
distinguir de todas las adulteraciones. Y un puñado de amigos leales, sobre
todo –como siempre- amigas. Y Lolita. De ella dependía todo; vivía desde hacía
mucho tiempo vuelto hacia ella, dándole todo lo que podía, recibiendo su
maravillosa personalidad, su inagotable ternura, su inteligencia clara, su
valor. Por ella valía la pena seguir viviendo y no ser un despojo, sino algo
que se le pudiera ofrecer” (Julián Marías <em>Una vida presente </em>1, 1988, p. 280)</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></span><br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0ga0SFQWHdgKTjfB31pHYifsHKl09HpPjCYipEf9brJGB3iR_tY3QDbpoF9JKLojBr-g0xczLaPFi78QNoHe0GzcljS2LIlqyNZ8ffA8F_8tY-5OFzMMvd9YIoncJeOQOucRbwxazoa4/s1600/discurso+metafisica.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1591" data-original-width="1000" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0ga0SFQWHdgKTjfB31pHYifsHKl09HpPjCYipEf9brJGB3iR_tY3QDbpoF9JKLojBr-g0xczLaPFi78QNoHe0GzcljS2LIlqyNZ8ffA8F_8tY-5OFzMMvd9YIoncJeOQOucRbwxazoa4/s400/discurso+metafisica.jpg" width="251" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Edición introducida y anotada por Julián Marías</span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></span><br /></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Una vez puesto en libertad, con un “sobreseimiento
provisional”, se convocan en septiembre de 1939 las pruebas para obtener el
premio extraordinario de licenciatura, al que optaban los alumnos que habían
terminado sus estudios con la calificación de sobresaliente. Con el objeto de
poder costearse el título y de continuar con una carrera y vocación a las que
no quería renunciar, se presenta y lo obtiene, con la cerrada oposición de
miembros del SEU que lo único que consiguieron fue que su nombre no apareciera
en las listas de los premiados que se leen en la inauguración oficial del
curso, el 1º de octubre.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
<br />
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZctlG_rPO1oOckOrStYJ4CXdegFT1xAmZoYagLNYNZ-zkL0VEv7Mr0dDlUUnUqZu9ITzNeMFJ-Dq8W6fvGbe4xe0qOMokSmpn7KPTqWxercyp-dmmiTzWxdeNj561h1GCZKVq88qHipE/s1600/tema+del+hombre.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="465" data-original-width="311" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZctlG_rPO1oOckOrStYJ4CXdegFT1xAmZoYagLNYNZ-zkL0VEv7Mr0dDlUUnUqZu9ITzNeMFJ-Dq8W6fvGbe4xe0qOMokSmpn7KPTqWxercyp-dmmiTzWxdeNj561h1GCZKVq88qHipE/s400/tema+del+hombre.jpg" width="267" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Espasa-Calpe publicará una selección de esta obra</span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“Desde entonces, y durante muchos años, cada vez que
hacía algo que rozara lo público, se lanzaban sobre mí con una saña que en el
fondo me sorprende, dándome una importancia que sinceramente no creía tener”
(Julián Marías <em>Una vida presente </em>1, 1988, p. 286)<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Haciendo de la necesidad virtud, este alejamiento de lo
público y oficial, marcará casi todo su hacer intelectual. Volcado en el
anonimato, en el ámbito más estrictamente privado y rozando la invisibilidad,
se dedica a la traducción mal pagada de obras de pensamiento para la Editorial
Revista de Occidente (Max Scheler) y la Colección Austral (Paul Marcoy), y a
dar clases de “Cultura” en una Academia que preparaba a los aspirantes a la
Escuela de Caminos. Pero todo esto chocaba con su auténtica vocación
tripartita: la universitaria, la filosófica y la de escritor. Vetadas como estaban
sus colaboraciones en la prensa, por no hablar de la enseñanza universitaria,
la única salida posible era escribir libros de filosofía. Aquí, la dificultad
estribaba en que, para ser aceptados por un editor (sus posibilidades se
reducían a Espasa-Calpe y la Revista de Occidente) debían tener una alta
calidad y venderse bien.</span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
</div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsvDYdFSAU92M3te9Nwa82PZcIZexSXc8pZx8ZZ-9HeNFrwszzfzbVHkP0ALqX-GNMS5b3yQE95M6tvI_EJZnisuavVmFjwksgxqUqHs4TNvX8d9mCF4jlCy0PaJWhtz0bZ7zwNFPSfZs/s1600/Marias+unamuno.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="176" data-original-width="287" height="196" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsvDYdFSAU92M3te9Nwa82PZcIZexSXc8pZx8ZZ-9HeNFrwszzfzbVHkP0ALqX-GNMS5b3yQE95M6tvI_EJZnisuavVmFjwksgxqUqHs4TNvX8d9mCF4jlCy0PaJWhtz0bZ7zwNFPSfZs/s320/Marias+unamuno.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Con Unamuno, en Santander</span></td></tr>
</tbody></table>
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“Tanto como filósofo, tenía que ser escritor. Luego vi
con claridad que para ser de verdad <i style="mso-bidi-font-style: normal;">buen</i>
filósofo es menester ser buen escritor, pero esta condición se me impuso
imperativamente para poder subsistir” (Julián Marías <em>Una vida presente </em>1, 1988, p. 293)</span></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> </span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></span><br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpig5wfUC7BrQtj8e_FQzU6Cpvb45umgalE9LF3oqaeEH8Yq5HMeInugUPJ4RN56ldA-VSyUiOu5kghwitOGCIEMtU4Mn_6xI7-z4OJyhz9As5IVeMt5WpDpj26ICVEFKe_OrClUdsO_Y/s1600/gratry.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="296" data-original-width="200" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpig5wfUC7BrQtj8e_FQzU6Cpvb45umgalE9LF3oqaeEH8Yq5HMeInugUPJ4RN56ldA-VSyUiOu5kghwitOGCIEMtU4Mn_6xI7-z4OJyhz9As5IVeMt5WpDpj26ICVEFKe_OrClUdsO_Y/s400/gratry.jpg" width="270" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Tesis doctoral suspendida. Imagen de la obra antes de ser censurada con la retirada de la cubierta original</span></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
<br />
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El primer fruto de este esfuerzo es su <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Historia de la Filosofía</i>, un grueso
volumen de 413 páginas dedicado a Lolita y que vio la luz en enero de 1941 en
la editorial de la Revista de Occidente. La historia de su gestación es muy
curiosa y refleja el papel de Dolores Franco en la vida de Julián Marías.
Abatido, desanimado por las circunstancias que le rodeaban, Lolita le propuso
poner en orden y publicar las lecciones de historia de la filosofía que durante
el curso de 1933 impartió a algunas compañeras de la Facultad que tenían que
superar el examen intermedio. La tarea parecía insuperable, pero Lolita, como
alumna en ese momento, conservaba un puñado de cuadernos con las notas tomadas
en las clases que se celebraban en la Residencia de Señoritas “los domingos, un
par de horas por la mañana; y algunos días más. La historia entera de la
filosofía, desde los presocráticos hasta el siglo XX; los problemas del
conocimiento, la creación, la razón, la sustancia, Dios, qué sé yo. Lo más
interesante es que las chicas, que eran encantadoras e inteligentes, no me
tenían ningún respeto, porque yo era un estudiante como ellas; no cabía usar el
argumento de autoridad; exigían entender <i style="mso-bidi-font-style: normal;">por
qué </i>eran las cosas así, por qué tal filósofo pensaba una teoría, y por qué
al siguiente le parecía inadmisible. Es decir, para que lo entendieran todo,
tenía que entenderlo primero yo. No es para dicho el esfuerzo que tenía que
hacer; pero, en primer lugar, lo pasábamos muy bien: era una delicia ver a
aquellas muchachas curiosas, con cabezas claras, un poco irónicas, tratando de
penetrar en la filosofía; pero además tuve que esforzarme en poner en claro, en
sus líneas generales, toda la filosofía occidental; nadie, ni siquiera mis
maestros, me había enseñado tanto como aquellas chicas” (Julián Marías <em>Una vida presente </em>1, 1988, p. 140-141)</span></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span> </span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJ06IacSFnU-kH30StIILI4XPOLe4DZTQOR1xHFRKc3hHos3iM7jmB6XjoYljAWKRFxYocdSSkvouURVqXgyk7oH2cwTdR8joJxA3ICGQNYltq-_UURuJcEssOvt2tx1cKi0Wp72txSXM/s1600/Historia+de+la+filosofia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="583" data-original-width="429" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJ06IacSFnU-kH30StIILI4XPOLe4DZTQOR1xHFRKc3hHos3iM7jmB6XjoYljAWKRFxYocdSSkvouURVqXgyk7oH2cwTdR8joJxA3ICGQNYltq-_UURuJcEssOvt2tx1cKi0Wp72txSXM/s400/Historia+de+la+filosofia.jpg" width="293" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Escrito a lo largo de 1940 en un frío piso de la C/ Encarnación</span></td></tr>
</tbody></table>
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Sobre la base de dichos cuadernos, con una información
evidentemente ampliada gracias la rica biblioteca personal que Marías iba engrosando
día a día, después de un año de intenso trabajo y una “desusada dosis de
pensamiento”, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Historia de la Filosofía </i>será
el primer libro nuevo de un autor novel en la España de los cuarenta. La
originalidad de todo esto estriba en que se trataba de una obra de pensamiento,
escrita por un joven de 26 años, con un contenido actualizado (durante el
proceso de corrección de pruebas fallece H. Bergson, noticia que será recogida
en la obra), prologada por Zubiri (sibilinamente apartado de su cátedra madrileña)
y que finalizaba con un párrafo que se podría considerar explosivo: “La
historia de la filosofía se cierra en el presente, pero el presente, cargado de
todo el pasado, lleva dentro de sí el futuro y su misión consiste en ponerlo en
marcha. Tal vez en el tiempo venidero no sea ya ajena a ese movimiento España,
que en Ortega ha hecho suya la filosofía” </span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAkSBEf4VR3RNqTwqe4gG9GvTy-fUwck-r3C5kWXl0L9cRZwXP9Uj7QrYK3SBxEkK18qwhP9-e8_Z8VPaeNOpb4r3PfihOpT1_hY2UMOmUQXTZufQ-pTpr2d7397s3Uit2K-RaCISL2nM/s1600/Marias+unamuno+libro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="206" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAkSBEf4VR3RNqTwqe4gG9GvTy-fUwck-r3C5kWXl0L9cRZwXP9Uj7QrYK3SBxEkK18qwhP9-e8_Z8VPaeNOpb4r3PfihOpT1_hY2UMOmUQXTZufQ-pTpr2d7397s3Uit2K-RaCISL2nM/s320/Marias+unamuno+libro.jpg" width="219" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">En 1943 aparece <em>Miguel de Unamuno. </em>"Para entender a Unamuno, había puesto en juego lo que procedía del pensamiento de Ortega; pensé que este libro significaba... una especie de "reconciliación" real de los dos grandes maestros"</span> </td></tr>
</tbody></table>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">La escritura, las clases privadas a grupos reducidos
(Aula Nueva de Preparación Universitaria), la participación en modestas
empresas editoriales (“Colección Ciencias del Espíritu” de la Editorial
Pegaso), las traducciones, el cultivo de las nuevas amistades que van ampliando
su círculo (Lilí Álvarez, José Luis Pinillos, Juan Lladó, Laín Entralgo,
Enrique Lafuente, Fernando Chueca, Dámaso Alonso, Azorín, Menéndez Pidal…), la
vida nueva junto a Lolita Franco, ocupan estos primeros años de postguerra. Si
en octubre de 1939 la administración silencia su obtención del Premio
Extraordinario de Licenciatura, en enero de 1942 hará algo parecido con su
Doctorado. Antes de presentar la tesis sobre P. Gratry, Laín le propuso
editarla en la colección “Escorial” de la Editora Nacional. Cuando, de forma
extraordinaria, fue suspendida la tesis (en la papeleta solo podía figurar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Aprobado </i><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sobresaliente</i>,
aunque podía ser devuelta al aspirante), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
Filosofía del P. Gratry</i> ya se había publicado; lo único que pudo hacer la
censura (aparte de darle un buen susto a Pedro Laín Entralgo) fue retirar las
cubiertas de la edición para que no figurara mención alguna a la Editora
Nacional ni a la colección “Escorial”.<o:p></o:p></span>
</span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
<div style="text-align: justify;">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPvlvcs_rAlw-moUDFYz3GVUdw3bfvYbkg0Qgcq_YDneIwa5saLVJtDG1KnSqznyk2UnKD5yT4YGqLZjYs2X9McdJ0ZZDrgr0nv8tRETBUX09EjeUmncH0044ZX4HQJ6fi4NUyu87A-vw/s1600/Salvador_Lissarrague.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="120" data-original-width="100" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPvlvcs_rAlw-moUDFYz3GVUdw3bfvYbkg0Qgcq_YDneIwa5saLVJtDG1KnSqznyk2UnKD5yT4YGqLZjYs2X9McdJ0ZZDrgr0nv8tRETBUX09EjeUmncH0044ZX4HQJ6fi4NUyu87A-vw/s320/Salvador_Lissarrague.jpg" width="266" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Guillermo Lissarrague</span></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">En 1943, después de un desencuentro con la editorial
Pegaso, publica en Espasa-Calpe su <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Miguel
de Unamuno </i>y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El tema del hombre. </i>Por
su parte, Dolores Franco saca a la luz <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
preocupación de España en su literatura</i> en Ediciones Adán, proyecto
editorial nacido entre los alumnos de Aula Nueva y al que Marías prestó su
apoyo intelectual, a comienzos del año siguiente. <span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">De estos primeros años datan las ediciones anotadas
de Leibniz (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Discurso de la metafísica</i>)
y de Séneca (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sobre la felicidad</i>) </span>Pronto le seguirá la
recopilación de ensayos <em>San Anselmo y el insensato. </em></span></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Con todo y con eso, la pareja Marías-Franco llegaba a fin
de mes con no pocas dificultades.</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span></span>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAUEA_rX10SRWxAAs-X8Q_rxSx6DXu3rtEXZvvzBdReZvjTQfqALSLpRTnZXHF-4UaYBejERKIe2FN3V_KP3SrQbN29gfCDVQdLfac4hG2viE_yAqeC8NbMAaVmQ0hEv3bV87rdMI205Y/s1600/san+anselmo+y+el+insensato.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="777" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAUEA_rX10SRWxAAs-X8Q_rxSx6DXu3rtEXZvvzBdReZvjTQfqALSLpRTnZXHF-4UaYBejERKIe2FN3V_KP3SrQbN29gfCDVQdLfac4hG2viE_yAqeC8NbMAaVmQ0hEv3bV87rdMI205Y/s400/san+anselmo+y+el+insensato.jpg" width="258" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">1944. Recopilación de textos anteriores</span></td></tr>
</tbody></table>
</span></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Y un buen día, en la primavera de 1944, en este ambiente
de angostura y precariedad recibe, por mediación de Salvador Lissarrage, una
invitación de Eugenio Montes, a la sazón director del Instituto Español de
Lisboa. Intelectual falangista, propone a Julián Marías dictar una conferencia
en la capital portuguesa y aprovechar la ocasión para reencontrarse con Ortega,
que había dejado Buenos Aires en 1942 “lleno de desilusión y melancolía”. Las
pocas páginas en las que hace referencia Marías a este viaje son tan
expresivas, tan emotivas, que no me resisto a traer aquí alguno de sus
párrafos. Ortega, al que no veían desde el verano de 1936, recibe al joven
matrimonio en la estación de Rossio. Instalados en un hotel de la Avenida da
Liberdade, la primera impresión que les causa la ciudad del Tajo es impactante:
“Vista desde Madrid, la capital portuguesa parecía una maravilla de prosperidad
y refinamiento. Las tiendas estaban llenas de productos, muchos extranjeros;
había muchos más coches, y mucho mejores. El ambiente era pacífico, con holgura
y bienestar. Se trataba de una dictadura, ciertamente, pero la de Salazar no se
parecía a la española: no procedía de una guerra, no había vencedores y
vencidos, ni las terribles cicatrices […] No había represión, porque no había
resistencia. Ambas cosas vinieron después, pero no existían en 1944. Cuando le
preguntaron a Ortega qué le parecía Salazar, contestó: “Bien, muy bien; no se
puede gobernar mejor a ocho millones de difuntos”” (Julián Marías <em>Una vida presente </em>1, 1988, p. 349-350)</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCs_eyZahfQlgkPf43DfYk7DVrBKfGXbNCZOZXQI4N-0HpPWE6L8VBbKpqgjDGHIbxu97lYhcB3kPxd4u26zJhZGY3hGw6H_WiDHJ0f6BUOo7EYJVMgZWB6MLGn3kkrA2LRy6FSLqCGXQ/s1600/OrtegaLisboa02.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCs_eyZahfQlgkPf43DfYk7DVrBKfGXbNCZOZXQI4N-0HpPWE6L8VBbKpqgjDGHIbxu97lYhcB3kPxd4u26zJhZGY3hGw6H_WiDHJ0f6BUOo7EYJVMgZWB6MLGn3kkrA2LRy6FSLqCGXQ/s320/OrtegaLisboa02.png" width="240" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Lisboa. Avenida Cinco Outubro 10.</span><br />
<span style="font-size: xx-small;">Residencia de Ortega hasta 1945</span><br />
<span style="font-size: xx-small;">(Fotografía: Marisa García Arévalo)</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Fue una intensa semana de contacto con el maestro, con el
amigo, juntos día y noche, paseando por los parques y las calles lisboetas, o en casa de los amigos
del exiliado. “Teníamos hambre de palabras, de filosofía, de España, del mundo,
de nuestras vidas. Nuestra amistad, tan viva, había ido madurando y creciendo
en la distancia, en el silencio...” (Julián Marías <em>Una vida presente </em>1, 1988, p. 351)</span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYu7WDJbHEm4cT-lbG94T8EIWEHu47LVV2Ces8ygBFq6fsvtVKmkFLvCp8DkE9Q1urVxF5Ao19px1ccukrEeqC4IIlcDQNFXzIC7zANoMnRG20F9-JT5PWqxPugJs4AH9CsvCGNKiiVQM/s1600/Eugenio_Montes_1935.+Retrato+en+Vida+Gallega%252C+1935.+Wikipedia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="258" data-original-width="200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYu7WDJbHEm4cT-lbG94T8EIWEHu47LVV2Ces8ygBFq6fsvtVKmkFLvCp8DkE9Q1urVxF5Ao19px1ccukrEeqC4IIlcDQNFXzIC7zANoMnRG20F9-JT5PWqxPugJs4AH9CsvCGNKiiVQM/s320/Eugenio_Montes_1935.+Retrato+en+Vida+Gallega%252C+1935.+Wikipedia.jpg" width="248" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Eugenio Montes</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">La conferencia proyectada por Eugenio Montes, finalmente
no se pudo dar en el Instituto Español. Se optó por un gran salón de la
Sociedad de Geografía. Y allí habló Marías sobre Unamuno. “Ortega había leído
mis escritos, salvo el libro sobre Unamuno, que nunca quiso leer. “Yo no puedo
leer un libro suyo sobre Unamuno –me dijo-; para usted es un tema; no se da
cuenta de que me he pasado la vida luchando con él; me afectaría demasiado””
</span><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5KNiW7RbtYnErk_8cvpP7VLyaWXTFh5kSJ-JtJ4889xt46KHbXra5fAVKRj0dlcp1Sk5t39tA4jNLzzX4RgJwncCHTZnqV4nOYhJw3-BYY6JCaHFWNtGPQZcDpqFTXepNwhb9XBEi1Zc/s1600/Sociedade+Geografica+Portuguesa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="195" data-original-width="146" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5KNiW7RbtYnErk_8cvpP7VLyaWXTFh5kSJ-JtJ4889xt46KHbXra5fAVKRj0dlcp1Sk5t39tA4jNLzzX4RgJwncCHTZnqV4nOYhJw3-BYY6JCaHFWNtGPQZcDpqFTXepNwhb9XBEi1Zc/s400/Sociedade+Geografica+Portuguesa.jpg" width="299" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Sociedade de Geografía de Lisboa</span></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“Ortega había llegado al límite de la ausencia;
necesitaba volver a ver España, a vivir entre españoles. A total distancia del
Estado, del régimen, quería experimentar de nuevo la sociedad española, conocer
a los jóvenes, que al cabo de nueve años de exilio le eran desconocidos.
Contaba con reacciones hostiles, que ciertamente no faltaron; pero sabía que
eran muchos los que lo aguardaban con esperanza; y, sobre todo, que España lo necesitaba.
Aquel otoño, conservando su residencia legal en Lisboa, llegó por fin a Madrid”
(Julián Marías <em>Una vida presente </em>1, 1988, p. 353)</span><br />
<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAmBLpD8cSZIKMo3S-O0L70OlGDOSoIGomTAmfSkNHbcQ9LsZwsvNWLyWWZXwH4uaaURSwjPl9ClctJyX9QOPuE6cqfFI8IGgdUGIFWgeKCxU_4HazFDA2d3iFClyceajnov0m8_YCTLY/s1600/Jardim+das+Amoreiras.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="173" data-original-width="260" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAmBLpD8cSZIKMo3S-O0L70OlGDOSoIGomTAmfSkNHbcQ9LsZwsvNWLyWWZXwH4uaaURSwjPl9ClctJyX9QOPuE6cqfFI8IGgdUGIFWgeKCxU_4HazFDA2d3iFClyceajnov0m8_YCTLY/s400/Jardim+das+Amoreiras.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: xx-small;">Lisboa. Jardim das Amoreiras</span></td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
</div>
<div class="separator" style="clear: both; margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: xx-small;">Ver:</span></div>
<span style="font-size: xx-small;">
</span><div class="separator" style="clear: both; margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/06/la-resaca-de-un-sueno.html" target="_blank"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">La resaca de un sueño</span></a><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">. (Julián Marías. 1) 21 de junio de 2017</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
<span style="font-size: xx-small;">
</span></span><div class="separator" style="clear: both; margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/06/por-mi-que-no-quede.html" target="_blank"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">"¡Por mí, que no quede!"</span></a><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">. (Julián Marías. 2) 27 de junio de 2017</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
<span style="font-size: xx-small;">
</span></span><div class="separator" style="clear: both; margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/07/encuentro.html" target="_blank"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">Encuentro</span></a><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">. (Julián Marías. 3) 4 de julio de 2017</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div class="separator" style="clear: both; margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 115%;"><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/07/el-limite-de-la-ausencia-continuidad-y.html" target="_blank"><span style="font-family: inherit;">El límite de la ausencia. Continuidad y despedida. 1</span></a><span style="font-family: inherit;"> (Julián Marías. 5) 25 de
julio de 2017</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
<span style="font-size: xx-small;">
</span></span><div class="separator" style="clear: both; margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; margin: 0cm 0cm 10pt 18pt; text-align: justify;">
</div>
</span><br />Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-60710738173932981152017-07-04T15:00:00.000+02:002017-07-25T13:02:03.623+02:00Encuentro<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipv1ZD3ROe2u0LZy7rrMEQhvPcKm8_VPVweuDouSpmWkG0OomdmUJJWkj23ONK97zrjAomWwGP9RVSPOn7tgYlyc3_aG5oRjVUTz1mczcFuNAJn0mwhVkRPLXP0maHxFxEqAgRY-pYzts/s1600/ortega03.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1183" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipv1ZD3ROe2u0LZy7rrMEQhvPcKm8_VPVweuDouSpmWkG0OomdmUJJWkj23ONK97zrjAomWwGP9RVSPOn7tgYlyc3_aG5oRjVUTz1mczcFuNAJn0mwhVkRPLXP0maHxFxEqAgRY-pYzts/s320/ortega03.jpg" width="236" /></a></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">A
menudo sucede que nos tropezamos en la vida con ciertas personas en las que
identificamos afinidades, coincidencias de mayor o menor calado, rasgos comunes
a nuestra propia existencia. Puede que nos separen de ellas enormes distancias
geográficas, cronológicas o intelectuales; incluso es posible que la muerte
haya hecho acto de presencia. Da lo mismo: la comunicación unidireccional, y en
el mejor de las casos mutua, ya se ha establecido, de manera que nuestro patrimonio
vital se ha visto aumentado, matizado, de cualquier forma enriquecido. Ese
territorio común que habitamos no tiene que estar sustentado necesariamente por
sentimientos profundos o fuertes experiencias. Un comentario, un asomo de
sensibilidad, la constatación de haber admirado las mismas cosas o pisado idéntico
suelo se transforman en salvoconducto suficiente para que el otro pase a ocupar
un espacio en nuestro pensamiento.</span><br />
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">No
obstante, se necesita determinada disposición, apertura, receptividad…; un
estado de aceptación, de dejarse impregnar de lo que el prójimo nos quiera
transmitir. Y no siempre ocurre, pues dependemos demasiado del ánimo del momento.
Muy bien lo expresó en el siglo XVIII nuestro Martín Sarmiento: </span><span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“La elocuencia no está en el que habla, sino en el que oye… si
no precede esa función en el que oye, no hay retórica que alcance”</span><br />
<span style="color: #222222;"></span> </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Cuando esa función es simultánea en el que ofrece y en el que
recibe se provoca la auténtica comunicación, esa descarga eléctrica capaz de
ampliar el horizonte hasta límites insospechados.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Me pregunto qué extraños mecanismos facilitan que dichas
conexiones se den con mayor frecuencia en unos períodos históricos que en otros.</span><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLS16s6ZQRyLdaJwJ4ML2bDUDFM9r0vBmF6hSFmJesq4tJNtYZ8tDAc9fFxwsmQ8fY57UDV3xPFFRN5hZY3Z6itJl1eFipDwf90qeCliY9vPpFvMz9Sh9lzhuo1mGLNPabJZeoInoLd58/s1600/ortega02+zuloaga.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="299" data-original-width="340" height="281" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLS16s6ZQRyLdaJwJ4ML2bDUDFM9r0vBmF6hSFmJesq4tJNtYZ8tDAc9fFxwsmQ8fY57UDV3xPFFRN5hZY3Z6itJl1eFipDwf90qeCliY9vPpFvMz9Sh9lzhuo1mGLNPabJZeoInoLd58/s320/ortega02+zuloaga.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">José Ortega y Gasset, (Ignacio Zuloaga, 1920)</td></tr>
</tbody></table>
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Todo esto viene a colación de la relación existente entre José
Ortega y Gasset y Julián Marías, algo que fue más allá de la que se suele dar
entre maestro y discípulo: amistad, magisterio, lealtad y, por qué no,
necesidad.</span><br />
<span style="color: #222222;"></span> </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Personalmente, experimento siempre una viva emoción cuando leo
las páginas que escribió Marías en muchas de sus obras sobre el ambiente
universitario que tuvo la suerte de conocer y hacer suyo desde su acceso a los
estudios superiores en 1931, a los 17 años de edad, simultaneando el primer año
Ciencias y Filosofía, para decantarse muy pronto por la segunda. En aquella
Universidad, al menos en la Facultad de Filosofía y Letras, primero en San
Bernardo, al poco, a partir de 1933, en la flamante Ciudad Universitaria, se
daba una perfecta coordinación entre los profesores, integrándose unos cursos
con otros, eludiendo la rutina, sin el constante recurso a los libros de texto.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #222222;"></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFtppvqm98z8ZtvKknXo5Ug8S_lhpIo5yuIui8RF4pplJHboc8p_WLnFllQawn7bQEmTVXNME33gvDfhL4j28O2mhN5Zf3KQcu3oVKoy58D0eMJKPjxgZyJA56ELZo93JiKNDLsB-FWPc/s1600/Filosofia+y+letras+san+bernardo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="954" data-original-width="1280" height="297" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFtppvqm98z8ZtvKknXo5Ug8S_lhpIo5yuIui8RF4pplJHboc8p_WLnFllQawn7bQEmTVXNME33gvDfhL4j28O2mhN5Zf3KQcu3oVKoy58D0eMJKPjxgZyJA56ELZo93JiKNDLsB-FWPc/s400/Filosofia+y+letras+san+bernardo.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Antigua Facultad de Filosofía y Letras, en la C/ San Bernardo</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“Esta facultad era, ni más ni menos, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">vida intelectual</i>, subrayando tanto el sustantivo como el adjetivo.
Me descubrió mi vocación profunda por todo aquello junto –adiviné la honda
conexión, hoy tan desconocida, de todas las disciplinas de humanidades-, con un
centro organizador en la filosofía, desde la cual había de mirarlo todo, que
había de constituir, en una dimensión decisiva, el argumento de mi vida” (Julián Marías. <em>Una
vida presente</em>, 1, 1988, p. 101)</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #222222;"></span> </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Basta echar un vistazo a la nómina de profesores y sufrir al
momento, cierta sensación de vértigo: Decano, Claudio Sánchez Albornoz,
sustituido por Manuel García Morente cuando se hizo cargo del Rectorado;
Literatura Española, Luis Morales Oliver, Historia de la Cultura, Andrés
Ovejero Bustamante; Introducción a la Filosofía, Xavier Zubiri Apalategui. Más: José
Gaos, Ramón Menéndez Pidal. Suma y sigue: </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Manuel
Gómez Moreno, Obermaier, Ballesteros Beretta, Pío Zabala, Américo Castro, Asín
Palacios, González Palencia, Pedro Salinas, Lafuente Ferrari, Lapesa…Para
Marías, (¿para quién no?) probablemente la mejor Facultad de Europa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">En
este ambiente se produce el encuentro con José Ortega y Gasset:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“No
era nada alto –tenía exactamente mi estatura, y a veces decía de broma que era
“el filósofo más alto de Europa”, porque Heidegger, Gabriel Marcel, Jean Wahl y
Zubiri eran ciertamente más bajos-; más bien ancho, corpulento, bien plantado;
calvo desde joven, cubría su cabeza con escasos pelos diestramente dispuestos;
su piel era gruesa, bastante arrugada para su edad, cuarenta y nueve años que
parecían más […] tenía una nariz gruesa, una boca grande y expresiva; los ojos
eran lo más notable: luminosos, penetrantes –no como el acero, sino como la
luz, dije cuando murió- atentos, cordiales” Continúa esta detallada descripción
con su forma de hablar, la impresión que enseguida causaba en el oyente y, lo
más importante… “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">se lo veía pensar</i>.
Creo que esta era la sustancia de la impresión que recibíamos. El pensamiento
en estado naciente, brotando ante nosotros, con su mecanismo de justificación
que llevaba a la evidencia, sus conexiones, su irradiación mediante la belleza
de la palabra. La lengua española en su espontaneidad hablada, con la más alta
perfección que habíamos conocido”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Suponía
asistir a una filosofía en marcha, a la altura de los tiempos y, en gran
medida, por encima de la que se hacía en el resto de Europa. Además de
asequible, concebida en la lengua de todos, hermosa, impactante y de aplicación
práctica. Es lo que más llama la atención de este motor filosófico, el profundo
sentido común de que hace gala, eludiendo forzar, violentar la realidad para
ajustarla a determinado esquema. Marías se referirá a ella como “rigurosa
verdad justificada y que por eso se podía compartir y poseer”</span><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJLU8JlnnLFtKcNHOgnCOnVlPs8cTPeQx9XEEfxx8ZY3ziv2RAX3djzjaPXvS5lsT6a2kqaxfL8rXEWbTEDtawK6qk48IBuF_jmko6DZ7KQhoZzhNkfdWsUagKM6wad9IY0Wm_X6incww/s1600/Fachada-de-Filosofa-y-Letras-Foto-pr.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="374" data-original-width="1024" height="145" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJLU8JlnnLFtKcNHOgnCOnVlPs8cTPeQx9XEEfxx8ZY3ziv2RAX3djzjaPXvS5lsT6a2kqaxfL8rXEWbTEDtawK6qk48IBuF_jmko6DZ7KQhoZzhNkfdWsUagKM6wad9IY0Wm_X6incww/s400/Fachada-de-Filosofa-y-Letras-Foto-pr.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Actual fachada de la Facultad, en la Ciudad Universitaria</td></tr>
</tbody></table>
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">La
fama, el prestigio, la alta calidad intelectual alcanzada por Ortega, no podía
pasar desapercibida, como tampoco la estrecha relación que mantenía con sus
alumnos (con los que solía merendar o pasear desde la Facultad hasta Moncloa),
su extraordinario poder de convocatoria, repetimos: ese hacer filosofía en
español, desde España y con proyección internacional. ¿Podemos encontrar mayor
motivo para sentirse orgulloso de pertenecer a ese preciso momento histórico?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“Los que no toleran la calidad, los que sienten lo que luego he
llamado “rencor contra la excelencia”, sentían una viva hostilidad contra
Ortega; les parecía una provocación, casi un insulto; sentían que los disminuía,
hubieran querido borrarlo, anularlo; ya que esto no era fácil, se contentaban
con negarlo” (Julián Marías. <em>Una vida presente</em>, I, 1988, p. 111-112)</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">En plena efervescencia intelectual, cultural y educativa,
estalla la guerra civil. Toda la inquina alimentada durante los últimos años,
no solamente a partir de la proclamación de la II República, se agolpa contra
el filósofo. En el “Epílogo para ingleses”, redactado en el exilio parisino, el mes de diciembre de
1937, y que acompaña a las ediciones posteriores de “La rebelión de las masas”,
Ortega se lamenta profundamente de la postura adoptada por los intelectuales
europeos ante el conflicto español, tomando claramente partido por uno de los
contendientes. Se refiere concretamente a Einstein, que hace suya “la
ignorancia radical sobre lo que ha pasado en España ahora, hace siglos y
siempre”, ejemplo, reflejo y muestra del creciente desprestigio “del hombre
intelectual, el cual, a su vez, hace que hoy vaya el mundo a la deriva, falto
de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">pouvoir spirituel</i>”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIWX81vd42hC6ptGDBsm70YdP203luPFRujvC5TauTFrT1OvdI8vNhuGzKMigOYH-bRoYvCWeF5VUK9j1q0ReIIBuWwd7v3wwhAMPzGBpup1buzte9jAA_ICTEjgE40Qnbiw80udK8n_g/s1600/Facultad+de+Filosofia+y+Letras+durante+la+Guerra.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1003" height="285" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIWX81vd42hC6ptGDBsm70YdP203luPFRujvC5TauTFrT1OvdI8vNhuGzKMigOYH-bRoYvCWeF5VUK9j1q0ReIIBuWwd7v3wwhAMPzGBpup1buzte9jAA_ICTEjgE40Qnbiw80udK8n_g/s400/Facultad+de+Filosofia+y+Letras+durante+la+Guerra.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Aspecto de la Facultad durante la Guerra Civil</td></tr>
</tbody></table>
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“Mientras en Madrid los comunistas y sus afines obligaban, bajo las
más graves amenazas, a escritores y profesores a firmar manifiestos, a hablar por
radio, etc., cómodamente sentados en sus despachos o en sus clubs, exentos de toda
presión, algunos de los principales escritores ingleses firmaban otro manifiesto
donde se garantizaba que esos comunistas y sus afines eran los defensores de la
libertad” (José Ortega y Gasset. <em>La rebelión de las masas</em>, p. 178-179)</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXe8VcEpkyWHy5ePE9NGMLuhQ3h9URfo1dIcuoxMO6CJ_eHtPJuPvTDmJ_VL9fFHj9wsV-uLOgJ837sJdmkUAx5s65JSSPvk4VHELTqnFK7jEZf7EbcgLyZ9Iod68tNtSfg755pejfQ_M/s1600/Ortega01.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="411" data-original-width="315" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXe8VcEpkyWHy5ePE9NGMLuhQ3h9URfo1dIcuoxMO6CJ_eHtPJuPvTDmJ_VL9fFHj9wsV-uLOgJ837sJdmkUAx5s65JSSPvk4VHELTqnFK7jEZf7EbcgLyZ9Iod68tNtSfg755pejfQ_M/s320/Ortega01.jpg" width="245" /></a><span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">La inteligencia, ese <i style="mso-bidi-font-style: normal;">pouvoir
spirituel </i>tan reclamado por Ortega, se tomó unas largas vacaciones... Despreciado, humillado por la izquierda y vejado por una derecha que desatará todo su resentimiento, como veremos, en el momento de su muerte, no tendrá más salida que tomar el camino del exilio. Del </span><span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Madrid
en guerra, el filósofo marchará a París, de donde dará el salto a Buenos Aires.
Incómodo en Argentina, se acercará a España, instalándose en Lisboa. Un total de
nueve años tardará en regresar a su patria.</span></div>
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</div>
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span><br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="color: black; font-size: xx-small;">Ver </span></span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; line-height: 115%;"><span style="line-height: 115%;"><span style="color: black;"><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/06/la-resaca-de-un-sueno.html" target="_blank"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">La resaca de un sueño</span></a><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;"> (Julián Marías. 1) 21 de junio de 2017</span></span></span></span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; line-height: 115%;"><span style="line-height: 115%;"><span style="color: black;"><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/06/por-mi-que-no-quede.html" target="_blank"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">“¡Por mí, que no quede!”</span></a><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;"> (Julián Marías. 2) 27 de junio de 2017</span></span></span></span><br />
<span style="font-size: xx-small;"><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/07/reencuentro.html" target="_blank"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">Reencuentro</span></a><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;"> (Julián Marías. 4) 11 de julio de 2017</span></span><br />
<span style="line-height: 115%;"><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/07/el-limite-de-la-ausencia-continuidad-y.html" target="_blank"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">El límite de la ausencia. Continuidad y despedida. 1</span></a><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;"> (Julián Marías. 5) 25 de julio de 2017</span></span></div>
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="color: black;">
</span></span></div>
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</div>
Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-9036579829832547992017-06-27T15:30:00.000+02:002017-07-25T13:02:51.120+02:00"¡Por mí, que no quede!"<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiP1JMIBunJsY1D6gDuiF02GcjgHdGbezaoYmcCacp5c2gyoXnq_zxrIBwRgJi9wTjhN9ldt5VeiLYaQOKzNO2Gwyr28nNSKKVQI3u7onB6DeNHJ5rw40J25AtAwCG2tQUDIyr3xz95iuY/s1600/JM+en+1935.+Memorias1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="456" data-original-width="265" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiP1JMIBunJsY1D6gDuiF02GcjgHdGbezaoYmcCacp5c2gyoXnq_zxrIBwRgJi9wTjhN9ldt5VeiLYaQOKzNO2Gwyr28nNSKKVQI3u7onB6DeNHJ5rw40J25AtAwCG2tQUDIyr3xz95iuY/s400/JM+en+1935.+Memorias1.jpg" width="231" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Tomada de "Una vida presente" I, 1988</td></tr>
</tbody></table>
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El
26 de marzo de 1939, en plenos estertores de la guerra civil, el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ABC </i>de Madrid publicó un artículo sin
firma titulado “La división del pueblo español”. En él se podía leer lo
siguiente:</span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">"La
pasión política no suele detenerse ante la verdad de las cosas. Si llega a los
extremos de violencia de una guerra, menos aún. Si se trata de gentes tan poco
fieles a lo verdadero como los españoles, esto se acentúa. El pueblo español
está dividido, y por eso ha habido guerra. El año 36 se había perdido el
sentido de la convivencia, el sentido nacional. Vivir en una nación supone que
se puede discrepar cuanto se quiera, pero dentro de ciertos límites, en los que
se convive. Se puede ser muy diferentes, siempre que a la vez se sea unos. En
España, el socialista y el falangista o el republicano y el requeté se sentían
separados y opuestos por sus opiniones; esto es justo; pero en cambio, no se
sentían unidos de un modo vivo y eficaz por su origen, por su pasado, por todo
su haber común y por una cosa muy importante más: por el objeto mismo de esas
apasionadas actividades opuestas, que era, ¡qué casualidad!, la misma nación
española. Sin acordarse de esto, no pensaron más que en sus divergencias, no
contaron con los demás y cada bando se comportó como si fuese, él solo, el pueblo
español. Mientras tanto, éste, dividido, más aun desgarrado, se desangraba
sobre nuestros campos, a lo largo de la trágica linde de los frentes.
Necesitamos rectificar urgentemente esta situación anormal; necesitamos, para
eso, entenderla bien. Porque de poco nos servirá dejar el curso libre a los
ríos, que ya no arrastrarán sangre mezclada, ni hacer que los ferrocarriles
crucen una vez y otra el cuerpo entero de España, si no se hace lo mismo con el
pueblo, hasta conseguir que vuelva plenamente a vivir como tal, con todas sus
diferencias, pero sin volver la espalda a la unidad, más profunda que todas
ellas, en que tiene que estar, quiera o no, irremediablemente” (Tomado de Helio Carpintero. <i>Una voz de la Tercera España. Julián Marías, 1939</i>, 2007, pp. 106-107)</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Este
texto forma parte de una serie de catorce editoriales que vieron la luz en dicho diario
entre el 11 y el 28 de marzo del último año de la guerra. No está de más traer
aquí, al menos, los títulos de los 13 restantes: “Juicio ante la historia” (11
de marzo), “Nuestro ejército y la paz” (12 de marzo), “Madrid, lección
española” (14 de marzo), “La solución de nuestra guerra la darán los españoles”
(15 de marzo), “La ocasión de la paz” (18 de marzo), “La República ante Europa,
ante el mundo y ante los españoles” (19 de marzo), “La ruptura con lo anterior”
(21 de marzo), “Las condiciones de la paz” (22 de marzo), “El estado de ánimo
con que llegamos a la paz” (23 de marzo), “Alrededor de la paz” (24 de marzo),
“El papel de los republicanos en la paz” (25 de marzo) y “La nobleza del
Consejo de Defensa” (28 de marzo).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Durante
demasiado tiempo dichos trabajos, en el mejor de los casos, habían pasado
desapercibidos, aunque es de temer que, por lo general, hayan sido despreciados
o, siguiendo la más arraigada costumbre hispana, ninguneados. Su anonimato y la
forma de abordar el asunto a debate pudieron disuadir a los historiadores a la
hora de tenerlos en cuenta en sus estudios sobre el final de la contienda. Basta
con echar un vistazo tanto a los ya clásicos de Martínez Bande y Luis Romero, o
a los publicados más recientemente por Preston o Bahamonde para comprobarlo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">¿Por
qué dicho silencio? Aparte de reflejar la postura de su autor, respondían al
sentir general de los miembros del Consejo de Defensa, organismo que, de unos
años a esta parte, en virtud de una tendencia generalizada en la historiografía
al uso, ha sido objeto de las más duras, y a menudo injustas y despiadadas,
críticas. El planteamiento del asunto, tan lejos del utilizado en ambos bandos,
es el propio de la mayoría de los que conforman esa <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tercera España</i> que a muy pocos interesa hoy reivindicar y a
demasiados borrar sus huellas y su recuerdo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><!--[if gte mso 9]><xml>
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<![endif]--><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Pero, siendo sinceros y dejando a un lado la
historia-ficción o cómo nos habría gustado que hubiese terminado el asunto...</span> ¿qué otra cosa se
podía hacer? La dimisión de Azaña, la casi simultánea declaración de guerra por
parte de la República (más de dos años después de iniciado el conflicto), la
imposibilidad de convocar elecciones en el plazo que marcaba la ley para
solventar semejante acefalia en la jefatura del Estado, solo dejaba libre el
recurso constitucional al Ejército para manejar las riendas de la situación,
posibilidad que ni deseaba ni contemplaba el gobierno errante y, desde ese
mismo instante, deslegitimado de Negrín. En esa tesitura, con el final de la
guerra en ciernes, se organiza en Madrid el Consejo Nacional de Defensa (Miaja, Besteiro, Casado, Wenceslao Carrillo, Miguel San Andrés, Eduardo Val, José González Marín y José del Río) con un
único y claro objetivo: acelerar las negociaciones de paz con el enemigo, pactando
una rendición en las mejores condiciones posibles. Que el resultado de las
mismas (rendición incondicional) se colocara en las antípodas del deseado
(rendición con condiciones), no resta un ápice de valor a las pretensiones del
Consejo y al papel de todos y cada uno de sus miembros.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">En
tal coyuntura, en medio de esa pequeña guerra civil dentro de la guerra civil
en que se convirtió la oposición a las legales y legítimas iniciativas del
Consejo por parte de aquellos que deseaban continuar con la sangría a cualquier
precio, Julián Marías Aguilera, un joven licenciado en Filosofía, movilizado a
comienzos de 1937 y destinado en oficinas militares en calidad de traductor,
entró en contacto con Julián Besteiro para ofrecerle su apoyo, este sí
incondicional.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2OsNfGj6HTImZgOz1fxFGEI5WgII4_nIO6ReeLrPUbWQh3CXSjyai9i14kNO-8oz6x0GigcmIXZRmlL-F_E7XAGV6C8FIzTiTHpZTFVaM6Pv80fiKucqIFDC3boWJ224ciI84f3UfxQ8/s1600/Helio+Carpintero.Tercera+Espa%25C3%25B1a.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1342" data-original-width="873" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2OsNfGj6HTImZgOz1fxFGEI5WgII4_nIO6ReeLrPUbWQh3CXSjyai9i14kNO-8oz6x0GigcmIXZRmlL-F_E7XAGV6C8FIzTiTHpZTFVaM6Pv80fiKucqIFDC3boWJ224ciI84f3UfxQ8/s400/Helio+Carpintero.Tercera+Espa%25C3%25B1a.jpg" width="260" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Una voz de la “Tercera España”. Julián Marías en 1939</span></i><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> es el título del trabajo de Helio Carpintero (Madrid,
Biblioteca Nueva, 2007) donde se desvela, a lo largo de 153 páginas la autoría
de dichos artículos, reproduciendo íntegramente sus textos. El estilo narrativo de los mismos, el uso holgado de
conceptos de clara raigambre orteguiana tan queridos por Marías, bastarían casi
por si solos para identificar a su responsable. No obstante, en el tomo primero
de sus memorias (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una vida presente</i>)
publicado en 1988, Julián Marías hace referencia a sus colaboraciones
político-literarias durante la guerra:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“Lo
más importante, sin embargo, fue que escribí cierto número de artículos en el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ABC </i>republicano que aparecía en Madrid,
dirigido primero por Elfidio Alonso, diputado de Unión Republicana y hermano de
mi amiga y compañera de la Facultad María Rosa. Me pidió algunas colaboraciones,
y cuando dejó el periódico continué en relación con el secretario de redacción
Antonio Dorta, canario también y buenísima persona, con quien mantuve gran
amistad hasta su muerte hace pocos años. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ABC
</i>era el menos virulento y tendencioso de los periódicos, en una época en que
todos lo eran, en ambas zonas. Cuando reanudaron la publicación de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Blanco y Negro</i>, también escribí algunos
artículos; recuerdo uno sobre el tercer centenario del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Discurso del método</i>, en 1937; y otro, a fines de 1938, sobre la
muerte de <a href="http://www.filosofia.org/hem/193/var/93901bnb.htm" target="_blank">Unamuno</a> dos años antes. Otros artículos, firmados unos, editoriales
otros, se referían a las circunstancias españolas; a veces me asombra cómo
pudieron publicarse, y sin graves consecuencias para mí, porque eran de una
independencia total y no ahorraban las críticas a lo que parecía deplorable” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una vida presente,</i> 1, 1988, pp. 222-223).</span> </div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEit_CltbrwCsw1q53HBzFmHVpdZ4QlizCzm56VIjBSxnbQVLYjsfKU3UWo8V6_JRD23mLZl2adloiU8F0DGZEXVhgpZSsXeODLu-ANPcwzZlFPsL57y-NbOEVm2Z5leqD96pOdzVkhPh3w/s1600/Blanco+y+Negro.+N%25C2%25BA+10.+1938.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="340" data-original-width="251" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEit_CltbrwCsw1q53HBzFmHVpdZ4QlizCzm56VIjBSxnbQVLYjsfKU3UWo8V6_JRD23mLZl2adloiU8F0DGZEXVhgpZSsXeODLu-ANPcwzZlFPsL57y-NbOEVm2Z5leqD96pOdzVkhPh3w/s320/Blanco+y+Negro.+N%25C2%25BA+10.+1938.jpg" width="235" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Año XLVIII. Nº 10, 1938.<br />
J. Marías <a href="http://www.filosofia.org/hem/193/var/9380901a.htm" target="_blank">La formación del Ejército</a></td></tr>
</tbody></table>
</span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Esa
misma sorpresa causará a Javier Tusell (1945-2005) la lectura de sus
colaboraciones en el diario madrileño cuando se procedió, en los años 80, a la
edición de una amplia selección del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ABC</i>
de la guerra, en tinta azul el impreso en Sevilla y en roja el madrileño. ¿Cómo
era posible escribir con tal grado de libertad? Si nos atenemos al lema que
Julián Marías hizo suyo y con el que hemos encabezado estas líneas: “por mí,
que no quede”, se comprende que la defensa de la verdad y la lucha por la
conservación de lo mejor de nosotros mismos poniendo por encima de todo la
realidad de la situación, movilizara todas sus energías aun a sabiendas del
riesgo real que podía correr su propia vida y la de sus seres queridos. De
hecho, por él mismo confesado en estas mismas memorias, en las que brilla por
su ausencia todo gesto de vanidad o vanagloria, su actuación durante esos días
de marzo de 1939 es una de las pocas cosas de las que se siente realmente
orgulloso.</span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimM7ngWX3KQnsUf72NzpEy55mABI5EU0yGU7H0gjaWyLVIj52L5cgHSRSIDoo2HOZrxbOitvoAcBYp3R6Gp-QEY6c4prCw8ZyQ-rWDBAwBuN26hVv_km1JoVMzElGjLFliTaiDyHFVehU/s1600/Memorias1.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1166" data-original-width="688" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimM7ngWX3KQnsUf72NzpEy55mABI5EU0yGU7H0gjaWyLVIj52L5cgHSRSIDoo2HOZrxbOitvoAcBYp3R6Gp-QEY6c4prCw8ZyQ-rWDBAwBuN26hVv_km1JoVMzElGjLFliTaiDyHFVehU/s400/Memorias1.jpg" width="235" /></a></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">”Para
que se pudiera hacer la paz en España –y no me refiero a las negociaciones con
el otro bando, que estaban totalmente fuera de mi alcance y que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">no eran lo decisivo</i>-, lo primero que
hacía falta era la expresión y difusión de la verdad. Era menester barrer la
espesa nube de mentiras que envolvía a todos los españoles de ambas zonas desde
el comienzo de la guerra, de manera que se instalaran en la realidad. Era menester
que los republicanos comprendieran y aceptaran su derrota, y reconocieran en
qué medida habían contribuido a ella con sus errores y sus crímenes y que los
adversarios vieran también la parte que tenían en los mismos males, aunque la
suerte –acaso inmerecida- los hubiera acompañado. […] Besteiro me pidió que
escribiera lo que me parecía oportuno. Se enviaba a los periódicos y a las
emisoras. Dio órdenes de que mis escritos se tomaran como si fueran suyos. […]
Cuando pienso en mi edad, en mi insignificancia social, en mi nulidad política,
siento asombro y gratitud […] Cubrí un amplio espectro de cuestiones: el
balance real de la guerra, las conexiones internacionales, la necesidad de
despojarse del espíritu de odio, y aun de beligerancia, el papel que los republicanos,
aun vencidos, podrían y deberían representar en la paz. Besteiro estaba
enteramente de acuerdo, trabajábamos cada uno por su lado, sin conexión, pero
en armonía y aprobaba lo que yo escribía. A tanta distancia de edad, formación,
experiencia política y todo lo que se quiera, llegamos a una amistad profunda,
hecha de mutua lealtad y confianza, de participación a la vez triste e
ilusionada en una empresa que nos parecía justificar nuestras vidas. Yo
aportaba mi juventud, un entusiasmo que nunca me abandonó, cierta esperanza en
la capacidad creadora de la realidad, que inventa sus fórmulas aun cuando
parecen imposibles” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una vida presente,</i>
1, 1988, pp. 244-246)</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi07PWdedYMOBNX_chmnEo8VZYK61dcpfOkK2T4TWNhuzG82aUOr3Cm_8j_gkMJN6LCN0qYJm1Fk4MQW35o7JrQSizrrXmA48BO0-Dz0eXL21ni8kY4etWXmICb0gA_iOq9b_Kc2L7PZ80/s1600/Besteiro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="476" data-original-width="829" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi07PWdedYMOBNX_chmnEo8VZYK61dcpfOkK2T4TWNhuzG82aUOr3Cm_8j_gkMJN6LCN0qYJm1Fk4MQW35o7JrQSizrrXmA48BO0-Dz0eXL21ni8kY4etWXmICb0gA_iOq9b_Kc2L7PZ80/s400/Besteiro.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Julián Besteiro (1870-1940), “modelo de
liberalismo, cordura y tolerancia”</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
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</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Hasta
aquí, este pequeño recordatorio del papel jugado por Julián Marías durante esas
convulsas semanas. La lectura de estos editoriales nos llena, a un tiempo, de tristeza
y esperanza. Tristeza al comprobar cómo acabaron las cosas, qué lejos quedaba la
reconciliación y la mera convivencia. Esperanza al constatar la existencia de personas
profundamente liberales que pusieron su vida a una carta, sin importarles el precio
de la apuesta, sin permitirse un adarme de derrotismo o envilecimiento.</span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Gracias a la iniciativa de Helio Carpintero, <span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">en un leal homenaje a la larga amistad de su familia
con el filósofo, </span>conocemos esta
faceta fundamental en su trayectoria intelectual, que se puede completar con un
“librito” que comentamos aquí hace unos años, <a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2014/05/aclaraciones-oportunas-la-guerra-civil.html" target="_blank">"La Guerra Civil, ¿cómo pudo ocurrir?"</a> y con otras referencias dispersas
a lo largo de su obra.</span><br />
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="color: black; font-size: xx-small;">Ver </span></span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; line-height: 115%;"><span style="line-height: 115%;"><span style="color: black;"><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/06/la-resaca-de-un-sueno.html" target="_blank"><span style="font-family: inherit; font-size: x-small;">La resaca de un sueño</span></a><span style="font-family: inherit; font-size: x-small;"> (Julián Marías. 1) 21 de junio de 2017</span></span></span></span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; line-height: 115%;"><span style="line-height: 115%;"><span style="color: black;"><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/07/encuentro.html" target="_blank"><span style="font-family: inherit; font-size: x-small;">Encuentro</span></a><span style="font-family: inherit; font-size: x-small;"> (Julián Marías. 3) 4 de julio de 2017</span></span></span></span><br />
<span style="font-size: xx-small;"><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/07/reencuentro.html" target="_blank"><span style="font-family: inherit; font-size: x-small;">Reencuentro</span></a><span style="font-family: inherit; font-size: x-small;"> (Julián Marías.4) 11 de julio de 2017</span></span></div>
<span lang="ES-TRAD" style="color: #222222; line-height: 115%;"><span style="line-height: 115%;"><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/07/el-limite-de-la-ausencia-continuidad-y.html" target="_blank"><span style="font-family: inherit; font-size: x-small;">El límite de la ausencia. Continuidad y despedida. 1</span></a><span style="color: black; font-family: inherit; font-size: x-small;"> (Julián Marías. 5) 25 de julio de 2017</span></span></span><br />
<br />
<span style="font-size: xx-small;"></span> </div>
Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-51712224158280267042017-06-21T15:30:00.000+02:002017-07-25T13:03:31.229+02:00La resaca de un sueño<span style="color: #222222;"></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcl_UWrcEw-L8Mv305yV8DimVc8tClEXW6JpDQR7P5X4HyoRy28HArbCoAhTeUxHwhlaukBvPtICjrm7Mkd2XSzlanEulEJcjBHyb2uOaP939yW6tWh8T0g2uB_IrxQYw9bU5ndY2i6gY/s1600/Julian+Marias.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="628" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcl_UWrcEw-L8Mv305yV8DimVc8tClEXW6JpDQR7P5X4HyoRy28HArbCoAhTeUxHwhlaukBvPtICjrm7Mkd2XSzlanEulEJcjBHyb2uOaP939yW6tWh8T0g2uB_IrxQYw9bU5ndY2i6gY/s320/Julian+Marias.jpg" width="251" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Julián Marías</td></tr>
</tbody></table>
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Anoche
soñé con Julián Marías.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Estábamos
en el Pantano Lolita Franco, él y yo, sentados alrededor de una mesa alargada junto
a la ventana, a los pies de la escalera que sube a la terraza. El espacio era
extraño, oscuro, a medio hacer, con los perfiles y la fisonomía de un mero
proyecto de cuya conclusión siempre se duda por los cambios introducidos en el accidentado
desarrollo de su concepción. Digo estábamos por decir algo; yo me sabía<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>ahí, sin embargo, no me veía; me sentía<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>como algo irritado pero triste, sin
peso y sin sombra, pura angustia e interrogación.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">A través de los visillos se
filtraba una luz crepuscular que amenazaba con dejar la escena a oscuras en
cualquier momento sumiéndonos en tinieblas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Marías, con la espalda apoyada en
la pared, a la derecha del vano, se movía inquieto, confundido; parecía que le
molestara que le hubieran arrebatado del descanso eterno para someterle a una
impertinente inquisición (la mía) sin orden ni concierto, atropellada, arrolladora,
agobiante. Se presentaba en la figura de un joven de una veintena de años, los
que tenía cuando le tomaron la fotografía uniformado de soldado republicano en
los primeros meses de nuestra Guerra Civil.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">A su izquierda, casi en el arranque
de la escalera, Lolita proyectaba tranquilidad, sosiego, una curiosa sensación
de dominio absoluto de la situación y de los personajes que la protagonizaban.
Vestía a la moda de los años cuarenta, elegante y pulcra, tocada con el
sombrerito que le regalara Julián el mismo día que se le cerraron
definitivamente las puertas de la Universidad española. Descansaba en su regazo
una labor de ganchillo, no sé si unos patucos o un jersey, que alternaba con la
lectura de un libro, su libro. Tareas en principio incompatibles pero que abordaba
a un tiempo con absoluta soltura, mientras fulminaba a su marido con unas
muecas discretas pero expresivas, casi imperceptibles, intentando disolver su
desasosiego.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“No te pongas así, Julián- le decía sin palabras, como solo se
habla en los sueños- Si tú nunca te has cerrado al conocimiento de cosas y
gentes nuevas, no sé a qué santo viene esa actitud, esa desazón.”</span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span> <span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El
bálsamo de su mirada, que además del gesto encerraba esas palabras que no
llegaban al oído, inundó nuestros corazones y logró en un momento que Marías
dejara de revolverse en su vasta y demasiado holgada guerrera.</span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxAgthOxBTp_AdEl5Eg0aYnvFSZzkabewdzpum61hPcN1c1R7ilvOj9DjTusClRq7fw9lmkNFuwIjGGcHw-0weJPmmZwWvzgHUnhh49mT8rOHOZPjFsBzf5XNtvl1lRCMyd6oAnMb6g48/s1600/Dolores+Franco2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="798" data-original-width="550" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxAgthOxBTp_AdEl5Eg0aYnvFSZzkabewdzpum61hPcN1c1R7ilvOj9DjTusClRq7fw9lmkNFuwIjGGcHw-0weJPmmZwWvzgHUnhh49mT8rOHOZPjFsBzf5XNtvl1lRCMyd6oAnMb6g48/s320/Dolores+Franco2.jpg" width="220" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Dolores Franco</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Por
mi parte, la ansiedad inicial fue dando paso a una creciente e insoportable
conciencia de vacío. A través de sus libros, había invocado tantas y tantas
veces su presencia que, una vez conseguido mi propósito, no sabía cómo
comportarme y lo hacía como un patán, al igual que el niño que, temeroso de
hacer el ridículo en un acontecimiento social, perpetra cualquier gansada en el
momento menos oportuno, provocando la vergüenza de los padres y la burla
silenciosa de la concurrencia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“Como en tantas otras ocasiones, he llegado
tarde –pensaba en voz alta-; tan tarde como con 20 años de retraso… O más”</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Y
desperté con esa triste certidumbre.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">La
resaca del sueño, aquellos momentos en que pugnamos por reconstruir lo así
vivido, rescatar sus más mínimos detalles como si de un naufragio se tratara,
se prolongó durante varias horas. Pero todo intento fue vano. Podía haber
recreado un diálogo ideal entre autor y lector trufado de citas y de elocuencia
que nunca se produjo, ¡ya me habría gustado a mí!; o haber dejado a Julián
Marías perorar sobre cualquier cosa; o permitir que Lolita reivindicara con
derecho su condición de escritora, de gran escritora, eclipsada por la figura
del marido y las atenciones a la familia. La realidad del sueño se limitó a la
presencia de la pareja en nuestra casa irradiando una luz clara y serena,
únicamente alterada por mi insistente torpeza.</span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Yo
creo que lo que se ocultaba detrás de mi angustia y ansiedad, de mi patológica
timidez, era la intención de agradecerle la naturalidad y fluidez de su estilo.
La genial asunción, incorporación y máximo desarrollo de los conceptos
orteguianos de razón histórica y vital, transformando, a través de un lenguaje
claro y rico en matices, una teoría en algo que va más allá: una filosofía
práctica o aplicada a la vida real de cada uno, a disposición de quien se muestre abierto a
recibirla. La facilidad a la hora de transmitir los conceptos más enrevesados
de manera que el lector tome posesión de ellos sin apenas darse cuenta. El
proporcionar las herramientas para abordar de una forma veraz la interpretación
de la historia y de la sociedad con la vida humana como fondo, iluminando esos
rincones que nos empeñamos en oscurecer. La transmisión de una serie de valores
como la tolerancia, la ausencia de malicia o doblez, una firme convicción cristiana,
no guardar rencor hacia quienes crees que te han hecho mal, la integridad como
norma, el trabajo como guía, la valentía y naturalidad en la defensa de lo que
realmente importa, la persecución de la verdad y el respeto como horizonte intelectual.
Si a todo esto le sumamos la recuperación, actualización y vigorización de los
clásicos (Cervantes, Valera, Galdós...) y de los contemporáneos suyos (Unamuno,
Azorín, Ortega, Menéndez Pidal, Marañón, Laín… y tantos otros), el cultivo de
la amistad y de la fidelidad a prueba de bombas, la ilusión como fuente
creadora o la importancia del mundo personal, confieso que la impresión que en
mí sigue produciendo su obra va más allá de la comprensible admiración y roza
lo personal. </span></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Todas
estas virtudes y características que acabo de relacionar, ¿acaso no nos fueron
inculcadas, en mayor o menor medida, en nuestra infancia a modo de catecismo?
¿Qué hay de nuevo en todo eso? Aun a riesgo de repetirme, cuando abro un libro
de Julián Marías, me viene a la memoria la imagen de mi padre con algún “australito”<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>de Ortega asomando por el bolsillo de
la gabardina; y los consejos que, naturalmente, por “imperativo generacional”, me
empeñaba en desechar; y esas previsiones suyas que hoy veo cómo se van
cumpliendo con puntualidad casi maníaca. Asociaciones de la memoria que se
multiplican con los años haciéndose cada vez más presentes. Azorín diría que
“vivir es ver volver”. Y tanto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">De
iluminadora y salvadora podría definir la influencia que ha ejercido y sigue ejerciendo en mí la
obra del Julián Marías; esclarecedora del pasado y del presente, con el objeto
de defender un siempre incierto futuro. Y ahora, sin que hayan decantado
suficientemente mis lecturas, no pretendo más que poner en orden aquello que
considero valioso y fundamental.</span><br />
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: xx-small;">Ver </span><br />
<a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/06/por-mi-que-no-quede.html" target="_blank"><span style="font-family: inherit; font-size: x-small;">"Por mí, que no quede"</span></a><span style="font-size: xx-small;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: inherit;"> <span style="font-size: xx-small;">(Julián Marías. 2)</span> <span style="font-size: xx-small;">27 de junio de 2017</span></span></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/07/encuentro.html" target="_blank"><span style="font-family: inherit; font-size: x-small;">Encuentro</span></a><span style="font-size: xx-small;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: inherit;"> <span style="font-size: xx-small;">(Julián Marías. 3)</span> <span style="font-size: xx-small;">4 de julio de 2017</span></span></span></span><br />
<span style="font-size: xx-small;"><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/07/reencuentro.html" target="_blank"><span style="font-family: inherit; font-size: x-small;">Reencuentro</span></a><span style="font-family: inherit; font-size: x-small;"> (Julián Marías. 4) 11 de julio de 2017</span></span><br />
<span style="line-height: 115%;"><a href="https://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2017/07/el-limite-de-la-ausencia-continuidad-y.html" target="_blank"><span style="font-family: inherit; font-size: x-small;">El límite de la ausencia. Continuidad y despedida. 1</span></a><span style="font-family: inherit; font-size: x-small;"> (Julián Marías. 5) 25 de julio de 2017</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizDhcBpybrwooAba8coP1UPsM0pjEyNueaMDGqyjmj3Tdi5Q3s6DxJIRecO0g84NUG5Sz1PrCpynhl9f6zv6ozOQh9cDbYRn972LfJrZ3ZULwgSQZwGXQ9tkSRQP_PYhaAV4u0vsIdXFo/s1600/LibroDolores+Franco.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="720" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizDhcBpybrwooAba8coP1UPsM0pjEyNueaMDGqyjmj3Tdi5Q3s6DxJIRecO0g84NUG5Sz1PrCpynhl9f6zv6ozOQh9cDbYRn972LfJrZ3ZULwgSQZwGXQ9tkSRQP_PYhaAV4u0vsIdXFo/s320/LibroDolores+Franco.jpg" width="240" /></a></div>
</div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
</span>Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-60299988199818654922017-04-23T23:29:00.002+02:002017-06-21T14:02:03.791+02:00Cartas de mujeres. A propósito de un epistolario entre Carmen Laforet y Elena Fortún. “De corazón y alma (1947-1952)”. Madrid, 2016.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhL_RIFdWaUbbJBv2cgAAOtjoEZz79pCsvc9uLHLlpgkiNeEdJ5GmcRix56KIb2j_gZW7Ya6__BchP_-10acqjyGC19zs4Z9rh3kR0938egmp4N0CDj6oCR_nN5MFdQ9x3xL0ql9nY0Csw/s1600/carmen+laforet.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="216" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhL_RIFdWaUbbJBv2cgAAOtjoEZz79pCsvc9uLHLlpgkiNeEdJ5GmcRix56KIb2j_gZW7Ya6__BchP_-10acqjyGC19zs4Z9rh3kR0938egmp4N0CDj6oCR_nN5MFdQ9x3xL0ql9nY0Csw/s320/carmen+laforet.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Carmen_Laforet" target="_blank">Carmen Laforet, 1921-2004</a></td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Durante un par de semanas, ese lapso de tiempo que la actualidad otorga a toda novedad antes de dejar de serlo, lo observaba a través del cristal del escaparate protegido convenientemente por un toldo de la violenta luz que a las diez de la mañana barre la acera de los pares de la calle Mayor. Ocupaba un lugar destacado en el mismo, justo a la altura de los ojos, entre otros títulos de diversa enjundia seleccionados por la madrileña <a href="http://www.jotdown.es/2012/07/librerias-con-encanto-libreria-mendez-madrid/" target="_blank">librería Méndez</a>. Como en tantas otras ocasiones, dejé pasar la oportunidad de comprarlo, ya encontraría otro momento, total, ¿para qué?, ¿cuándo podría leerlo.? </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Porque esa no es una cuestión baladí, la de las horas siempre breves y escurridizas, ¡qué envidia me dan los que ventilan por las redes sus numerosísimas lecturas!, este mes 30, con un poco de empeño, el mes que viene llego a la cincuentena, ¿de dónde sacarán el tiempo?, por mucho que apiñe y amontone sus rutilantes portadas, no me van a caber en la foto que suba a Facebook, profesional montaje, si es posible, animado y todo. Afán juvenil de consumista lector, fiebre padecida hace tantos años que vértigo me da echar cuentas: Cuesta de Moyano en mañanas sabatinas haciendo acopio de ediciones de bolsillo, australitos, destinolibros, bibliotecabreves…; librería en el entresuelo del Corte Inglés de Princesa camino de la Facultad, donde manoseaba los pequeños volúmenes de Gibbon o de Mommsen, ya no me acuerdo, prolijamente anotados; la Casa del Libro en Gran Vía una fría, lluviosa, desapacible tarde de invierno, arrastrando un constipado de los míos y ese ejemplar bajo el brazo de “Dafne y ensueños” camino de un fin de semana tirado en la cama, envuelto entre las mantas y en las historias familiares de las Torres Bermejas y que hace solo unos días acabo de encerrar en una caja parecida a aquellas que servirían para trasladar un par de años atrás los miles de volúmenes del establecimiento de la Travesía del Arenal (Librería de los bibliófilos españoles, libros antiguos, literatura e historia, ciencias y artes) que, de la noche a la mañana, sin ese aviso previo que enciende el celo del comprador, echó el candado dejándonos a todos un poco huérfanos, a medio camino entre el vacío y el arrepentimiento por no haber adquirido en su momento ese título de la GC de precio tan asequible y bien conservado, como la colección editada por el Servicio Histórico Militar, o aquellos planos antiguos de Madrid sobre los que, en alguna ocasión, me gustaría localizar los domicilios de los médicos madrileños de la Ilustración. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEim7N6FxkunGvuxMjvGqJh5HNy06iXxq7a6WVq-TFkxIyl5p7H6QAKHLmYiyFpkFXKNmm6zLleXRr2ATFsnnswzIG_Vn9_E6j5TGYjbBps-s8rjQJpIVkSpCWlwrqC5wy0WE0HauW49dxk/s1600/elena+fortun2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEim7N6FxkunGvuxMjvGqJh5HNy06iXxq7a6WVq-TFkxIyl5p7H6QAKHLmYiyFpkFXKNmm6zLleXRr2ATFsnnswzIG_Vn9_E6j5TGYjbBps-s8rjQJpIVkSpCWlwrqC5wy0WE0HauW49dxk/s320/elena+fortun2.jpg" width="197" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Elena_Fort%C3%BAn" target="_blank">Elena Fortún, 1885-1952</a></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Proyectos siempre pospuestos, emplazados a un mañana incierto donde soñamos con el dominio del tiempo o, al menos, con una tregua concedida por esas infinitas y pequeñas obligaciones cotidianas que, como piedrecillas afiladas, siembran nuestro caminar descalzos por la vida, siempre a la defensiva, intentando sortear, con mayor voluntad que éxito, los obstáculos puestos en nuestra carrera hacia aquel espacio personal, seguro, al abrigo del vendaval de distracciones y quehaceres inaplazables. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En realidad, sobre la queja siempre planea la excusa como un enorme pajarraco de tupidas alas que da forma a la pereza, a la justificación que avala la inactividad y la desidia. Aunque me pueda aferrar al argumentario de la falta de tiempo, o al menos sostenible de las ocupaciones, digamos, domésticas, lo cierto es que detrás de mi primera negativa lo que existía era cierto temor, una especie de escrúpulo al creer o imaginar cuestionado uno de mis referentes más queridos por estar vinculado precisamente a mis primeras experiencias de lector, esas que se quedan grabadas para toda la vida con la firmeza de las sensaciones gratificantes que uno espera encontrar cuando se asoma a las páginas de un libro. Esa impronta queda marcada en la adolescencia y más que a la calidad de lo leído o independientemente de ella, está estrechamente ligada al momento, a la situación en la que se produjo la lectura. Y esa circunstancia, esa geografía personal quedará por siempre asociada a una mujer que mis padres habían visto a menudo con una gabardina “de hombre” y una carpeta en la mano bajo la lluvia madrileña (Carmen Laforet) y una novela “Nada”</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Intentaré explicarme.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoVMgJ4d8RxVN45rWTCj3Crzpr4Dx9wUUpW4ZPuJatZHly1o9ZEYeLpHQlk3grOhnek-960TT_rYReqL5ZnCr_hDUXkmNnC3qnYjW7LB2PP061k8IymifjtCPJjhj6Lwnp5QFc6-RQZ1M/s1600/fortun_laforet.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoVMgJ4d8RxVN45rWTCj3Crzpr4Dx9wUUpW4ZPuJatZHly1o9ZEYeLpHQlk3grOhnek-960TT_rYReqL5ZnCr_hDUXkmNnC3qnYjW7LB2PP061k8IymifjtCPJjhj6Lwnp5QFc6-RQZ1M/s320/fortun_laforet.gif" width="227" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La Fundación Banco de Santander acaba de sacar a la luz, en su colección “Cuadernos de obra fundamental”, un volumen bellamente editado con la correspondencia que mantuvieron Carmen Laforet y Elena Fortún entre 1947 y 1952. Desconocía la existencia de esta colección de elegante acabado, donde figuran títulos de autores tan dispares como Cela, Rosa Chacel, Ridruejo, León Felipe o Juan Larrea. He hablado de la belleza y la elegancia de la edición porque no es habitual encontrar en el mercado volúmenes de semejante factura (calidad del papel, tipos, sobriedad, amplitud de márgenes) a un precio tan módico como los 10 € de este que tengo entre manos. Por encima del acierto tipográfico, son de agradecer los tres textos que introducen el epistolario, firmados por dos hijas de Carmen Laforet (Cristina y Silvia Cerezales) y por Nuria Capdevila-Argüelles. Las dos primeras constituyen sendas piezas literarias que aúnan sentimiento y rigor, lirismo y homenaje sentido. Las peripecias por las que tuvo que atravesar Cristina para recuperar las cartas son dignas de una trama detectivesca, y las evocaciones infantiles del universo de Celia traídas por Silvia nos trasladan directamente a esos años dichosos de la literatura española extendidos a lo largo de los años cuarenta y cincuenta . Por su parte, Nuria Capdevila-Argüelles, en “Queridas, lejanas”, nos pinta el cuadro de parte de una generación con Elena Fortún al fondo; más que de generación, cabría hablar de grupo o de “colegio invisible”: el formado por aquellas narradoras que, por esos años, se sentían unidas por los lazos de las dificultades que impone el choque del ser con el deber ser, la complicada combinación de la obligación con la vocación. Eterna cuestión que a todos nos afecta en mayor o menor medida y que quedaría desvirtuada si la reducimos a un asunto de género. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZ5UVdsGyO2rPGKBpSLIZ1ILezy9Letd2_eMVZuPZLEu_3pi3WgS00lTjcpab90E4hky6WVC4X_BXYesP2hrlowv1DrSGlUvGCGRpCJdd5rMcvGpgM4ASYxmOwa1d-tq9f889vPi4QChc/s1600/elena+fortun.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZ5UVdsGyO2rPGKBpSLIZ1ILezy9Letd2_eMVZuPZLEu_3pi3WgS00lTjcpab90E4hky6WVC4X_BXYesP2hrlowv1DrSGlUvGCGRpCJdd5rMcvGpgM4ASYxmOwa1d-tq9f889vPi4QChc/s1600/elena+fortun.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El lanzamiento de “De corazón y alma (1947-1952)” vino precedido de una inteligente campaña de marketing de la que solo conozco la desplegada en las redes sociales, que imagino paralela a la desarrollada en los suplementos literarios de la prensa escrita. En ella se mezclaba sutilmente, con la excusa del tirón editorial de Elena Fortún (<a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/04/una-novela-para-la-tercera-espana-elena.html" target="_blank">reedición</a> de “Celia en la revolución”, publicación del inédito “Oscuro sendero”), la denigración de un momento histórico soslayando las cimas literarias entonces alcanzadas con la cada vez más poderosa y omnipresente “ideología de género”, creando una expectación que supera con creces la calidad del producto presentado. Entiéndase con esto que no pretendo restar ningún valor al contenido de las cartas, al que me referiré a continuación. Muy al contrario: si alguien espera encontrar un epistolario de tintes sáficos o lésbicos se va a llevar tremenda decepción. Y quien, como es mi caso, pretenda asomarse al taller del escritor, y tropezarse con noticias curiosas sobre una obra en marcha, o acerca de las condiciones en que desarrollan su trabajo los autores, el chasco no va a ser menor. Si exceptuamos algunas referencias, muy pocas, al estado de ánimo de Carmen Laforet mientras redactaba “La isla y los demonios” o al cansancio y poco interés que le causaban sus colaboraciones en la revista “Destino”, lo que queda es el intercambio de cartas entre una autora joven y consagrada (Laforet) y la creadora de los cuentos que esta leía de niña y por la que siente auténtica devoción (Fortún). Las cartas de Carmen, breves, se demoran con frecuencia; las de Elena, más elaboradas, impregnadas del sufrimiento provocado por el cáncer nunca diagnosticado, están cargadas, no obstante, de un optimismo que inútilmente intenta trasladar a la autora de “Nada” Recomendaciones de libros, referencias a amigas comunes (Fernanda Monasterio, Lily Álvarez, Carmen Conde), el inicio de la crisis espiritual de C. Laforet completarían el contenido de este epistolario bajo el que fluye un torrente de cariño, respeto y mutua admiración. Y sobre todo, la entereza ante la adversidad, el importante mundo de las pequeñas cosas (Carmen justifica la tardanza en las respuestas porque olvidó comprar papel....) y la grandeza de la relación maestro-discípulo que ya se ha olvidado y a nadie interesa recordar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Libro de indudable interés que ilustra la vida de dos grandes narradoras que, después de demasiados años de olvido, vuelven a la actualidad con recopilaciones como esta y algún que otro bien documentado programa de radio y televisión.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFS-Zb-AD9Xil_BRIDDn_7sMJNpqTqApTSwyciIGQVf6RJ2c_VoKfl-oV1QzfPsPJ5kaXQAEvWJTJTLGJZERTQjJ7A0TiIUYrfggvYRB6ur0r_yowgN_7KhUhZccJZEEM4VqPgcOGqcGQ/s1600/carmen+laforet2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="185" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFS-Zb-AD9Xil_BRIDDn_7sMJNpqTqApTSwyciIGQVf6RJ2c_VoKfl-oV1QzfPsPJ5kaXQAEvWJTJTLGJZERTQjJ7A0TiIUYrfggvYRB6ur0r_yowgN_7KhUhZccJZEEM4VqPgcOGqcGQ/s320/carmen+laforet2.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Enlaces de interés:</div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="http://www.rtve.es/alacarta/videos/imprescindibles/imprescindibles-carmen-laforet-chica-rara/3593312/" target="_blank">Carmen Laforet, la chica rara</a></div>
<div style="text-align: justify;">
Carmen Martín Gaite. <a href="http://www.march.es/conferencias/anteriores/voz.aspx?p1=22086" target="_blank">Elena Fortún y su tiempo</a>.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-9816688911796048102016-05-12T14:00:00.002+02:002017-06-21T14:07:50.620+02:00Una novela para la tercera España (Elena Fortún. “Celia en la revolución”. Sevilla, Editorial Renacimiento, 2016.). Sexta parte (y última)<br />
<div style="text-align: right;">
<i>
</i></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHvZlIkQL9RSDf3hqutyav5xSwXK7ym7-MUjgWu_UkOGX1P-p7dXnvdEjswPTYuWBGW3JB3bgzwUUW6_gwYZlwCER1SbIYxgU32TCNBLNI2JiBpYqEgy43YSOvLOCVSsWKe5DTSipwjHU/s1600/celia18.soldados+leyendo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="176" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHvZlIkQL9RSDf3hqutyav5xSwXK7ym7-MUjgWu_UkOGX1P-p7dXnvdEjswPTYuWBGW3JB3bgzwUUW6_gwYZlwCER1SbIYxgU32TCNBLNI2JiBpYqEgy43YSOvLOCVSsWKe5DTSipwjHU/s320/celia18.soldados+leyendo.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Soldados leyendo</td></tr>
</tbody></table>
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Que la guerra está
perdida es un hecho que todos parecen asumir... menos Celia. Todavía en Madrid,
poco antes de emprender el camino a Valencia y al exilio, la antigua alumna del
Instituto San Isidro se encuentra a una profesora, la señorita Amelia:</span></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“- [] Mi esperanza
de “Escuela Única” la he visto aquí realizada [] ¡Es milagroso lo que hemos
conseguido aquí en unos meses…! ¡Lástima que todo esté próximo a terminar!</span><br />
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-¿Usted cree..?</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-Sí… ¡todo está
perdido! Creo que por culpa de unos y otros [] Tu padre pasará los Pirineos, y…
yo me quedaré aquí… pase lo que pase [] y no sé lo que harán conmigo por mi
pecado de democracia [] Por lo menos me llevará a la cárcel… Es lo lógico… Yo
también les llevaría a ellos con el único fin de que no me inquietaran…” (295-296)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Poco a poco va
asumiendo las dimensiones del desastre y surge, en las últimas páginas de la
novela (hay que recordar que se trata de un borrador, muy completo, pero no
definitivo) la auténtica Elena Fortún, nos referimos a los tres detalles personales
o biográficos más evidentes. En primer lugar, aparece la figura de Aguilar, que
no es otro que Manuel Aguilar Muñoz (1888-1965), fundador y propietario de la
prestigiosa editorial que lleva su nombre y en la que publicó su obra
Encarnación Aragoneses (Elena Fortún). Este le prestará todo su apoyo, e
incluso intentará, en vano, disuadirla de emprender el viaje final. </span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“No se vaya, hija,
no se vaya –dice la madre [de Aguilar]-. Una mujer sólo está segura en su casa.</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-¡Estoy sola!
–digo casi llorando.</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-Nos tiene a
nosotros que la queremos de verdad. Tendrá trabajo en nuestra editoral.</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-¿Mis hermanitas?</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-Su padre le
enviará a las niñas y seguirá siendo su madrecita.” (306-307)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Camino de
Valencia, es abordada por un joven:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“-Discúlpeme, señorita…
¿Usted es Celia Gálvez… la de “Blanco y Negro”?... La que contaba cuentos y…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Sí, señor…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Me han dicho que usted
sabe leer las líneas de las manos, ¿es verdad?” (315)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Vasco nacido en
Argentina, confunde autor con personaje y protagoniza uno de los momentos más
surrealistas de la novela, cuando le confiesa a una Celia ya de vuelta de todo,
que ha inventado un sistema para que el hombre vuele por sus propios medios:</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“-Figúrese usted…
Si un hombre solo vuela, bien puede volar un ejército cogidos de las manos,
formados, como una nube que se abate sobre una nación, o un pueblo…” (322)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Esta habilidad
quiromántica, de la que Celia reniega una y otra vez, podría estar relacionada
con uno de los momentos más duros de la vida de la Fortún: la muerte de su
primer hijo, a los diez años de edad, momento en el que, sumida en una profunda
depresión, se abandonó a prácticas espiritistas y de comunicación con el más
allá. Es una hipótesis.</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">La última pista
biográfica es su salida de España en barco rumbo a Francia, desde un puerto próximo
a Valencia. Sabemos por Inés Field, íntima amiga de Encarnación en Buenos
Aires, que la embarcación en que navegaba naufragó, permaneciendo a la deriva a
cierta distancia de la costa hasta que el pasaje fue rescatado. En las últimas
páginas del borrador abundan las advertencias a los riesgos que conlleva el viaje, reiteradas
una y otra vez por sus amigos y los que, sabedores que los suyos ganarán la
guerra, comienzan a darle la espalda. Del 18 de marzo de 1939, fecha en la que
emprende el exilio, es esta cita:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“Yo oigo hablar de todo
esto como los moribundos deben de oír hablar de la vida… Ya estoy al margen de
todo… Ya no soy de este mundo… Dentro de unas horas navegaré hacia no sé dónde,
sin un céntimo… sola…” (338)</span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSvCjG9V-xrtXKwxB97itsuEuczCBhRZOuGmEE3d9tPFga8gdhAUTzc5r6GSnea1oQpcnBGEqcb_Bokh-OQiJc7PKMpqYOCcAGs8XEEskyDiRPibTB9vTm5F3Up3kF8JYBlB-42XV9_Lo/s1600/celia24.instituto+san+isidro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSvCjG9V-xrtXKwxB97itsuEuczCBhRZOuGmEE3d9tPFga8gdhAUTzc5r6GSnea1oQpcnBGEqcb_Bokh-OQiJc7PKMpqYOCcAGs8XEEskyDiRPibTB9vTm5F3Up3kF8JYBlB-42XV9_Lo/s400/celia24.instituto+san+isidro.jpg" width="253" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div>
El madrileño Instituto de San Isidro, varias veces</div>
<div>
mencionado en la novela.</div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">No me gustaría
finalizar este ya demasiado largo comentario, más paráfrasis que reseña, sin
señalar la importancia que otorga Celia a los libros, la lectura y la Historia.
Apuntamos más arriba, en referencia a Eusebio Gorbea, marido de Encarnación
Aragoneses, las estrechas vinculaciones de la pareja con el ambiente creado en
torno a y a partir de la Institución Libre de Enseñanza. Elena Fortún será
socia del Lyceum Club, un centro de reunión de carácter femenino, un lugar de
encuentro y de remanso de mujeres rondando la cuarentena, lejos del bullicio e inquietudes
consideradas entonces eminentemente masculinas. Impulsado por María de Maeztu
(1882-1948), contaba con una nutrida biblioteca y sería incautado por Falange
en 1939.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“Es como si me fuera de
la revolución del frente, de los fusilamientos y me refugiara en una época de
paz de la Historia de España… ¿cuándo? ¿Reinando Fernando VII? ¿O Carlos IV?...
No, es antes… aún Galdós no ha conocido a Gabrielillo… ni Inesita ha ido a
vivir con Don Braulio a la calle de la Sal…” (178)</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">En Barcelona, acompañada
por su amiga Lydia, se detienen ante el escaparate de una librería:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“¡Cuántos libros! Nos
pasamos media hora en el escaparate.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¿Tú has leído algo de
Valle-Inclán? Yo, no.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Compramos dos libros, y
pedimos un catálogo para comprar más.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Tengo que consultar a
papá. Él quiere leer “La Montaña Mágica” y se la voy a regalar por su santo.”
(226)</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Curiosamente, con
Valle-Inclán montaría Eusebio Gorbea una efímera compañía de teatro que
representaba sus obras en casa de Ricardo Baroja. Y la mención a la obra de
Thomas Mann, que rezuma enfermedad y muerte, parece un anticipo macabro del
triste final de Eusebio Gorbea, en el que se inspiró Elena Fortún para levantar
el personaje del Señor Gálvez. En 1948, mientras Encarnación Aragoneses estaba
en Madrid preparando el regreso definitivo a España, su marido pondrá fin a su
vida en su apartamento de Buenos Aires, incapaz de superar la pérdida de la
guerra.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Y no podía faltar la
referencia a la lectura en el frente:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“-Y ¿es verdad que en el
frente los soldados reclaman libros? ¿Es verdad que leen?</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Sí, se lee mucho… se lee
como no se ha leído nunca… Mucha gente había que en su vida cogió un libro en
sus manos y ahora lee con una ansiedad... como para desquitarse del tiempo
perdido…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¿Leen a Galdós?</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Sí… y a Pereda, y a
Valera, y a Gómez de la Serna, y a Pérez de Ayala, y a Azorín… Pio Baroja gusta
mucho… Y también se leen muchos libros extranjeros traducidos… Todos los libros
tienen público… Es posible que la guerra tenga un fin social que nadie hubiera
sospechado...” (333)</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Al igual que sucediera
con los cuentos de Chaves Nogales, “Celia en la revolución” no podía gustar a
nadie. Por esa misma razón, en carta a Inés Field desde Madrid, en la que le
ruega le envíe un cajón con sus libros y escritos, insiste en que dicho paquete
no incluya el sobre con el borrador de la novela. Ni el Régimen de Franco ni el
exilio aceptarían de buen grado lo que en ella se cuenta, por lo que estaría
condenada, antes de nacer, a la censura o al ninguneo. Como bien dice Andrés
Trapiello, “Celia en la revolución” tendría que ser leída detenidamente por los
nietos de los unos y de los otros.</span></div>
<br />
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;"><b>“Casi tres años de
revolución y guerra, de seres absurdos, de sangre y de destrozos, han gastado
la curiosidad de todos. [] A nadie le importa el ruido. Por estas callecitas de
colonia suburbana han pasado cañones ruidosos, tanques, soldados, gentes
silenciosas con sólo el ruido de sus pasos y que caminaban hasta hallar una
tapia donde poner a un hombre, gentes gritonas, mujeres y chicos corriendo
desatinados hacia la carnicería donde despachaban carne de burro o de caballo…
Por eso la curiosidad se ha gastado. ¡A nadie le importa ya nada!” </b>(289)</span></div>
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheqVqg6kLQ5W7TyhWfMubKKROG5ZfCcaI4y2jQzqUFF2eKP6nVuQvVQms8IuvLO1EFSpDYgg1MUL_0n1mWfgPv2ix36U23fZEHt05nqsj6Ll0ZEfRj9OcnIHzxFkafzMGXxajERsa7zys/s1600/celia23.camino+del+exilio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheqVqg6kLQ5W7TyhWfMubKKROG5ZfCcaI4y2jQzqUFF2eKP6nVuQvVQms8IuvLO1EFSpDYgg1MUL_0n1mWfgPv2ix36U23fZEHt05nqsj6Ll0ZEfRj9OcnIHzxFkafzMGXxajERsa7zys/s400/celia23.camino+del+exilio.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El final de la guerra.</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSvCjG9V-xrtXKwxB97itsuEuczCBhRZOuGmEE3d9tPFga8gdhAUTzc5r6GSnea1oQpcnBGEqcb_Bokh-OQiJc7PKMpqYOCcAGs8XEEskyDiRPibTB9vTm5F3Up3kF8JYBlB-42XV9_Lo/s1600/celia24.instituto+san+isidro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a><br /></div>
<div style="text-align: center;">
FIN</div>
<br />
<i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/04/una-novela-para-la-tercera-espana-elena.html" target="_blank">Primera parte</a></i><br />
<i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena.html" target="_blank">Segunda parte</a></i><br />
<i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_5.html" target="_blank">Tercera parte</a></i><br />
<i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_8.html" target="_blank">Cuarta parte</a></i><br />
<i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_10.html" target="_blank">Quinta parte</a></i><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHvZlIkQL9RSDf3hqutyav5xSwXK7ym7-MUjgWu_UkOGX1P-p7dXnvdEjswPTYuWBGW3JB3bgzwUUW6_gwYZlwCER1SbIYxgU32TCNBLNI2JiBpYqEgy43YSOvLOCVSsWKe5DTSipwjHU/s1600/celia18.soldados+leyendo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a><br /></div>
<div style="text-align: center;">
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike><br /></div>
Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-74696174932779073862016-05-10T15:00:00.000+02:002017-06-21T14:07:22.147+02:00Una novela para la tercera España (Elena Fortún. “Celia en la revolución”. Sevilla, Editorial Renacimiento, 2016.). Quinta parte<div style="text-align: right;">
<i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_8.html" target="_blank">(Ir a la cuarta parte)</a></i></div>
<div style="text-align: right;">
<i><br /></i></div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_ho7CYsycL0mA-fF7GZ_l5CuFrn7RnH8EoUTKBzmDy4dQfHTyNVOW8IxLk1OcsOdw5gdV4MYVc4XnuzbWrOUSWy_A6Z1FjKgv54WpVG5XTMlse8JRzYU_eaSXi8jx0L0BxxVVvic251I/s1600/Celia18.Ludendorff.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"></a><br />
<div style="text-align: right;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_ho7CYsycL0mA-fF7GZ_l5CuFrn7RnH8EoUTKBzmDy4dQfHTyNVOW8IxLk1OcsOdw5gdV4MYVc4XnuzbWrOUSWy_A6Z1FjKgv54WpVG5XTMlse8JRzYU_eaSXi8jx0L0BxxVVvic251I/s1600/Celia18.Ludendorff.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><br /></a></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_ho7CYsycL0mA-fF7GZ_l5CuFrn7RnH8EoUTKBzmDy4dQfHTyNVOW8IxLk1OcsOdw5gdV4MYVc4XnuzbWrOUSWy_A6Z1FjKgv54WpVG5XTMlse8JRzYU_eaSXi8jx0L0BxxVVvic251I/s1600/Celia18.Ludendorff.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_ho7CYsycL0mA-fF7GZ_l5CuFrn7RnH8EoUTKBzmDy4dQfHTyNVOW8IxLk1OcsOdw5gdV4MYVc4XnuzbWrOUSWy_A6Z1FjKgv54WpVG5XTMlse8JRzYU_eaSXi8jx0L0BxxVVvic251I/s400/Celia18.Ludendorff.jpg" width="206" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div>
Ludendorff,, creador de la "Guerra total", </div>
<div>
posa junto a Hitler.</div>
</td></tr>
</tbody></table>
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Hasta aquí, parecería que
la obra se limita a la exposición casi pormenorizada de los crímenes
perpetrados por uno de los bandos. Nada más lejos. Comprobamos que Elena Fortún
habla sólo de lo que conoce, de lo que ha vivido. Aparte del asesinato del
abuelo en Segovia, sufrido en primera persona, lo que le llega del otro lado
son meras referencias:</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“-Ella [le cuenta
a Celia María Orduña, en febrero de 1937, refiriéndose a una tercera persona]
oye Radio Salamanca todos los días y dice que dentro de un mes está aquí
Franco… es un hombre muy piadoso y oye misa todos los días… su mujer es toda
una señora… y tienen una niña que es un encanto.” (157)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Lo mismo en
Barcelona, cuando la señorita Subiría asigna la responsabilidad última de los
ataques aéreos:</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“-¡Son italianos!
–dice la señorita Subiría-. ¡Son italianos! Han tenido que buscar extranjeros
para que nos maten… ellos no se hubieran atrevido… son italianos y alemanes…”
(227)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">O cuando su amigo
Jorge Miranda, ya en Valencia, menciona los asesinatos cometidos en la playa
del Saler, y concluye: “No te imagines que los otros hacen menos (181)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">El enemigo, ese
otro lado nunca bien caracterizado, ocupa su espacio en el relato en forma de
aeroplanos (pocas veces dirá Celia aviones) y de obuses. Hará su aparición
estelar durante la batalla de Madrid, otoño de 1936:</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“... De pronto
suena el motor de un aeroplano… y lejos las sirenas con el desgarrador lamento…</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-¡Nenas, aquí…
venid aquí!</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Las tomo de las
manos y nos tiramos al suelo… ellas se ríen, divertidas… Pasa bajo… muy
cargado… ¡Bummmm! ¡Bum! ¡Bum! Caen las bombas cada vez más cerca… ¡Papá, solo,
arriba en su cuarto, pensando en nosotras! Aún oigo tres estallidos más y al
fin los aeroplanos se alejan” (107)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">En Albacete,
mientras intenta localizar a los niños del albergue, su amiga Fifina habla del
último bombardeo:</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“-.. ¿Y qué dirás
que hicieron los bribones? Pues iluminarnos con sus reflectores y, cuando nos
veían, bajar, poner de costado el avión y ametrallarnos con las ametralladoras…
¡Canallas! …Yo les insultaba… ¿Y sois vosotros los cristianos? ¿Y eso lo manda
Dios? [] ¡No quiero decirte lo que ha sido esto al otro día!... Asaltan la
cárcel, sacan a los fascistas… los fusilan, los maltratan… ¡Han fusilado sin
piedad!” (173)</span></div>
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggo-Hx3TzRT8Yjxwu-kWP2oJlGQgoCCyZyssuzO8uetyb7-EARvDmx34iWxFpfy5AWq8BwQI_2leUbQLX_crnZYYYQdx92G63H7Jc-4MDduXjhzbwZE43mbXCxeV0SieiAzSYx3BOb8bg/s1600/celia20.bombarceo+barcelona.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="260" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggo-Hx3TzRT8Yjxwu-kWP2oJlGQgoCCyZyssuzO8uetyb7-EARvDmx34iWxFpfy5AWq8BwQI_2leUbQLX_crnZYYYQdx92G63H7Jc-4MDduXjhzbwZE43mbXCxeV0SieiAzSYx3BOb8bg/s400/celia20.bombarceo+barcelona.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Bombardeo sobre Barcelona</td></tr>
</tbody></table>
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;"></span><br /></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">O en Barcelona,
los primeros meses de 1938, en plena campaña de Levante… Hay un capítulo, el
XVIII (“La guerra totalitaria”, derivada infantil de la “guerra total” de Erich
Ludendorff), del que traemos aquí una cita muy expresiva:</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“¡Esto no es
vivir! En Barcelona no hay refugios. El Metro está muy poco profundo…, los
bombardeos hay que soportarlos sin amparo ninguno… y ya son continuos… Cuento
las veces que han venido aviones en el día y son dieciocho… Dicen que en la
Diagonal hay un tronco de mujer colgando de un árbol… Yo he visto un pegote de
masa encefálica en la pared de una casa… Ayer corría un hombre llevando en la
mano agarrada la otra mano separada del brazo… ¡Se oyen horrores! (238-239)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Insistimos en la
postura adoptada por la autora: “dicen que…”, “yo he visto…”</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Y teniendo en
cuenta que “la bomba que oímos ya no puede hacernos daño… y la que nos mate no
la oiremos…” (227), Celia nos proporciona un par de “remedios” para minimizar
en lo posible, o evitar, los daños causados por las incursiones aéreas. Además
de situarse en las paredes medianeras..</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“Me han dicho que
es bueno meterse entre los colchones. En los escombros de algunas casas se han
encontrado vivas a las personas que habían tomado esa precaución” (215)</span></div>
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwa0oR3zqWxYM6AeYgEwCIu3uzrFEtpU_KPEYyEPwEqrNw8Fs7hMe6wDQ9c3o7fndo9QFn1pnFCXVWYme__S5I1pgqTu8NCFVdO-8c0kJqc6u4RfGKUydJucc0raZ6YyiEB6E6OX62fzQ/s1600/Celia19.bombardeo+albacete.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwa0oR3zqWxYM6AeYgEwCIu3uzrFEtpU_KPEYyEPwEqrNw8Fs7hMe6wDQ9c3o7fndo9QFn1pnFCXVWYme__S5I1pgqTu8NCFVdO-8c0kJqc6u4RfGKUydJucc0raZ6YyiEB6E6OX62fzQ/s320/Celia19.bombardeo+albacete.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Albacete, bombardeado</td></tr>
</tbody></table>
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;"></span><br /></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Sea como fuere, lo
mejor es huir. Güena, uno de los amigos que hace nuestra protagonista en
Barcelona, indica:</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“-… Créeme, se
está mejor en el frente… Yo no he visto allí estos horrores… Creo que se llama
Ludendorff el que inventó la guerra totalitaria” (221)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Hasta tal punto se
hace insoportable la estancia en Barcelona, que decide regresar a Madrid. Es la
primavera de 1938 y la capital ha dejado de ser un objetivo militar de primer
orden: </span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“¡Qué aspecto de
pueblo grande tiene Madrid! La Castellana, según me voy acercando a las calles
del centro, se asemeja a una carretera de las afueras… De árbol a árbol han
atado cuerdas donde se seca la ropa de unas pobres mujerucas que cosen al sol,
sentadas en sillas bajas, al cuidado de sus ropas… Los palacios están abiertos…
En el jardín de uno de ellos una silla de manos preciosa, una joya de museo, ha
debido de soportar las lluvias y las heladas del invierno…, uso chiquillos
desharrapados entran y salen de ella jugando al escondite… Sin embargo, el
ambiente es de paz…, no de paz y trabajo (salvo las mujerucas que cosen al
sol), sino de paz de domingo…[] Aquí todo es extraño, desagradable y ajeno a su
vida, menos el sol, el dulce sol que visita las covachas y los palacios con la
misma alegre ternura…” (257-258)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Pero el hambre, de
la que se había librado en Valencia y en Barcelona, ha hecho presa de la
población madrileña:</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“-Aquí, al
principio, nos comíamos las vacas de leche y los bueyes de carreta que traían
los refugiados de Talavera [dice María Luisa]… Luego la emprendimos con las
mulas y los caballos cansinos… Ya hemos acabado con los perros y los gatos y
ahora nos estamos comiendo los burros… Esos van a durar hasta el fin de la
guerra, porque ya sabes que son los que más abundan… [] Luego vinieron las
habas con bichos… Figúrate: había quien las tenía desde la boda de San Isidro…
Aún quedan algunas. ¡Ya verás qué ricas! Ahora, cuando vayamos a casa, te voy a
regalar un puñado para que comas mañana, que es domingo…” (259-261)</span></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp1NH-c-hLd-qD6hBSWAIzvkLm95mGlRUX7K-NYQuomzVJdt8BgLCR0fYnpsa2yetsr0ExP2BvV9sWEZ44mrCheUNrdmcgNTz20ktfJn7_E6coc4b0cXbC_0DFahKtZJcJOED4prKJBRM/s1600/celia21.colas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="242" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp1NH-c-hLd-qD6hBSWAIzvkLm95mGlRUX7K-NYQuomzVJdt8BgLCR0fYnpsa2yetsr0ExP2BvV9sWEZ44mrCheUNrdmcgNTz20ktfJn7_E6coc4b0cXbC_0DFahKtZJcJOED4prKJBRM/s400/celia21.colas.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFf9ekvI7aPqgRqA0f30Q4HYIyhJDANce7UHB5Bwfm3S786uvj1ILnTMvvDAlhSoYudWDgVVmPL4MHrM30IsFsbhwWQsNvlzgoNcRE9_k9pEGUsl4RtwBUKMIK0ymY7GLKcimDOejFbEo/s1600/celia22.ropa+tendida.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a><br /></div>
<br />
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">El hambre que se
empezó a padecer en otoño de 1936, alcanza el clímax dos años después en la
ciudad sitiada. Hablan María Luisa y Celia:</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“-Dice mamá que
venas a comer hoy. Ha conseguido una lengua de caballo que le llegaba al animal
desde la boca al rabo… [] Luego de la lengua sigue el gorguero, y carne y más
carne… Porquerías y piltrafas, hija, que en otro tiempo nos hubieran dado asco,
pero que ahora nos vamos a relamer… ¡Ya me estoy relamiendo! []</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-¿Tenéis algo de
comer?</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-Hoy no… un poco
de pan…</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-En casa tampoco
hay nada, pero me dicen que en el Mercado de Torrijos venden hierbas…</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-¿Hierbas? ¿Qué
hierbas?</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-¡Ay, hija, no sé!
Hierbas de cuneta de carretera… de las que riegan los milicianos. []</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“Se venden ratas,
muy grandes y muy gordas, en el barrio de Argüelles” (269-273)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Estas carencias no
tardan en provocar debilidad y delgadez extrema en quienes las sufren. </span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“-… está usted muy
delgada… [le dice el portero de María Luisa Celia en cuanto la ve]</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">No me atrevo a
decirle que él es un esqueleto. “ (258)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“La falta de grasa
me hace adelgazar horriblemente en unos días… Los párpados se me resecan y la
piel de la cara me tira.” (269)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">A la falta de
alimentos, y la consiguiente malnutrición, se añade la precariedad de
combustible, luz eléctrica y otros productos de primera necesidad como el
jabón, lo que hace que aflore un sistema de intercambios conocido como la
“Bolsa de Contratación”:</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“-¿Tenemos carbón?</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-No, señorita. Yo
hago bolas de papel mojado y las seco al sol… Luego arden bien. Lo malo es que
hacen mucho humo y se ensucian tanto los tubos de la cocina que no tienen tiro”
(256)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“La luz eléctrica
alumbra mucho menos que una vela y no se puede leer ni coser con ella… Además,
me entristece, me aplana, como si las tinieblas pesaran y cayeran sobre mí…”
(262)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“El combustible se
nos ha terminado, y ponemos el puchero en un hornillo eléctrico que calienta
poquísimo. Se hace necesario poner el puchero a hervir por la noche al
acostarnos, con la esperanza de que por la mañana esté hecho el guiso…” (267)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“… tirito de frío horas y horas en la
biblioteca de papá. El termómetro marca tres grados… Envuelta en mantas oigo a
Guadalupe trajinar en la cocina. ¿Qué hace, si no hay nada qué guisar?</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-Estoy lavando –me
dice.</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-¿Y cómo? –desde
hace mucho tiempo no hay jabón y es un problema el lavado de la ropa.</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-Pues he cocido la
ceniza, luego he colado el agua por un paño fino y en esa agua tengo la ropa en
remojo… Me ha dado la receta esa señora que vive ahí detrás… en la calle de
Padilla…” (286)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“En la calle de
Alcalá, después de Torrijos, se hacen cambios en la acera de la izquierda. Ese
trozo de calle es llamado “Bolsa de contratación”… (280)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">En estas
condiciones extremas, se da la circunstancia de que algunas dolencias
desaparecen, como ese dolor de estómago que la madre de María Luisa ha dejado
de padecer desde el momento en que en los comercios sólo se despachaba té (té
chino, té Lipton”) y algunas especias y ella se vio obligada a ingerir más
infusiones que de costumbre. Pero también sucumben los más débiles:</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“Poco a poco van
muriendo todos los ancianos. Tal vez es porque tienen menos resistencia que los
jóvenes, y porque se hartan de estar en este mundo, pero también puede ser
porque su racionamiento se lo comen los nietos… Todo es posible.” (276)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“Por la noche me
duele la cabeza y el estómago. Ya hace días que lo poco que como me produce
náuseas. Hoy justamente la señora de Aguilar me ha llamado para llevarme al
médico []</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-¡Bah, no es nada!
Debilidad, cansancio del estómago por la ingestión de tantas cosas absurdas…”
(297)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Y también se
tienen reacciones alucinadas:</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“… un glorioso
reflejo me retiene… ¡Naranjas! Un camión cargado de naranjas… Su color
caliente, alegre, como el sol hecho fruta, ilumina la calle gris… Todos los que
pasan se van parando como yo” (288)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Pero hay que
mantener la apariencia de normalidad, ese “aquí no pasa nada” tan a menudo
utilizado como arma política. Ya a comienzos de la contienda, con los primeros
reveses del ejército republicano, se disfrazaban las derrotas como repliegues o
simples maniobras:</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“En los árboles
frondosos del Prado han aparecido unos carteles: “Los revolucionarios no se
detienen, se encauzan”” (150)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Y la vida
cotidiana tenía que continuar como de costumbre</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“Las tiendas de
telas, abiertas porque está prohibido cerrarlas, tienen las estanterías casi
vacías, y dos o tres viejos parecen aburridos tras los mostradores” (158)</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Lo mismo sucede en
Barcelona. En una escena, el padre de Celia se niega a darle permiso para
acudir con Jorge a la Ópera:</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“¡Ya lo verás! Se
ha anunciado mucho esa temporada para dar impresión de tranquilidad y demostrar
al enemigo que nosotros vivimos debajo de las bombas como si no ocurriera nada…
cosa que está muy bien, pero que nos va a costar caro… ¡Ya verás, ya, lo que va
a ocurrir esta noche! []</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Los periódicos de
la mañana no hablan de desgracias, sino del efecto del teatro, sólo iluminado
por dos velas en el escenario y el público de pie cantando el himno de Riego…
¿Qué habrá sido de Jorge?” (236-238)</span></div>
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;"><br /></span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFf9ekvI7aPqgRqA0f30Q4HYIyhJDANce7UHB5Bwfm3S786uvj1ILnTMvvDAlhSoYudWDgVVmPL4MHrM30IsFsbhwWQsNvlzgoNcRE9_k9pEGUsl4RtwBUKMIK0ymY7GLKcimDOejFbEo/s1600/celia22.ropa+tendida.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFf9ekvI7aPqgRqA0f30Q4HYIyhJDANce7UHB5Bwfm3S786uvj1ILnTMvvDAlhSoYudWDgVVmPL4MHrM30IsFsbhwWQsNvlzgoNcRE9_k9pEGUsl4RtwBUKMIK0ymY7GLKcimDOejFbEo/s400/celia22.ropa+tendida.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Tendiendo la ropa en una céntrica calle.</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Pero lo cierto es
que ya ni el dinero tiene valor. Hasta los trabajos más pequeños se hacen a
cambio de comida, tan conscientes son de que se aproxima el final y la moneda
oficial no va a servir para nada. Y las pocas mercancías de que disponen los
comercios se ocultan, sabedores sus propietarios del precio que pueden alcanzar
cuando ya no haya nada de nada en el mercado:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“Por lo visto, no
quieren vender.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-No, no quieren
–me dice María Luisa-. Están seguros de que pierden la guerra las izquierdas y
que el dinero de ahora no servirá para nada luego…Por eso prefieren conservar
sus mercancías, que siempre tienen valor…</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-Entonces ¿por qué
abren la tienda?</span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">-Porque les
obligan… ¿No ves las tiendas de comestibles abiertas también? Y, sin embargo,
no hay a la venta más que cominos, pimienta y en algunas pimentón y hasta
manzanilla…” (261)</span></div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike><br /></strike>
<i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_12.html" target="_blank">Sexta parte</a></i>Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-87614428703524037822016-05-08T15:00:00.000+02:002017-06-21T14:05:48.717+02:00Una novela para la tercera España (Elena Fortún. “Celia en la revolución”. Sevilla, Editorial Renacimiento, 2016.). Cuarta parte.<a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_5.html" target="_blank"></a><br />
<div style="text-align: right;">
<i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_5.html" target="_blank">(Ir a la tercera parte)</a></i></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9oExo2JQYhNsrM5vOAlj3aEXbtaCmbvmE0rOOyIRKj8HcWQONkiNkVKWOXgLIVzdRclinYWI38hjOFAvG1VOpz0IF61h1NRZv91Z3FlxAGAG1eSn_gvQl8QziNi2Ljs0My6Vph7Gk7Dc/s1600/celia16.mujeres+desfilando.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="261" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9oExo2JQYhNsrM5vOAlj3aEXbtaCmbvmE0rOOyIRKj8HcWQONkiNkVKWOXgLIVzdRclinYWI38hjOFAvG1VOpz0IF61h1NRZv91Z3FlxAGAG1eSn_gvQl8QziNi2Ljs0My6Vph7Gk7Dc/s400/celia16.mujeres+desfilando.jpg" width="400" /></a></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Celia, como sus amigas,
se ven inmersas en un conflicto cuyos fundamentos políticos e ideológicos
ignoran. Pero tampoco hacen nada para cubrir esas lagunas. De este modo,
inconscientemente se ponen al margen, aunque sufran los coletazos de unos y
otros, al igual que debió hacer la mayor parte de la población:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“-Mis hermanos discuten
de la mañana a la noche… [confesará María Luisa a Celia]. Bueno, Jacinto, el
mayor, está escondido no sé dónde… Era de Falange…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¿Qué es eso?</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-No sé… un partido o una
sociedad, no sé… En cambio, Luis se ha ido a la sierra con el fusil… Te digo
que están locos… y la pobre mamá sufriendo por todos…” (65).</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">En otra ocasión, hablando
con Jorge en Valencia a finales de 1937:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“Yo soy... lo que sea papá y lo que seas tú…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¡Mira qué idea! ¿De qué
partido es tu padre?</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-No sé… es republicano… Es
muy bueno ¿sabes?</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¡Eres grande, Celia! Tú
quieres ser del partido de los buenos, ¿no es eso? Pues yo soy comunista… Si
quieres, mañana mismo te presento en el Partido []</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Yo no quiero que me
manden así [refiriéndose al Partido]... y que me denuncien por esto o por
aquello… y que se tengan que meter en todo lo que hago… [] Lo primero es ser
libre y hacer lo que se quiere” (189-192)</span></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifgW2V1XaBnocfgnltSf2p-g4K_ud5XWdsEoNXhckkaFj3lx9uFs-34oCrXBUFTZcc-feZ1xW6rHXHtWS_rImxI_yO4o8ye5ABetTzzPP8PxBUi4nfrkU0y_qXMPg-Cdcs7sqFZpgBSro/s1600/celia17.durmiendo+en+el+metro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifgW2V1XaBnocfgnltSf2p-g4K_ud5XWdsEoNXhckkaFj3lx9uFs-34oCrXBUFTZcc-feZ1xW6rHXHtWS_rImxI_yO4o8ye5ABetTzzPP8PxBUi4nfrkU0y_qXMPg-Cdcs7sqFZpgBSro/s400/celia17.durmiendo+en+el+metro.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Protegiéndose de los bombardeos.
</td></tr>
</tbody></table>
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Y más adelante, en la
Barcelona acosada por los bombardeos durante los primeros meses de 1938, Celia
y Lydia se encuentran con unas amigas de ésta una tarde en el Salón Rosa:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“Hablan siempre de la
guerra, de los albergues de los niños.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Hay que crear en ellos
el odio al hijo del burgués, el desprecio al niño rico, el…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¡No, no! –protesto-. Yo
no quiero que mis nenas odien a nadie. Los niños son todos iguales…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Se arma una discusión
terrible. Yo no sé discutir. Yo no sé nada de política, ni de sociología… Me
gritan cosas que no entiendo, y no puedo contestar.</span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">[]</span><br />
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Ah, piensas que me van a
fusilar! ¡Bah, qué tonta! Eso no puede ser… Papá me ha explicado que eso no
puede ocurrirnos ni a él ni a mí…” (224-225)</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">El padre juega un papel
de referente que evolucionará a lo largo de la guerra hasta encarnar el del
ídolo caído. Sus parlamentos, con ser un personaje relativamente secundario, son
los más largos del relato y están trufados de doctrinas en las que,
paulatinamente, Celia deja de creer. Detrás del Sr. Gálvez se adivina la figura
del marido de la autora, Eusebio Gorbea, militar y autor teatral relativamente
conocido antes de la guerra. Comparten los dos un idealismo imposible de llevar
a la práctica:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“-¡Papá,…! El pueblo…
¿sabes que han abierto las puertas de las cárceles? ¿Que hay miles y miles de
criminales por las calles?</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Papá se pone furioso
contra mí, y siento haber hablado.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¡Tú no sabes lo que
dices! ¿Quién tiene la culpa de lo que hace el pueblo? ¿Quién ha hecho esta
revolución sino los señoritos? Los señoritos de los cuarteles, los de las
borracheras y las juergas de los cortijos… ¿Es que crees que sólo el pueblo
mata? A mi primo Ramón, el de Bilbao, lo han matado a palos el otro día los
fascistas, y a mi sobrino Felipe, el de La Granja, le han fusilado…, y a tu
pobre abuelo…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Los gritos de papá me
hacen estallar en sollozos… ¡Dios mío, Dios mío… yo ya no puedo más de
horrores!</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¡Hija querida, no
llores! No me hagas caso… Es que estoy nervioso… Tienes razón: todos son
iguales… ¡La humanidad es una porquería…! La actitud de una persona honrada
debe ser la inhibición… Mataos y matadme si no sabéis hacer otra cosa, pero
entretanto, dejadme pensar, que es pensando únicamente como me siento fuera de
vosotros” (115)</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Muy representativo de una
época, del ambiente creado por la Institución Libre de Enseñanza, de los
ideales educativos que desaparecieron con la Guerra Civil, así como de las
asociaciones que surgieron inspiradas en los dictados de los institucionistas,
comparte con ellos una fe casi religiosa en la educación y en la instrucción
como salvaguardas de la paz social, pero sin abandonar un inconfesado
sentimiento de elite, democrático <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ma non
troppo, dirigido a una capa muy concreta de la población:</i></span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“[En el Hospital Militar
de Carabanchel] La discusión sobre la masa y la lectura y la barbarie comienza
a elevarse de tono y papá se sofoca… A mí a veces me parece que tiene razón
papá y otras creo que es Gerardo [el primo falangista]…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Ese pueblo al que
defiendes –volvió a decir el primo- está fusilando hombres de ciencia, frailes,
bibliotecarios, señores sin otro pecado que ser señores…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¡Mentira! –chilló papá
ahogándose-. ¡Mentira! Y si fusilan tendrán razón: quedáis aún demasiados
traidores…</span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">[]</span><br />
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Eso [los asesinatos],
hija mía, es inevitable. Siempre hay gente mala que aprovecha las desgracias
para sacar partido… pero ten en cuenta que la educación y la cultura modelan el
cerebro y le dan una moral… Esas pobres gentes, golpeadas y maltratadas por una
sociedad que les niega todo, devuelven mal por mal… ¡serían ángeles si no lo
hicieran!</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Pues ya ves, Valeriana…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Valeriana es un caso de
bondad natural, de vocación, de dedicación… un cerebro perruno…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Pobre Valeriana, ¿qué
sería de nosotros sin ella?” (69-76)</span></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifgW2V1XaBnocfgnltSf2p-g4K_ud5XWdsEoNXhckkaFj3lx9uFs-34oCrXBUFTZcc-feZ1xW6rHXHtWS_rImxI_yO4o8ye5ABetTzzPP8PxBUi4nfrkU0y_qXMPg-Cdcs7sqFZpgBSro/s1600/celia17.durmiendo+en+el+metro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a><br /></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhh7jBllo9Zt3JWJENovfbv_8-1RPFVUvTBqRxguHOUcn2hAQNVDcq_EYIBsg7IovhcftUH0lkRoo_6pcJ_lZKJhjuXKax5-40o2Qpt2FKMNtSVQE7ANsSoSq0U2AovC2BVObFV3x3h1Z4/s1600/celia08.clinico+bombardeado.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhh7jBllo9Zt3JWJENovfbv_8-1RPFVUvTBqRxguHOUcn2hAQNVDcq_EYIBsg7IovhcftUH0lkRoo_6pcJ_lZKJhjuXKax5-40o2Qpt2FKMNtSVQE7ANsSoSq0U2AovC2BVObFV3x3h1Z4/s400/celia08.clinico+bombardeado.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Hospital Clínico de Madrid.</td></tr>
</tbody></table>
<div align="left" class="separator" style="clear: both; text-align: right;">
<i><br /></i></div>
<div align="left" class="separator" style="clear: both; text-align: right;">
<i><br /></i></div>
<i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_10.html" target="_blank">Quinta parte</a></i><br />
<i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_12.html" target="_blank">Sexta parte</a></i><br />
<i></i><br />Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-41904799029604115392016-05-05T15:00:00.000+02:002017-06-21T14:06:13.558+02:00Una novela para la tercera España (Elena Fortún. “Celia en la revolución”. Sevilla, Editorial Renacimiento, 2016.) Tercera parte<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirP8f9wAeXUVyKi87keBlMlG6v0_3obQQyxKHt2-Rn8aNCLSKMYyipoc_9RPH5KeTEy13EFlq6gM143bXi2S4hyphenhyphenx48xMjKFOkGlC2HQ5cwOjnKoXNRfADdzFUV9Px4dQcLBL6cBoeNCuI/s1600/celia09.gran+via.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="259" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirP8f9wAeXUVyKi87keBlMlG6v0_3obQQyxKHt2-Rn8aNCLSKMYyipoc_9RPH5KeTEy13EFlq6gM143bXi2S4hyphenhyphenx48xMjKFOkGlC2HQ5cwOjnKoXNRfADdzFUV9Px4dQcLBL6cBoeNCuI/s320/celia09.gran+via.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Gran Vía, bombardeada</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena.html" target="_blank">(Ir a la segunda parte)</a></i></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><i><br /></i></span>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">En la conferencia
pronunciada en la Fundación Juan March, <a href="http://www.march.es/conferencias/anteriores/voz.aspx?p1=22086" target="_blank">Carmen Martín Gaite</a> dice, como de
pasada: “Elena Fortún ha matado a Celia para salvarse a si misma” Ese mundo
cuyas normas se empeña en modificar la Celia niña, ya no existe; y su creadora,
que cuenta con cincuenta años cuando le toca vivir ese nuevo escenario
dislocado, renuncia a la protesta, reduciendo su papel al de mera observadora
que narra lo que ve, agarrándose, en un principio, a la figura y a las excusas
del padre (“Yo soy… lo que sea papá” (189)), más tarde a las de su amigo Jorge,
(al que se llamará, también, “Don Quijote en la revolución”), hasta quedar
desengañada de todo. En este sentido, destacan las figuras de las mujeres
fuertes, como es el caso de Valeriana y Guadalupe, o de las jóvenes Fifina,
Lydia y María Luisa que, con los pies en el suelo, intentan salir adelante,
permaneciendo en un plano relativamente secundario los personajes masculinos,
como el padre, Jorge, Juan…</span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Avanzada la novela, en Barcelona, Lydia hará un símil del que más adelante se apropiará Celia, comparando la sociedad con un hormiguero al que, por mucho que se desbarate, siempre consigue encontrar el camino:</span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“… Pues todo sigue
igual… ¿No ves? Se revolucionan los soldados, los presos se echan a la calle,
se cierran las escuelas, fusilan a la gente, no hay nada que comer… Bueno, pues
al año y medio los niños van a los colegios, se come a la una, se compran
guantes y cuellos planchados… [] En la puerta de casa había un hormiguero y tía
Dolores le echó un cubo de agua… Allá se fueron las pobres hormigas nadando en
el agua, y aquello debió de ser una catástrofe. Imagínate cómo correría el agua
por dentro del hormiguero, por los dormitorios, y los salones, y las cocheras,
y el salón de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">toillete</i>, etc…. Bueno,
pues al otro día por la mañana, el hormiguero estaba como si nada hubiera
pasado… [] ¡lo mismo que nosotras! ¡Es inútil! No se puede acabar con las
gentes organizadas a hora fija… A las ocho, a levantarse, a las nueve al
colegio, a las doce a casa, a la una a comer..[]</span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">
</span>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¡Ay, hija, qué
atrocidad!” (227)</span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">
</span>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Como apelando a ese mundo femenino que comenzó a cuajar y a tomar
conciencia a principios de siglo, Valeriana sentencia con la seguridad y el
aplomo de los que siempre hace gala:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“a mí se me hace que toos
los hombres juntos parlando de lo que no entienden, son los que arman las
revoluciones… Las mujeres, unas mejor y otras peor, saben cómo arreglar su
casa… Si los hombres tienen que arreglar el mundo, ¿por qué no los enseñan?,
digo yo” (48)</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">En contraposición, el
jardinero de la casa de Chamartín, dominado por la debilidad y la impotencia, no puede más que
lamentarse:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“-¡Ni casi paece que
pasara ná! [] ¡Y mire usté si pasa…! ¡Y cualquiera sabe quién tié la razón…!
Los de las derechas y los de las izquierdas empeñaos en que tién la receta pa
hacernos felices, pero en el entretanto a machacarnos los liendres a los que no
sabemos ná de ná… Yo discutía esto con mis pobres hijos… y ellos me decían que
no luchaban por ellos, que esta generación se tenía que sacrificar… ¡Cosas que
habían oído en los mítines y en los discursos del centro!… Que luchaban por los
que venían detrás de ellos…! ¡Mire usté qué necesidá tenían de ocuparse ellos
de los que no han nacío aún…! ¡Ya ni siquiá nietos voy a tener…!” (140-141</span><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimfOjwhf6mNimw3WdUZt-tv_QCq2Lq8NNEngu4ZGlMFurtgNgkKZH8lhvAbAf5ETVkolFWU8Eh7P3ZrTiHxm0nvD8tTjiv1Y8S5bHJNjA8IP-IJq-9td3y6wDKoBVdmpQJGR6zlAYzgxY/s1600/celia14.lopez+ochoa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimfOjwhf6mNimw3WdUZt-tv_QCq2Lq8NNEngu4ZGlMFurtgNgkKZH8lhvAbAf5ETVkolFWU8Eh7P3ZrTiHxm0nvD8tTjiv1Y8S5bHJNjA8IP-IJq-9td3y6wDKoBVdmpQJGR6zlAYzgxY/s400/celia14.lopez+ochoa.jpg" width="192" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Eduardo_L%C3%B3pez_Ochoa" target="_blank">Eduardo López Ochoa (1877-1936)</a></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Sea como fuere,
independientemente de quién tenga la razón o quién haya encendido la llama, ha
estallado la revolución (en toda la novela, muy pocas veces se utiliza “guerra
civil” para denominar a lo que está sucediendo), que define con gran ingenuidad
la todavía inocente Celia hilvanando con los detalles que ve por la calle y lo
que oye en las tórridas noches estivales de Madrid un tejido de precariedad y
desazón:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“Por las noches oigo
descargas y tiros aislados, gritos algunas veces, y carreras desatinadas que
pasan debajo de los balcones y se alejan, dejando algo trágico en el aire.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Esta mañana había tres
hombres fusilados en esos desmontes de la esquina –me ha dicho tía Julia-. Yo
no sé lo que va a pasar… Todo por no tener creencias ni fe en Dios []</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">¡Esto es la revolución!
Yo me había figurado las revoluciones con muchedumbres aullando por las calles,
hombres subidos a los árboles y a las farolas pidiendo cabezas; banderas y
oradores que gesticulan en los balcones… Tal vez todo eso lo he visto en algún
cuadro de la revolución francesa… Aquí hay silencio, polvo, suciedad, calor y
hombres que ocupan el tranvía con fusiles al hombro... pero que en lugar de
atacar parece que nos defienden de un enemigo misterioso y oculto debajo de la
tierra… No se trabaja en las edificaciones ni en las obras de la calle…tal vez
tampoco se trabaje en las fábricas… Los obreros se han ido a la sierra a luchar
contra los fascistas o andan por las calles con el fusil preparado. ¿Quiénes
son los que por la noche fusilan? Y ¿a quién fusilan?” (57-58)</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Muy pronto verá de cerca
la muerte y las reacciones que provoca su proximidad. Uno de los capítulos más
logrados de la novela, “El Hospital Militar de Carabanchel”, se refiere a la
estancia en dicho centro del padre de Celia, herido los primeros días de la
guerra durante las escaramuzas en la sierra. Todos los días, al principio desde
casa de la tía Julia y, poco después, desde el chalet de Chamartín, se desplaza
nuestra protagonista en el tranvía que parte de la Plaza Mayor y que,
atravesando el río por el puente de Toledo, termina su recorrido a pocos
minutos de lo que es hoy el Gómez Ulla. En una ocasión, cruzando el Manzanares,
presencia un espectáculo dantesco:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“-Hoy hay más de cien
besugos.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Y todos se arriman</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¿Dónde? ¿Se les ve desde
aquí?</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Ayer había doce.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Yo no los vi.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">La conversación se hace
general. Comprendo, al fin, que se refieren a los fusilados de la noche.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Todos miran puestos en
pie, y yo también me levanto a mirar… Sí, allí veo un montón oscuro… Distingo
el blanco de las caras. ¡Cuantísimos, Dios mío!</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¡Bien muertos están!
–dice una mujer gorda, cruzando sonriente las manos sobre la barriga cubierta
con delantal a cuadros.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Son fascistas…
Chupadores de la sangre del pobre.” (60-61)</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">En el hospital de
Carabanchel, desde donde “aparece a trechos el campo árido, amarillo y seco del
que viene olor a rastrojos y también un repugnante hedor a carne putrefacta”
(62), convalece de una enfermedad el General de División Eduardo López Ochoa.
Es el 17 de agosto de 1936:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“…en el Hospital hay un
general que se hace el enfermo para que no le maten… El otro día le querían
sacar en una caja de muerto, pero estos son muy vivos y se dieron cuenta…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¡Qué horror! ¿Y le
matarán?</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Mira, hija, yo en esas cosas
no pienso, porque si le das vueltas pierdes la alegría, y no, ¿sabes?, no.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">[] Oigo decir unas
palabras sueltas al pasar:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¡Llevaba la cabeza en la
mano!</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Se la lleva para que la
vean…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Era la cabeza de López
Ochoa…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¡Canalla, qué crimen
hizo en Oviedo!</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Se oye cantar a los
grillos…el sutil viento de la sierra trae un olor nauseabundo al pasar por
estos campos.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Me tiemblan un poco los
pies al subir al tranvía” (67-71)</span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgegLCbvSxtnhygegjNp-9QT4hQWl1HWR4-qPC1QRAmkfZemUMj0xXJ00mZnQT3VO7uyaW3ATIzbHqL_dupVafZr8BucN_baHuRDIvgVeXhfLoTHxnhJW9YDqbp4x0c8oWcOiuNQF5lqXU/s1600/celia15.cuartel+de+la+monta%25C3%25B1a.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="195" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgegLCbvSxtnhygegjNp-9QT4hQWl1HWR4-qPC1QRAmkfZemUMj0xXJ00mZnQT3VO7uyaW3ATIzbHqL_dupVafZr8BucN_baHuRDIvgVeXhfLoTHxnhJW9YDqbp4x0c8oWcOiuNQF5lqXU/s320/celia15.cuartel+de+la+monta%25C3%25B1a.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cuartel de la Montaña</td></tr>
</tbody></table>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Elena Fortún no escatima
detalles en la descripción de los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">paseos</i>.
En esta ocasión, al regresar de casa de María Luisa, que había sufrido un
registro por parte de los milicianos, a consecuencia del cual es detenido uno
de sus hermanos, a Celia le acompañan unos policías:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“Ya subimos hacia
Serrano. Es noche de luna, veo el edificio del Albergue iluminado de luz
azulada. De pronto el coche se para. El que conduce dice en voz baja al otro:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Es mejor que no pasemos
ahora. Van a dar el paseo a alguien. </span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">De pie, veo un trozo de
la tapia del jardín iluminado por los focos de carretera de un auto… Junto a la
tapia se mueven varios hombres… luego solo queda una mujer vestida de negro… Su
cara se confunde con el fondo iluminado… Súbitamente, una voz llega hasta
nosotros: es la mujer que reza:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Dios te salve, María, llena eres de gracia…</i></span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">La descarga acaba con la
voz y la mujer cae en dos veces, como un muñeco sin goznes…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Me dejan en la puerta,
pero cuando voy a bajar, el ruido del motor de un aeroplano me hace levantar la
cabeza. Casi al mismo tiempo, un estallido espantoso… y luego otro, y otro…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¡Están bombardeando
Madrid! –dicen.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¡Era lo único que
faltaba para empeorar las cosas…! ¡Qué desatino! Esta noche esos bribones van a
fusilar a medio mundo” (99)</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Más adelante, en la
“colonia suburbana” de Chamartín, mientras hacían cola de madrugada a la espera
de recibir algún alimento, pasa un vehículo transportando a una anciana que
saluda:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“-Pues ella le ha dicho
adiós a alguien, y se me hace que es doña Mariana, la cambista… ¡Menuda
sanguijuela, la tal vieja! Y luego mucho ir a misa...- de pronto se da un golpe
en la boca-. Anda, si está ahí la hija… en la cola… Es esa medio cegata que ni
se ha enterao de ná… Pues me paece a mí que a la madre le iban a dar el paseo…</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">El corazón se me aprieta,
y me duele, y me tiemblan las manos… ¡La madre decía adiós porque la iban a
fusilar y la hija está ahí sin saberlo! ¡Dios mío!” (153)</span><br />
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibOsmCPLwKQ4AZjp8BvJgTlZWfM7u7q_I6eUmRVgNo5vN0qqRVSAKoxR9EicpmfLpgoZrRpN0Jlsw2cHH5wQ9Eab-nQ6WbvJd2HNHvtzxXw7sWl1SfM5bCR5nfC9EJAmN2NkyURq_jczI/s1600/celia07.laurita+de+los+rios.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibOsmCPLwKQ4AZjp8BvJgTlZWfM7u7q_I6eUmRVgNo5vN0qqRVSAKoxR9EicpmfLpgoZrRpN0Jlsw2cHH5wQ9Eab-nQ6WbvJd2HNHvtzxXw7sWl1SfM5bCR5nfC9EJAmN2NkyURq_jczI/s400/celia07.laurita+de+los+rios.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div>
Retrato de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Laura_de_los_R%C3%ADos_Giner" target="_blank">Laura de los Ríos</a>. Con Celia e Isabel García Lorca</div>
<div>
trabajará en el albergue de niños.</div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">La frecuencia de los
asesinatos supone un problema para los residentes en el Albergue infantil donde
están alojadas, junto a otros niños huérfanos o cuyos padres están en el frente,
las hermanas de Celia y un grupo de cuidadoras, de voluntarias que prestan allí
sus servicios de forma desinteresada, entre las que figura Isabel García Lorca
(hermana del poeta) y Laurita de los Ríos (hija del ministro Fernando de los
Ríos). </span></div>
<br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">“-Lo mejor –me
dice [Laurita de los Ríos]- es cerrar las ventanas… y en la madrugada
abriremos… cuando la hora de los paseos termine… Anteanoche un pobre hombre
pedía socorro cuando le iban a fusilar… ¡Es horrible! Se despertó un niño
aterrado… No todos tienen el valor de morir en silencio” (106)</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Además del horror de la
muerte (la fiel Valeriana protestará: “… a toos los afusilan por esto o por lo
otro” (79) o “-¡Tiros!... Siempre tiros… No saben hacer otra cosa más que
matar…” (83)), Elena Fortún recoge las reacciones que provoca en algunas
personas:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“-¡Lechuzas! Corred,
corred a ver los muertos… ¡Qué mujeres, que tienen que meter el cuezo en todo!</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¡Esta noche ha habido
una escabechina! –dice el hombre que está sentado frente a mí [en el tranvía]-.
¡Menuda escabechina! Y es lo que tié que ser… Cuanti más bombarderos y más
obuses vengan hacia acá… pues más zafarrancho se va a armar. Ya parecía que se
estaba calmando too, y ahora otra vez. Van a sacar a toos los de las cárcele</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">s o
checas, o lo que sea, y no va a quedar ni uno… Ellos se lo están buscando…
¡Mirad, mirad allí! ¡Otro besugo en la cuneta!” (118)</span></div>
<i><br /></i>
<i><br /></i>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5FPE6j8LEBOVV7rIEBSJje37T0Hm5Zf3dZlhiU8_jkHcRwZmVbxZMibnOu5YJsZq23KHi77WH_IpTfRi34irIDnuYk4hudQzuPkfAtoF76B4KhTIuXGSMXyuvprcjqEBQkrDofdIPK-0/s1600/celia13.hospital+carabanchel2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="257" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5FPE6j8LEBOVV7rIEBSJje37T0Hm5Zf3dZlhiU8_jkHcRwZmVbxZMibnOu5YJsZq23KHi77WH_IpTfRi34irIDnuYk4hudQzuPkfAtoF76B4KhTIuXGSMXyuvprcjqEBQkrDofdIPK-0/s400/celia13.hospital+carabanchel2.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Hospital Militar de Carabanchel<br />
<br />
<div align="left">
<br /></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimfOjwhf6mNimw3WdUZt-tv_QCq2Lq8NNEngu4ZGlMFurtgNgkKZH8lhvAbAf5ETVkolFWU8Eh7P3ZrTiHxm0nvD8tTjiv1Y8S5bHJNjA8IP-IJq-9td3y6wDKoBVdmpQJGR6zlAYzgxY/s1600/celia14.lopez+ochoa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a><br /></div>
<i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_8.html" target="_blank">Cuarta parte</a></i><br />
<i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_10.html" target="_blank">Quinta parte</a></i><br />
<i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_12.html" target="_blank">Sexta parte</a></i><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgegLCbvSxtnhygegjNp-9QT4hQWl1HWR4-qPC1QRAmkfZemUMj0xXJ00mZnQT3VO7uyaW3ATIzbHqL_dupVafZr8BucN_baHuRDIvgVeXhfLoTHxnhJW9YDqbp4x0c8oWcOiuNQF5lqXU/s1600/celia15.cuartel+de+la+monta%25C3%25B1a.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a><br /></div>
<i><br /></i>Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-25738542119074652662016-05-02T15:00:00.000+02:002017-06-21T14:05:24.249+02:00Una novela para la tercera España (Elena Fortún. “Celia en la revolución”. Sevilla, Editorial Renacimiento, 2016.) Segunda parte<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div align="right">
<br /></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"></span><br />
<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/04/una-novela-para-la-tercera-espana-elena.html" target="_blank">(Ir a la primera parte)</a></i></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">
</span>
<br />
<div align="right" style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: right;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">
</span>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeEWPwmcBnkrx-zm-Um55D6tYKzD2YQyGAWDCfPfgSnfLfaJmQjuqDat_eFQHUiJCxLev8bQqI_8ArShXXQJ-A88k_H5lqHaSRSHSwi5UkdVxN0XdwCb6sUnu2eg_M9TIfEKy2eEl9URE/s1600/celia04.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeEWPwmcBnkrx-zm-Um55D6tYKzD2YQyGAWDCfPfgSnfLfaJmQjuqDat_eFQHUiJCxLev8bQqI_8ArShXXQJ-A88k_H5lqHaSRSHSwi5UkdVxN0XdwCb6sUnu2eg_M9TIfEKy2eEl9URE/s400/celia04.jpg" width="262" /></a><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“Celia en la revolución”
no es ni más ni menos que la vida de Celia Gálvez durante la guerra civil,
narrada en primera persona y de forma básicamente dialogada. Alcanza en la
brevedad de la descripción de lugares, situaciones, emociones y sensaciones
altas cotas de expresividad y de lirismo, rayando a veces un tremendismo poco
común, teniendo en cuenta la trayectoria anterior de su autora. Ese mismo
dominio se deja ver en el manejo de los diálogos, bordando diferentes registros
sin caer en esos largos periodos tan tentadores teniendo en cuenta la temática
tratada. Se puede decir que nos encontramos ante una novela básicamente
dialogada y el acierto de la elección da el tono de una novela que no pretende
adoctrinar, sino dar fe y testimonio. A lo largo de poco más de trescientas
páginas, recorremos los entresijos de la retaguardia republicana, teniendo como
escenario Madrid, Valencia y Barcelona, con una breve estancia en Albacete, las
tres ciudades en las que vivió Elena Fortún durante la contienda antes de
embarcar hacia Francia en marzo de 1939. Habla de lo que conoce, no de oídas;
es una novela vivida, como podremos comprobar.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Tras la sublevación
triunfante en la ciudad de Segovia, donde vivía Celia con sus dos hermanas
pequeñas (Teresina y Fuencisla) en casa del abuelo materno (Juan Antonio), de
ideas republicanas, apresado y fusilado casi de inmediato, Valeriana, la
sirvienta siempre fiel, decide huir una noche, a escondidas, con las tres niñas
hacia Madrid, a lomos de una mula y con lo puesto, para reunirse con el padre,
militar de alta graduación fiel al Gobierno.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">La llegada a la capital el
25 de julio, a los pocos días de la toma del Cuartel de la Montaña, supone el
primer contacto directo con la auténtica realidad. Hasta entonces la revolución
se había reducido a un viaje <i style="mso-bidi-font-style: normal;">pintoresco</i>,
de cinco días de duración, durmiendo al raso, sintiendo a lo lejos los
“fogonazos y los gritos” que llegaban como un “ruido apagado” (44), sin conocer
hasta pocos días después el desdichado final del abuelo. Pero al desembocar en la
Plaza de España, después de subir la Cuesta de San Vicente, el grupo recibe la
primera impresión:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“- Mu puerco está esto pa
tener la capital tanta nombradía -dice [Valeriana] gravemente. Es verdad. Los
árboles de la plaza están como si hubiera pasado por ellos un huracán, y el
suelo cubierto de ramas rotas, de hojas caídas, pero no secas -¡estamos en
pleno verano!-, de papeles, de libros y de pedazos de plomo. Tomo uno y me lo
pongo en la mano.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Es una bala.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¡Suelta eso!- dice
Valeriana asustada” (52) </span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">La sensación de que ha
“pasado un huracán”, lógica en una niña de 17 años, perteneciente a la
burguesía madrileña y que hasta entonces había tenido una vida confortable y
muelle, la percibe no solo en el aspecto de las calles (“Preciados está
levantada y los raíles del tranvía al descubierto…” (53)), sino también en las
gentes, en la forma de narrar, por ejemplo, lo sucedido en el Cuartel:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“… Murieron
achicharraítos como chinches… a algunos los arrastraron por aquí.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¡Pobres! –se lamentó
Valeriana.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¡Qué pobres ni que ná!
Cochinos, digo yo, que se beben la sangre de los pobres.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Pero ¿cuáles tienen
razón? –preguntó Valeriana.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Y Teresina y yo atendemos
también, deseando ponernos del lado de la justicia.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¿De dónde sale usted,
señora? –pregunta con sorna la otra mujer-. El pueblo es el que tié razón…”
(52)</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Los coches que circulan
“desatinados, como manejados por quien no sabe”, por cuyas ventanillas asoman
cañones de fusil; el tuteo generalizado, los hombres y mujeres con la “cabeza
al aire”, las tiendas con los cierres a medio echar… “¡Si me encontrara a
alguna de mis antiguas compañeras del Instituto! Debo parecer una obrerita con
su madre que viene del pueblo. Y no sé por qué me pongo colorada” (54), todo
nos va introduciendo en una atmósfera irreal que se completa en casa de tía
Julia, en Goya, donde esperaban encontrar a su padre:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">“Tu padre es un loco y
esta mañana se ha ido a la sierra con la escopeta de caza de Gerardo. Dice que
por allí andan los fascistas… ¡Quién le meterá a él en lo que no le importa…!
hubierais hecho mejor en quedaros en Segovia donde todo está tranquilo y mandan
las gentes de orden... Don Juan Antonio estará asustado sin ustedes.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-El señor ya no nos
necesita –dijo Valeriana sordamente-. Lo han afusilao.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-¡Dios mío!</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Teresina me tira de la
falda y me mira con sus ojos redondos como interrogándome.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-Nada, tonta” (56)</span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjm5XWRxIy6CMYvLc3qs7oCTjsazgIIEZ32-qk5hOu5oFE1oQ1FTP8dYXXlpqp-0gjcJPLbAQ_Gs24KGKj4oqB7z0XuYw75XXxiqVPe_HGPV939iyTBS4ui-1UqF04lia3_KKpoGcuPHEQ/s1600/celia05.bombardeo+arguelles.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="226" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjm5XWRxIy6CMYvLc3qs7oCTjsazgIIEZ32-qk5hOu5oFE1oQ1FTP8dYXXlpqp-0gjcJPLbAQ_Gs24KGKj4oqB7z0XuYw75XXxiqVPe_HGPV939iyTBS4ui-1UqF04lia3_KKpoGcuPHEQ/s320/celia05.bombardeo+arguelles.jpg" width="320" /></a><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"></span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">En estas primeras páginas
de la novela convergen las líneas maestras de la trama, dirigida a la búsqueda
de las hermanas de Celia cuyo albergue, después de trasladarse de Madrid a
Valencia y de allí a Barcelona, se ha instalado en Francia, y a la
reunificación de la familia en torno al padre. Constituyen el esqueleto de la
misma que se irá encarnando a lo largo de la narración, por eso me he extendido
tanto. En ellas ya se perfila el sentimiento de abandono de la joven Celia, la
incomprensión de lo que está sucediendo, la ruptura de un ámbito familiar y, no
es exagerado afirmar, moral que hasta entonces parecía inquebrantable,
provocando un distanciamiento respecto a cualquiera de los bandos en liza, por
mucho que intente, por simple lealtad filial, tomar partido.</span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_5.html" target="_blank">Tercera parte</a></i></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_8.html" target="_blank">Cuarta parte</a></i></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_10.html" target="_blank">Quinta parte</a></i></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_12.html" target="_blank">Sexta parte</a></i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeEWPwmcBnkrx-zm-Um55D6tYKzD2YQyGAWDCfPfgSnfLfaJmQjuqDat_eFQHUiJCxLev8bQqI_8ArShXXQJ-A88k_H5lqHaSRSHSwi5UkdVxN0XdwCb6sUnu2eg_M9TIfEKy2eEl9URE/s1600/celia04.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a><br /></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjm5XWRxIy6CMYvLc3qs7oCTjsazgIIEZ32-qk5hOu5oFE1oQ1FTP8dYXXlpqp-0gjcJPLbAQ_Gs24KGKj4oqB7z0XuYw75XXxiqVPe_HGPV939iyTBS4ui-1UqF04lia3_KKpoGcuPHEQ/s1600/celia05.bombardeo+arguelles.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a><br /></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmTlrpRlKxiu3ycDYPow5DdtHDADrFInWi1hNJRV-Z21iT9zqzfObbv4P8iXvnSAgUBwd_bDZF_Rgnqdz2V4WxZdVzF6iDkfm2Om0UceXbWin2wA5A1ma5A1Ft-HWD4HtQ5VTXhOqqz5Y/s1600/celia05.comedores.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="230" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmTlrpRlKxiu3ycDYPow5DdtHDADrFInWi1hNJRV-Z21iT9zqzfObbv4P8iXvnSAgUBwd_bDZF_Rgnqdz2V4WxZdVzF6iDkfm2Om0UceXbWin2wA5A1ma5A1Ft-HWD4HtQ5VTXhOqqz5Y/s400/celia05.comedores.jpg" width="400" /></a></div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike><br />Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-27178336160602190022016-04-29T20:16:00.002+02:002017-06-21T14:06:55.933+02:00Una novela para la tercera España (Elena Fortún. “Celia en la revolución”. Sevilla, Editorial Renacimiento, 2016.). Primera parte<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><div>
<img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYEPMiO5NK0h_zUDYRZ4nb4ipWsFKjHbU_WB9ocaPj8WmRo-mjm5I_kzdIqpTPJobDBqmK1EEabGQCJNwwZ8gLQC70ctCyum5wdyUWcUWdfAB-HBLbQyHl9yPgAYmkfIGrw3gv3X_LDXA/s400/Celia01.Monumento+a+Elena+Fortun.jpg" width="400" /></div>
<div>
<br /></div>
</td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Monumento a Elena Fortún en el Retiro<br />
<br /></td></tr>
</tbody></table>
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b>A modo de justificación</b></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Hace ya tres años, en su
blog “Carta de batalla”, </span><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><i>Bremaneur </i>lanzó
una pregunta al aire:<i> </i></span><a href="http://labibliotecafantasma.es/cartadebatalla/?p=171" target="_blank"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">“¿Qué queremos leer sobre la guerra?”</span></a><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">. Pocos días
después, el 3 de septiembre, colgué este comentario al final del post: “…espero
encontrar ese detalle, ese pálpito de vida que haga más inteligible el
desastre. A veces me temo que solo nos queda la literatura para hacernos una
idea aproximada de la realidad”.</span></span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
</div>
<span style="line-height: 107%;"></span><br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Esa esperanza nunca me ha
abandonado, y únicamente se ha visto satisfecha, aunque de forma parcial o
fragmentaria, en alguna de las novelas o ensayos que me he atrevido a reseñar
aquí estos últimos años, a excepción del librito de Julián Marías </span><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com.es/2014/05/aclaraciones-oportunas-la-guerra-civil.html" target="_blank"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">“La GuerraCivil, ¿cómo pudo ocurrir?”</span></a><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
</span><span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">y los relatos de Manuel
Chaves Nogales reunidos bajo el título </span><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com.es/2014/12/persiguiendo-una-luz-cegadora-y-lo.html" target="_blank"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">“A sangre y fuego”</span></a><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">. Si el primero me
ayudó a cimentar sobre una sólida base de pensamiento todas las ideas dispersas
que había ido acumulando sobre los motivos que empujaron a los españoles a un
enfrentamiento de semejante envergadura, la lectura de las narraciones del
periodista sevillano supuso el descubrimiento de una forma diferente de recrear
lo sucedido, un camino que se salía de lo común, una vía, esa “tercera vía” tan
traída y llevada, como desconocida, silenciada y, ¿por qué no decirlo?,
ninguneada por todos.</span></span></span></div>
<span style="line-height: 107%;">
</span>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
</div>
<span style="line-height: 107%;">
</span>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
</div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Con la impresión que me
habían dejado los cuentos de Chaves Nogales todavía a flor de piel, volví a
toparme con el personaje en la monumental obra de Andrés Trapiello “Las armas y
las letras”, otro Eldorado, una fuente inagotable de datos y opiniones a la que
siempre hay que acudir y que merece algún comentario que no puedo abordar aquí
y ahora.</span></span></div>
<span style="line-height: 107%;"><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPFzdjvm3-Hd_NUkKvu3A7d34TnF7jEYOGzl2l1AFk3NBQwpmSLUsgAAQOCrhg7NZ5XzvsZWimfVBMXcWpF9Q2M6EKeL9ovFRQkMj7zBsB_yG10kO5ce_Pi6IBWA4CSlR_nq7iW7UgHEA/s1600/celia03.elena_fortc3ban.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPFzdjvm3-Hd_NUkKvu3A7d34TnF7jEYOGzl2l1AFk3NBQwpmSLUsgAAQOCrhg7NZ5XzvsZWimfVBMXcWpF9Q2M6EKeL9ovFRQkMj7zBsB_yG10kO5ce_Pi6IBWA4CSlR_nq7iW7UgHEA/s400/celia03.elena_fortc3ban.jpg" width="246" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif; font-size: small;">Encarnación Aragoneses (Elena Fortún, 1886-1952)</span></td></tr>
</tbody></table>
</span>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Y como si de un canasto
de cerezas se tratara, tirando de Trapiello salió enredada otra pieza y con
ella se derramó todo el cesto, mezclándose sobre el tapete lo personal y lo
intelectual, los recuerdos familiares y muchas preguntas que, apena
reconocerlo, ya nunca obtendrán respuesta. Porque cada libro que leemos, aparte
de lo que invoca su lectura, vive unido al momento en que decidimos dejarnos
llevar de su mano y a las circunstancias que lo rodean, creando otra narración,
otra historia, que añaden un valor intangible y emocional al original...</span></span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Intentaré explicarme.</span></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">A
finales del pasado año y comienzos de este se divulgó la noticia de la
inminente reedición de la novela de Elena Fortún “Celia en la revolución”, </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">puesta en borrador </span></i><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">el 13 de julio de
1943, e inédita hasta 1987, 35 años después de fallecer su autora. Desde entonces,
se había convertido en una de esas rarezas bibliográficas que los aficionados
son incapaces de encontrar por mucho que rebusquen en librerías de viejo. El
prólogo de esta nueva edición, que saca a la luz la editorial sevillana
Renacimiento, corre a cargo de Andrés Trapiello, al que sigue una pequeña,
demasiado escueta introducción de Marisol Dorao, biógrafa de Encarnación
Aragoneses (1886-1952), la escritora que se oculta detrás del pseudónimo de </span><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><i>Elena Fortún</i>, y a cuya tesis doctoral en
curso hacía referencia, lamentando no haber podido ocuparse de este trabajo<i>,
</i></span><a href="http://www.march.es/conferencias/anteriores/voz.aspx?p1=22086" target="_blank"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Carmen Martín Gaite</span></a><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"> en un ciclo de conferencias que dictó en la Fundación Juan
March en otoño de 1992 bajo el título </span><span id="goog_2048099953"></span><a href="https://www.blogger.com/"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">“Elena Fortún y su tiempo”</span><span id="goog_2048099954"></span></a><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">. Antonio
Gallego actuó como maestro de ceremonias en dicha ocasión, anunciando que en
cualquier momento TVE proyectaría la serie “Celia”, con guión escrito al alimón
por la salmantina y José Luis Borau. Dicha serie, que consiguió grabar en video
mi cuñado después de mil insistencias de su madre y cuando habían pasado ya
diez años de su estreno televisivo, se veía una y otra vez, independientemente
de la calidad de una cinta gastada por exceso de uso, en casa de mis suegros
con la intención de entretener, con mayor voluntad que éxito, a nuestra hija Itziar,
que no contaría con más de cuatro o cinco años y que apenas era capaz de
entender el aparentemente sencillo argumento de la trama. Qué duda cabe que con
ello la abuela Clara recuperaba un paraíso infantil a través de una niña en la
que podía verse reflejada, al haber compartido unas circunstancias vitales
similares, a lomos del recuerdo de los momentos de placer que le proporcionó la
lectura de su vida y andanzas. También disfrutaba sacando parecidos entre la
niña que interpretaba a la preguntona e inquieta Celia e Itziar que, como no
podía ser menos, salía ganadora de toda comparación.</span></span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Yo no sé si mi madre leyó
alguna novela de </span><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><i>Elena Fortún, </i>aunque
conocía los cuentos de Celia y su hermano </span><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Cuchifritín</span><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
(apelativo que siempre he considerado a medio camino entre lo ñoño y lo pijo) y
probablemente cayera en sus manos antes de la guerra algún ejemplar de </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Celia </span></i><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">editado por Aguilar y que fueron
prohibidos por la censura en 1945, curiosamente el mismo año en que se alzara
Carmen Laforet con el Premio Nadal con su novela “Nada”, una novela en absoluto
complaciente con la realidad que le rodeaba. </span><a href="http://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/13/aih_13_4_008.pdf" target="_blank"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Cosas de la censura</span></a><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">. Lo cierto es
que al leer “Celia en la revolución”, no he dejado de pensar en ella, en mi
madre, y de recordar todas esas anécdotas que nos contaba de pequeños, mil
veces repetidas, pero que en cada ocasión parecía única, ya fuera por la
entonación o la emoción que se adivinaba detrás de sus palabras y sobre todo, de sus silencios.
Los miedos, las penalidades, los bombardeos, el hambre, el ingenio desplegado
para paliar en lo posible las necesidades y las ausencias son los motores que
impulsan la vida de Celia Gálvez en la novela que vamos a reseñar, los mismos
que padecieron Merche, Pili y Menchu, mi madre y sus hermanas, tres chicas de
la misma edad que la protagonista, que compartían el miedo a los coches que
frenaban en seco delante del portal y que, seguidos de pasos apresurados por la
escalera, no auguraban nada bueno, las incursiones aéreas, o las ratas que
campaban a sus anchas por las calles. De haber tenido entonces las inquietudes
que ahora me acompañan, habría intentado apurar al máximo ese caudal de
recuerdos, retomando un hilo ya imposible de recuperar.</span></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: "times";"><i><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena.html" target="_blank">Segunda parte</a></i></span></span><br />
<i><span style="font-family: "times";"><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_5.html" target="_blank">Tercera parte</a></span></i><br />
<i><span style="font-family: "times";"><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_8.html" target="_blank">Cuarta parte</a></span></i><br />
<i><span style="font-family: "times";"><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_10.html" target="_blank">Quinta parte</a></span></i><br />
<i><span style="font-family: "times";"><a href="http://blogdenachodiazdelgado.blogspot.com/2016/05/una-novela-para-la-tercera-espana-elena_12.html" target="_blank">Sexta parte</a></span></i><br />
<i><span style="font-family: "times";"><br /></span></i></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"></span><br />
<div class="separator" style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYEPMiO5NK0h_zUDYRZ4nb4ipWsFKjHbU_WB9ocaPj8WmRo-mjm5I_kzdIqpTPJobDBqmK1EEabGQCJNwwZ8gLQC70ctCyum5wdyUWcUWdfAB-HBLbQyHl9yPgAYmkfIGrw3gv3X_LDXA/s1600/Celia01.Monumento+a+Elena+Fortun.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a></span><br /></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">
</span>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">
</span>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWVEepkLk8smdIzXwT_cDR5Ty_-avHgebbFsdXNPfdQ249M_R3oA-hwTZozt2WvOrr9GVi_e-PcRFPGRTwK1tl_cHC6d_PZf3HcxOoUtBjDibYUKdot6nOVJDV2ScbR5-kDEjOpI_EWHg/s1600/Celia02.celia-en-la-revolucion.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWVEepkLk8smdIzXwT_cDR5Ty_-avHgebbFsdXNPfdQ249M_R3oA-hwTZozt2WvOrr9GVi_e-PcRFPGRTwK1tl_cHC6d_PZf3HcxOoUtBjDibYUKdot6nOVJDV2ScbR5-kDEjOpI_EWHg/s400/Celia02.celia-en-la-revolucion.jpg" width="356" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif; font-size: small;">Portada de la edición de 1987 de "Celia en la Revolución"</span></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">
</span>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">
</span><br />
<div class="separator" style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">
</span><div style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">
<div class="separator" style="margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPFzdjvm3-Hd_NUkKvu3A7d34TnF7jEYOGzl2l1AFk3NBQwpmSLUsgAAQOCrhg7NZ5XzvsZWimfVBMXcWpF9Q2M6EKeL9ovFRQkMj7zBsB_yG10kO5ce_Pi6IBWA4CSlR_nq7iW7UgHEA/s1600/celia03.elena_fortc3ban.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a><br /></div>
</span><br />
Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-32371591890792803602016-02-12T17:00:00.000+01:002020-01-30T11:56:24.466+01:00Juan Modesto, que estás en los cielos ("El tiempo de los héroes", Javier M. Reverte, 2013)<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgW89-GVVvTg5V6yznIffeB7e-YuZ57w7fYhCYYokf-7giFgezFAHMeOTvDQQWqJU2daLtCxfEI8OtFYr2yLm8O8xVwJMMNGS_wR9ru3ZZ8QmvtsPfOENyHu3-rnWtEhtt4A7DT90ltbT4/s1600/Modesto01.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgW89-GVVvTg5V6yznIffeB7e-YuZ57w7fYhCYYokf-7giFgezFAHMeOTvDQQWqJU2daLtCxfEI8OtFYr2yLm8O8xVwJMMNGS_wR9ru3ZZ8QmvtsPfOENyHu3-rnWtEhtt4A7DT90ltbT4/s320/Modesto01.jpg" width="208" /></a></div>
<br />
<br />
<div align="center" class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: inherit;">“- Me recuerda el Madrid de
hace dos años – dijo Delage.<o:p></o:p></span></span></b></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div align="center" class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: inherit;">- Pero sin hombres en las
barricadas dispuestos a morir por defenderla…<o:p></o:p></span></span></b></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div align="center" class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: inherit;">- No es tiempo de héroes, Juan.<o:p></o:p></span></span></b></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div align="center" class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: inherit;">- O es que todos los héroes
están muertos, amigo” (535)<o:p></o:p></span></span></b></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div align="center" class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;">
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">La
mitología es la aliada fiel del miedo y la incertidumbre, de la inseguridad y
el desconocimiento. El recurso al mito facilita el ensamblaje de los hombres en
el interior de la maquinaria de un mundo perfecto, organizado a priori, donde
no cabe la improvisación ni el desconcierto. Cuando invocamos a los héroes o a
los dioses para comprender una realidad compleja y enmarañada, aceptamos de
antemano nuestra derrota e incapacidad a cambio de una interpretación amable de
la vida, ajustada a nuestra siempre limitada perspectiva, dulce lenitivo que
nos libra del enojoso trabajo de cuestionarnos determinados dogmas de fe.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">La
forja de un héroe, desde que el mundo es mundo y el hombre que lo habita se ha
visto en la imperiosa necesidad de crear un ídolo que alivie sus miserias al
verse por él siempre superado, meta inalcanzable y sobrehumana, ha seguido
siempre un mismo camino, unas pautas propias de manual de uso y entretenimiento.
Ya se trate de héroes mitológicos, políticos o de andar por casa, todos ellos
comparten un número variable de características que podríamos resumir en las
que siguen: una infancia desdichada (por exclusión, pobreza o el ejercicio de
un duro trabajo prematuramente impuesto) hace que nuestro protagonista sea
consciente antes de tiempo de la realidad que le rodea y luche por alzarse
sobre ella destacando del resto de sus coetáneos. Una vez superadas las
dificultades iniciales, procederá a sobreactuar en el desarrollo de una serie
de virtudes: hombría de bien, desprendimiento, solidaridad, valentía y arrojo,
defensa del débil o el desvalido…. La formación intelectual y las herramientas
sociales que no pudo adquirir en su plenitud durante su infancia, adolescencia
y juventud, tiempo invertido en defenderse de las tiranías de un medio hostil,
las procurará a su manera, despertando en quienes le rodean un sentimiento
mezcla de admiración y compasión. Y así transcurrirá su existencia, dejando
rastro de su paso por el mundo y una cohorte de seguidores que alimentarán y,
en la medida de lo posible, inflarán su fama cuando se haya ido.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">El
uso de esas herramientas fantásticas y estupendas en cualquier <i style="mso-bidi-font-style: normal;">mitogénesis </i>que se precie, previa aceptación
acrítica e incondicional de postulados mil veces repetidos, puede ser
involuntario, puro reflejo de una mentalidad acomodaticia; o premeditado, lo
que conlleva invertir un esfuerzo sobrehumano a quien lo elige y abraza,
semejante al de hacer pasar un elefante por el ojo de una aguja.</span></span></div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzCO4VCJfa-vi4_yfe-bN_3bzILTspgS7H1WKA_i3ukKPU63VtaBs-AHmQ701w4B6GaRHUiLWGDm0u9a74V7CuSFEGJCIZsipoTXPDnYP66C47BZ8xLOLS59vcmqK0ztbeq9kP5GRn4xQ/s1600/campesino+y+miaja.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: inherit;"></span></a><br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img border="0" height="251" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzCO4VCJfa-vi4_yfe-bN_3bzILTspgS7H1WKA_i3ukKPU63VtaBs-AHmQ701w4B6GaRHUiLWGDm0u9a74V7CuSFEGJCIZsipoTXPDnYP66C47BZ8xLOLS59vcmqK0ztbeq9kP5GRn4xQ/s320/campesino+y+miaja.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" width="320" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Miaja" target="_blank">José Miaja</a> (1878-1958) y <em>El Campesino</em></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Javier_Reverte" target="_blank">Javier M. Reverte</a> (Madrid, 1944), en su novela de 2013 “El tiempo de los héroes”, se entrega gozoso a esta segunda opción, a saber: presentar nuestra Guerra Civil a través de la figura gustosamente mitificada de uno de sus protagonistas: <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Modesto" target="_blank">Juan <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Modesto </i>Guilloto</a> (1906-1969). En este sentido, el libro que nos ocupa se presta muy bien a tres lecturas y otras tantas interpretaciones: una novela de acción, una biografía novelada<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y un alegato político.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">Como mera ficción, dejando a un lado la historicidad de lo narrado, resulta ágil, amena y de un agradable dinamismo. Desde su presente narrativo, los días de marzo previos al final de la guerra, con el desbarajuste de las autoridades republicanas ultimando los preparativos de su marcha al exilio, se aborda el desarrollo de la contienda con la descripción cronológicamente ordenada de los episodios que jalonan el conflicto, en los que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Modesto</i>, por acción o por omisión, ha jugado un destacado papel. Aquí destaca el talento de Javier M. Reverte como novelista y autor de libros de viaje, a medio camino entre el periodismo y el testimonio.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">“Entre el 6 y el 27 de febrero [de 1937, refiriéndose a la batalla del Jarama] los ejércitos excavaron trincheras y alzaron refugios en los pequeños valles de tierra arcillosa cubiertos de vegetación salvaje. Se combatió con saña y dureza, sin apenas tregua, en cerros como el Pingarrón y la colina del Suicidio. Se luchó en las trincheras igual que en la Gran Guerra y miles de hombres pelearon a la bayoneta en los extensos olivares de las llanadas que dominaban el Tajuña. Hubo cargas de caballería a la usanza del siglo XIX. Y se emplearon unidades blindadas, un preludio de las grandes batallas de la Segunda Guerra Mundial” (189)<o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">Sin embargo, no renuncia a cierto lirismo, de carácter simbólico, como la acertadísima imagen del caballo cartujano que debutará en el relato caracoleando en el dantesco escenario de un patio del madrileño Cuartel de la Montaña sembrado de cadáveres, tras el fracaso de la rebelión militar en Madrid:<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">“Y de súbito se oyó un sonoro relincho. Un airoso y ligero caballo, de pelaje blanco y crines tocadas de una luz dorada entró a galope en la explanada, escapado de las cuadras del fondo del cuartel… El tiroteo cesó en uno y otro lado. Y el silencio se posó sobre el cuartel. El corcel recogió el paso, trotó entre los muertos, dio breves galopes a un lado y a otro del patio, como si bailara,… y miró con sus ojos negros a los hombres” (29-30)<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">Este caballo, propiedad de un Osborne “militar señorito, señorito de Jerez” aparecerá en, al menos, seis ocasiones más a lo largo del relato, constituyendo algo así como un nexo sentimental del protagonista con su Cádiz natal y, curiosamente, proporciona al autor la posibilidad de mostrarnos el lado más humano de Modesto, lejos del encorsetamiento y los lugares comunes que abordaremos enseguida. Así, cuando cae Cataluña y un amplio contingente del ejército popular se vea obligado a pasar a Francia, el ya coronel <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Modesto</i>, acompañando a las tropas en desbandada, se encuentra con el “señorito de los Osborne” que persigue a las unidades que se agolpan en la frontera. En el horizonte, identifica a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Capitán </i>que así se llama el caballo, montado por <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Modesto</i>:<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">“- Te vimos desde lejos y yo te reconocí… por el animal [dice el oficial franquista] Quería decirte que tu mujer y tus hijas están bien. Mi familia se ha ocupado de ellas. Y ahora, en cuanto esta guerra termine, haré que pasen sanas y salvas a Francia. Es lo que tu esposa desea… ¿Le digo algo a tu mujer?<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">- Dile que vuelvo a la guerra… Porque, que lo sepas, señorito Osborne, esto no ha terminado mientras quede un Guilloto suelto.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">- ¡Cabalga de una vez y no vuelvas la cabeza!<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">- Nunca dejaré de volverla, aunque tenga que cabalgar de espaldas. Me gusta mirar de frente al enemigo. ¡Salud, paisano!” (567-568)</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img border="0" height="262" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiSiZg6fUJSH8iOxYvhSeOwjXOQwEMmHn38Wrnfc8gjny1mWDeurm9T3jsteaDcUiZAYvATis0NB-9Ckzsbrv2qy_HswRqHC8Lh2KPOR-TOcY8iQCY_RaZQI2SGuhCStChACMMjKbureo/s320/lister+y+castro.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" width="320" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Enrique Líster y Fidel Castro</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiSiZg6fUJSH8iOxYvhSeOwjXOQwEMmHn38Wrnfc8gjny1mWDeurm9T3jsteaDcUiZAYvATis0NB-9Ckzsbrv2qy_HswRqHC8Lh2KPOR-TOcY8iQCY_RaZQI2SGuhCStChACMMjKbureo/s1600/lister+y+castro.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><span style="font-family: inherit;"></span></a><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">Esta fanfarronería, o exceso de testosterona, y aquí entramos ya en la segunda lectura, o forma de abordar la narración como biografía novelada, es una constante en el relato. El autor no oculta la admiración que le inspira <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Modesto</i>, teniendo en cuenta el calificativo del que echa mano a la hora de definir su obra en el epílogo como “una novela trágica, en el sentido clásico de la palabra” (581) y recurrir a la autoridad de Aristóteles que, en su “Poética”, al hablar del objetivo del bardo, afirma que “no es tanto contar las cosas que realmente han sucedido cuanto narrar aquellas cosas que podrían haber sucedido y las cosas que son posibles de acuerdo con la verosimilitud o la necesidad” (581). Con semejantes premisas, ya está servido el plan de la biografía-hagiografía-panegírico a mayor gloria de Juan <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Modesto </i>Guilloto.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">En primer lugar, nuestro protagonista es un héroe:<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">“- Eso le digo yo, camarada <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Modesto</i>. Soy de las Juventudes Socialistas<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y estoy orgullosa de saludar a un héroe.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">Modesto dejó escapar una leve carcajada.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">- Héroes somos todos, guapa camarada” (350)<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">Como todo héroe consciente de su condición, y haciendo honor a su apodo, practica la modestia : “Se le hacía extraño y en cierto modo incómodo sentirse querido y saberse famoso. Siempre había detestado la vanidad” (119)<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">Su presencia y aspecto, “de mirada directa y escrutadora, rostro tostado por el sol de las batallas de la sierra y sonrisa siempre presta a asomar burlona en los finos labios” (122) no dejaba indiferentes a hombres ni a mujeres:<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;">“Le gustaban su torso velludo, sus firmes muslos, los brazos musculosos, el recio perfil de la nariz romana, los cabellos revueltos sobre la almohada y, sobre todo, aquella oreja mutilada que, para ella, retrataba una naturaleza salvaje” (153).</span> </span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNceiEWF7XnOuIDUm75Tyfg0y1tGwOBnReypa_FeJU-FopPSNFAW6lciTT_xHCgWoTeO73LTbcOGmiqIaX7ml7UFa-ipP0w4xksd1yLdVMWHYpT2Ja6JWcIxm1I2sRRthiGZPfXhV3oug/s1600/Miguel-Hern%25C3%25A1ndez_bmp.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: inherit;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNceiEWF7XnOuIDUm75Tyfg0y1tGwOBnReypa_FeJU-FopPSNFAW6lciTT_xHCgWoTeO73LTbcOGmiqIaX7ml7UFa-ipP0w4xksd1yLdVMWHYpT2Ja6JWcIxm1I2sRRthiGZPfXhV3oug/s320/Miguel-Hern%25C3%25A1ndez_bmp.jpg" width="233" /></span></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_Hern%C3%A1ndez" target="_blank">Miguel Hernández</a> (1912-1942)</span></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">Tipo legendario donde lo haya, muy a menudo se mueve por instinto e intuición: “no sé; no era yo. La acción me arrastraba, no era capaz de detenerme” (346) y siente el peso sobrehumano de su responsabilidad: “El heroísmo es una cosa extraña: debes enfrentarte al mismo tiempo a tu sufrimiento y a tu esperanza. No es algo fácil de comprender y asumir, Dolores. Te lo digo yo, que estoy en medio de la refriega” (390)<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">Y aunque desprecia la venganza como acto de justicia (parece ser que su intervención en el Cuartel de la Montaña evitó un aun mayor derramamiento de sangre), no por ello deja de ser un sentimental al que le duele el sufrimiento ajeno y el horror. En toda la novela solo hay un pasaje en el que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Modesto </i>hace uso de la violencia más allá del campo de batalla. Al entrar en el Casar de Escalona, que había sido tomado y abandonado por las columnas franquistas apenas unas horas antes, los hombres de Modesto se encuentran un gran número de civiles asesinados.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;"><o:p></o:p></span></span><br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinqV9eW452cpmFPTwcq2WtNaaKtBVLgs2g7juoNfdTKBVVb4JlzLjnEIPtsF8TSao2P8pFczqwdZ4cuOc1CqH5KMe86nNAZHAQ12Tpmxw9IMnoDj_21x_aKcnQx6p-PB1GZ4ni5eDjilM/s1600/maria_teresa_leon1.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_Teresa_Le%C3%B3n" target="_blank">María Teresa León</a> (1903-1988)</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="clear: right; float: right; font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><span style="font-family: inherit;"></span></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">“Entre los cadáveres había numerosas muchachas. Modesto recordaba a una de ellas, casi una niña… yacía tendida boca arriba, con sus cabellos rizados de color trigueño bañándose en el charco de su propia sangre… Muchos hombres curtidos en las recientes luchas de la sierra lloraron ese día y el siguiente. No hubo prisioneros… “ (99)<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"></span><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">Por último, cabe destacar la gran labor de documentación llevada a cabo por Javier Reverte a la hora de allegar materiales para la novela, lo cual no le impide caer en determinados clichés, como ese maniqueísmo tan manido al que a tantos y tantos autores les cuesta sustraerse, pero que, en su caso, es consciente, deliberado y confeso, lo cual no solo no le quita ningún mérito a la obra, más bien avala su calidad indiscutible. Abundan las referencias a intelectuales (Rafael Alberti, María Teresa Léon, Miguel Hernández…), corresponsales extranjeros (<a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Louis_Fischer" target="_blank">Louis Fischer</a> (1896-1970), <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Herbert_Matthews" target="_blank">Herbert Matthews</a> (1900-1977), <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ernest_Hemingway" target="_blank">Hemingway</a> (1899-1961), <a href="http://www.planetadelibros.com/autor/henry-buckley/000021017" target="_blank">Henry Buckley</a> (1904-1972), <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Ksawery_Pruszy%C5%84ski" target="_blank">Franciszek Pruszynsky</a> (1907-1950), <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ily%C3%A1_Ehrenburg" target="_blank">Ilyá Ehrenburg</a> (1891-1967),<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Capa" target="_blank"> Robert Capa</a> (1913-1954), <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Martha_Gellhorn" target="_blank">Martha Gellrhom</a> (1908-1998), Jeannete Cohen…”su buen amigo <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Mija%C3%ADl_Koltsov" target="_blank">Mijail Koltsov</a>” (387)), a sus vidas a cuerpo de rey en los hoteles madrileños, así como a los brigadistas internacionales, de los que alaba su elevada condición intelectual que no duda en contraponer a la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">inane </i>de sus enemigos. “Aquel día, la línea de fuego de la Casa Blanca, en donde perecieron doscientos veinticinco de los seiscientos británicos que la defendían quedó bautizada como la Colina del Suicidio. Cuando los soldados rebeldes recorrieron las trincheras y parapetos británicos, repletos de cadáveres y de miembros humanos desgajados de sus cuerpos por los bombardeos, encontraron abundancia de libros entre las armas y los equipos abandonados. No eran breviarios religiosos, ni biblias ni coranes. Los firmaban gentes que casi ningún soldado ni oficial franquista podían reconocer: Shakespeare, Dickens, Darwin…” (207) Y lamenta el trato que recibieron los más de dos centenares de voluntarios extranjeros fusilados por uno de sus jefes, Marty, en el monte del Pardo durante la batalla de Brunete, lo que no le impide hacer un alarde de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">realpolitik</i> ante su comisario político, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Delage" target="_blank">Luis Delage García</a> (1908-1991), un curioso y muy acertado personaje a medio camino entre Pepito Grillo y coro de tragedia griega, que acompañará a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Modesto </i>durante todo el relato a modo de conciencia, freno y acicate. Ante la protesta expresada por Delage por semejante masacre, replica <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Modesto</i>:”-… No puedo hacer nada, Luis, no se puede hacer nada. Marty tiene mucho peso en la Internacional Comunista, es un hombre de confianza de Stalin. Es terrible lo que ha hecho, pero ya no tiene remedio y no podemos actuar contra él…, la guerra. Si en mi mano estuviera, yo le fusilaría esta misma tarde. Pero el Partido no lo consiente, y son muchos los que aconsejan volver la cabeza hacia otro lado, que es lo que estamos haciendo tú y yo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">-. Algún día me cagaré en Stalin.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">- Ni te he oído, comisario Luis. Stalin nos envía armamento” (333-334)</span></span><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjruto4k3rzUL3JcoHnmj4sfHw2lVzMhY2i35oS1719mZOu2nGgs9euFVQoJNIqN3CC-RdnsdOZtElS10Z8-RA19uphu_0FJ2HQie9yhAE-eEQQ_yLQjsXDRLTAfU3_IYL0uRPUcio285g/s320/rafaelalberti.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" width="236" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Rafael_Alberti" target="_blank">Rafael Alberti</a> (1902-1999)</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjruto4k3rzUL3JcoHnmj4sfHw2lVzMhY2i35oS1719mZOu2nGgs9euFVQoJNIqN3CC-RdnsdOZtElS10Z8-RA19uphu_0FJ2HQie9yhAE-eEQQ_yLQjsXDRLTAfU3_IYL0uRPUcio285g/s1600/rafaelalberti.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: inherit;"></span></a><br /></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">En el mismo sentido se enmarcan las palabras del comandante George Natham (1895-1937) cuando se pregunta si tienen derecho a fusilar a los voluntarios internacionales que huían aterrorizados: “En la Gran Guerra fusilamos a muchos de los nuestros por cobardía ante el enemigo. Creo que ejecutamos a demasiados y que algún día lo lamentaremos” (320). Dicho lo cual, cayó abatido por una granada.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiR8xf-L2QDKxCkTb9nrM8bYrOsvGtzhAYo5k1H6FHWqWurnnXjpXekg9eyLLJcj6nwCBIZWgUOBzQEoFA0t8WqYPhABylj1S5Mj9vr7uYMUQgzqDsIZSqk0BnRbjN5y4Sc7xCTS79t7H8/s1600/segismundo+casado.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Segismundo Casado</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">La fuerza que no pudo ejercer contra <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Andr%C3%A9_Marty" target="_blank">André Marty</a> (1886-1956), no dudó en aplicarla, aunque de palabra, contra otros jefes de milicias, como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Valent%C3%ADn_Gonz%C3%A1lez" target="_blank">Valentín González, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Campesino</i></a> (1904-1983), el anarquista <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Cipriano_Mera" target="_blank">Cipriano Mera</a> (1897-1975), que en un momento de la novela increpará a Modesto con una frase lapidaria: “Lo peor de los comunistas es que siempre creéis que la razón es vuestra. Sois como los curas” (336), el coronel <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Segismundo_Casado" target="_blank">Segismundo Casado</a> (1893-1968), al que amenazará durante una comida: “En tu corazón anida la traición, Casado, lo leo en tus ojos. Algún día te pegaré un tiro en la sien. Eres un malnacido…” (543) y el general <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Matallana_G%C3%B3mez" target="_blank">Manuel Matallana </a>(1894-1952), contrarios los tres últimos, al final de la guerra, a la política de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Negr%C3%ADn" target="_blank">Juan Negrín</a> (1892-1956), el presidente del Gobierno hacia el que no ahorra ditirambos, al igual que admira a <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Vicente_Rojo_Lluch" target="_blank">Vicente Rojo</a> (1894-1966) y, con alguna reserva, a <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Enrique_L%C3%ADster" target="_blank">Enrique Líster</a> (1907-1994), con el que compartió formación<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Academias_Militares_Sovi%C3%A9ticas#Academia_Militar_Frunze" target="_blank">Frunze</a></i>, la Academia Militar del Ejército Rojo.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">Respecto al <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Campesino</i>, apelando a las palabras de Aristóteles recogidas más arriba, recrea una conversación que no tiene desperdicio entre Santiago Carrillo (1915-2012) y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Modesto </i>en plena batalla de Teruel:<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">“- Hace tiempo que quiero saber qué pasa con el Campesino, Santiago… ¿Quién le apoya en el Partido?<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">- La dirección<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">- No lo entiendo<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">- Es un mito, ha conseguido convertirse en una leyenda: el soldado surgido del pueblo, valiente y generoso<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">- Es todo lo contrario, Santiago: ese hombre está loco.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">- Pero la gente cree otra cosa… Y en la guerra necesitamos de leyendas que ayuden a mantener elevada la moral del pueblo.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">- Al pueblo no le gustará saber que un día le creamos héroes falsos.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">- Yo no apoyo a Valentín; pero la mayoría de la dirección sí lo hace.<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">- No me gusta que mi partido engañe, Santiago… Yo soy un hombre de trincheras y tú eres un hombre de pensamiento. Pero ambos defendemos unos principios de justicia y de igualdad, ¿no? ¿O es que lo hemos olvidado?...” (411)</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2cRElG_vMNVlDgx5s96OXRpj9bYUJ3mAKRRiLDgVvCDWsRXT9xHmhtVHjIvWgKBnAZAIMEgmCu4N-RNyUgLQjumWnTjUMbO9mYn6L7ow0D3WepFThRHCAOZNXS46FeJlxOfq9PwCJ7Yg/s320/negrin.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" width="280" /></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Juan Negrín</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">En fin, como casi toda novela histórica con intenciones didácticas (y esta las tiene), el autor, en boca de su protagonista, facilita una explicación que aclare el final del drama. Sirviéndose de una conversación entre <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Modesto </i><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y Negrín, se aportan una serie de claves que ilustran la inevitable salida del conflicto. En opinión de Modesto, la derrota de la República se debió exclusivamente a factores externos: “superioridad del enemigo en armamento, en municiones, en tanques y en aviación… cobardía de las democracias, Inglaterra y Francia en particular, y por la traición de Casado” (354), a los que añadirá Negrín el papel jugado por los comunistas, que alertó a las democracias europeas de la posibilidad de que se creara “un Estado de signo socialista con serias posibilidades de que fuese controlado por los comunistas españoles, por un partido puesto al servicio de Stalin”, para concluir que “la guerra ha destruido cualquier salida de signo democrático y liberal al estilo de Europa” (355)<o:p></o:p></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-family: inherit;">“Vendrá un tiempo de héroes fatigados, tipos que pondrán en cuestión la necesidad de luchar y morir por una idea. Ya no habrá héroes, tan solo caricaturas de una raza extinguida a la que usted pertenece, Modesto. Y luego vendrá la barbarie” (457)<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-14391854055186812912015-07-09T20:57:00.000+02:002017-06-21T14:01:25.946+02:00Vivir otra vida (Verano 2014. Tercera parte)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhX7eDts8WraVsHo6XdgOkXabXD3xOAxrpthwwP-af0LDXFCm6p-iMSu5fWhcd0fZQVOutT1YYtydycqqNm_OofdfadSXW-TVTptaR3e6Hq9R2LWBcr4wqodZeerlQJmHXf5VqgXx-ddNE/s1600/DSC08515.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhX7eDts8WraVsHo6XdgOkXabXD3xOAxrpthwwP-af0LDXFCm6p-iMSu5fWhcd0fZQVOutT1YYtydycqqNm_OofdfadSXW-TVTptaR3e6Hq9R2LWBcr4wqodZeerlQJmHXf5VqgXx-ddNE/s400/DSC08515.JPG" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Un rincón del Palacio de Pombal (Oeiras)</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg141mEOy3J92oP74JhXDRgJstGgq7QnyDCHpcFnRsPSIgMDacuCCOVfSxBjfTIzOEmAfaadqP5u0e2LYRinkWkHiykeUkGJ8jFQtsDMDj1ZLClIqYRwG12wlVOvwNlSWZvtXtxe-oFbuc/s1600/DSC08453.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg141mEOy3J92oP74JhXDRgJstGgq7QnyDCHpcFnRsPSIgMDacuCCOVfSxBjfTIzOEmAfaadqP5u0e2LYRinkWkHiykeUkGJ8jFQtsDMDj1ZLClIqYRwG12wlVOvwNlSWZvtXtxe-oFbuc/s320/DSC08453.JPG" width="240" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Itziar (Oeiras)</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El
sol, derramándose en la mullida alfombra del salón, inundaba con su luz bañada
en un azul brillante nuestras mañanas. A través de la ventana, veíamos algún
que otro autobús descendiendo silencioso la pronunciada pendiente de Alfonso III
que desemboca en la breve Rua Nelson de Barros que, al bordear en su flanco
norte el convento da Madre de Deus, recibe su nombre para adentrarse en
Xábregas, acariciado por el Tajo pocos kilómetros antes de morir en el mar.
Esas mañanas cristalinas y azules de Lisboa, mientras apañábamos el piso de
Marisa antes de echarnos a la calle, la televisión local emitía un programa de
música en el que una pieza fundamental y repetida hasta la saciedad era <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><a href="https://www.youtube.com/watch?v=2vjPBrBU-TM" target="_blank">Chandelier</a></i>, de la australiana <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sia</i>, que empezó a arrasar en España ya
terminadas las vacaciones de verano. Los pequeños se alborotaban con el clip de
la niña, (“!!Mamá, papá, el video de la niña que baila¡¡”) e intentaban imitar,
con mayor voluntad que éxito, sus contorsiones y piruetas, o esa voz que
cambiaba de registro pasando de la borrachera al lamento y al grito desgarrado.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuAfBhnaMvMsjnRqMGQ9JYjXmnZAbihSuJelj6v-Eq2tu-PIeFRcgqGcrpy-EDVG1hNzuv-G-lPSV309tiZ2Ku3YWzx7J_owm4fNXCJ_EuGz0H15MN9RPFEPULEowJiSiCvL6PtcBwMj0/s1600/DSC08007.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuAfBhnaMvMsjnRqMGQ9JYjXmnZAbihSuJelj6v-Eq2tu-PIeFRcgqGcrpy-EDVG1hNzuv-G-lPSV309tiZ2Ku3YWzx7J_owm4fNXCJ_EuGz0H15MN9RPFEPULEowJiSiCvL6PtcBwMj0/s400/DSC08007.JPG" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><a href="https://www.google.es/maps/place/2800-269+Cacilhas,+Portugal/@38.686286,-9.1526228,16z/data=!4m2!3m1!1s0xd1934f69baf19c7:0x88eef044f924432b" target="_blank">Cacilhas</a></td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">No
sé por qué, pero la imagen de esa niña tocada con una peluca platino y
embutidas sus escurridas carnes infantiles en unas mallas de bailarina,
ejecutando una serie de movimientos y poses muy lejos de los propios de la
niñez, me ha acompañado durante estos últimos once meses. Esos giros
dislocados, así como la voz de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sia </i>a
ratos distorsionada y forzada por exigencias del guión, han ocupado un lugar
desproporcionado, han adquirido un peso y una dimensión que no les pertenece
por derecho a la hora de hacer recuento y pescar en el río de los recuerdos a recuperar
del pasado mes de agosto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgh6GG-zFHT87IjtPgRILAjNPu3BCHoHHXbZmAjb-G6SR0h6rdm6Y5eQ8yqszvttwQLifq1fxHZW314TIVDy3wACj8XsfG3s3IuhGOd9zXl4mrA5IgA9wVXsePNqTCROQoN1342pU_kdWw/s1600/DSC08208.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgh6GG-zFHT87IjtPgRILAjNPu3BCHoHHXbZmAjb-G6SR0h6rdm6Y5eQ8yqszvttwQLifq1fxHZW314TIVDy3wACj8XsfG3s3IuhGOd9zXl4mrA5IgA9wVXsePNqTCROQoN1342pU_kdWw/s400/DSC08208.JPG" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La mítica <i>Livraria</i> Bertrand (Lisboa)</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjw9pGeBu6FkXahCk029y6VkgjbnYmj4kzLH-TfS62OeLQbnMjHVBbrCLyJENdf4mJwOez27hGWfYEszfJsYoQBu8LOxoCB7eq8GtBpGZFjfNyt8Q1sjigSd_xP6XOdBlETMbuAJsW19Xw/s1600/DSC08429+-+copia.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjw9pGeBu6FkXahCk029y6VkgjbnYmj4kzLH-TfS62OeLQbnMjHVBbrCLyJENdf4mJwOez27hGWfYEszfJsYoQBu8LOxoCB7eq8GtBpGZFjfNyt8Q1sjigSd_xP6XOdBlETMbuAJsW19Xw/s320/DSC08429+-+copia.JPG" width="240" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En memoria a los portugueses caídos<br />
durante la <em>Grande Guerra</em>.</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Casi
un año después de todo aquello, con este calor espeso que se ha apoderado de
Madrid, más enrarecido aún con los rabiosos cantos de las cigarras de todo tipo,
pelaje y condición que atronan día y noche sin cuartel, se echa de menos el
silencio de Lisboa y a uno le gustaría descender de nuevo por la Avenida de
Alfonso III, dejar a la derecha el desmonte que linda con los restos del fuerte
de Santa Apolonia, donde pastan entre las basuras decenas de palomas
alborotadas, enfilar la Calçada da Cruz da Pedra, que enseguida cambia su
nombre por los de Rua de Santa Apolónia, Bica do Sapato y Caminhos de Ferro
hasta desembocar en la plaza donde se enfrentan las impresionantes fachadas de
la estación de ferrocarril bautizada con el nombre de la santa y la del Museo
del Ejército, coronado con un gigantesco grupo escultórico. A estas alturas el
paseante podría continuar por la Avenida del Infante Don Henrique, con su
incesante tráfico rodado y sus interminables obras, u optar por Jardim do
Tabaco. Lo mismo da. Con el Tajo casi convertido en mar a nuestra izquierda, y
las mareas de turistas que todo lo invaden, el caminante menos avisado ya
percibe la proximidad del centro de la ciudad. Jardim do Tabaco enlaza con la
Rúa do Terreiro do Trigo, donde los monarcas ilustrados acumulaban el grano
para distribuirlo entre los lisboetas en momentos de escasez, que no debían de
ser pocos a tenor del señorío y majestad del edificio levantado al efecto. Sin
abandonar el camino, ahora Cais de Santarem, poco después Alfandega, llegamos,
a los veinte minutos de salir del piso, a la Praça do Comércio, que atravesamos
para disfrutar de ese paseo marítimo sobre la Ribera das Naus salpicado de
terrazas que compiten en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">chilloutismo</i>.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRANofijFLaxEdTHD5ZxG2MRJ4F7PnergZ9g14Jr0NIWIwig2QxwtCbgWODqsqbzgUeaY2aS-KXiuILaTfxYbpcw3JrZ85Tm_kRs1q5FXHTN3vSIa1MZ5pPB-hUb-QEDzXD_NgvwtE2T4/s1600/DSC07722.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRANofijFLaxEdTHD5ZxG2MRJ4F7PnergZ9g14Jr0NIWIwig2QxwtCbgWODqsqbzgUeaY2aS-KXiuILaTfxYbpcw3JrZ85Tm_kRs1q5FXHTN3vSIa1MZ5pPB-hUb-QEDzXD_NgvwtE2T4/s400/DSC07722.JPG" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Playa de <a href="https://www.google.es/maps/place/Comporta,+Portugal/@38.3116387,-8.7517168,12z/data=!4m2!3m1!1s0xd1961194248ce65:0xd2b865d77c8ca91" target="_blank">Comporta</a></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirJOUQrYcu3rygrHT43VFkmkYHi_h1LE0SKn2gZO2a3OQJvNuH4vR93P1Dm_8Pk9dSlYS2WrcXj8S-7Qw_vA9TjBCPArwUgtXvPTtSGs2LrPo0eVDVMx0HlLMdW5ivK3KdNT-4p8bT3bs/s1600/DSC08461.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirJOUQrYcu3rygrHT43VFkmkYHi_h1LE0SKn2gZO2a3OQJvNuH4vR93P1Dm_8Pk9dSlYS2WrcXj8S-7Qw_vA9TjBCPArwUgtXvPTtSGs2LrPo0eVDVMx0HlLMdW5ivK3KdNT-4p8bT3bs/s320/DSC08461.JPG" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Sara (Oeiras)</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Este
trayecto, una y mil veces repetido durante los últimos años, es el único que
los pequeños son capaces de afrontar sin manifestar la más mínima protesta. Ahí
empiezan las negociaciones. La perspectiva de un día de caminata subiendo y
bajando sin orden ni concierto por las empinadas calles de la ciudad, no les
seduce ni poco ni mucho, por lo que solo nos queda el recurso de la playa. Fue
posible visitar la Librería Bertrand, el Museo del Ejército, el de la Moneda o
el ascenso inexcusable (¡ya nos vale!) al Cristo de Almada, intercalando entre
unos y otros unas horitas en la Praia de Santo Amaro (Oeiras) o en la de
Comporta (Setúbal). Esas <i style="mso-bidi-font-style: normal;">horitas</i>,
convertidas en jornadas completas desde el momento en que tienes que echar mano
del coche, nos depararon, no obstante, varias sorpresas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMRRWaHNhHmlcsJPgjBQ1FWzGUK0ia94efZdAF6bAf5d-fF_li4JcC8w2iScK-FLc57FOWlmkcQJQAM8JeHOVZRIQjBvxP8kSJSXth7UmAKishR-62CwAUhCW8Kj1O0X3xgIqTfw8d0TY/s1600/DSC08409.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMRRWaHNhHmlcsJPgjBQ1FWzGUK0ia94efZdAF6bAf5d-fF_li4JcC8w2iScK-FLc57FOWlmkcQJQAM8JeHOVZRIQjBvxP8kSJSXth7UmAKishR-62CwAUhCW8Kj1O0X3xgIqTfw8d0TY/s400/DSC08409.JPG" width="300" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="font-size: 12.8px;">Cala junto a la playa de Santo Amaro (Oeiras)<br />
<br />
<div>
<br /></div>
</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">La
playa de Santo Amaro, en <a href="https://www.google.es/maps/place/Praia+de+Santo+Amaro,+2780-305+Oeiras,+Portugal/@38.6853666,-9.3118403,475m/data=!3m1!1e3!4m2!3m1!1s0xd1ec93a4fda7667:0x4ed3695f5737a1b" target="_blank">Oeiras</a>, de aguas esmeralda, es relativamente pequeña,
y uno se siente trasladado, sin pensarlo, a algún lugar del Caribe, como Cuba o
Santo Domingo, al estar ocupada en su mayoría por familias angoleñas,
mozambiqueñas o guineanas. En este pueblecito cercano a Lisboa, se encuentra el
Palacio del Marqués de Pombal con sus jardines neoclásicos, verdadero remanso
de paz...</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikfANNOG4j8BhGH8qej89dvLtHX4BXZ0x_kasUt0bKoriehSE79KPmGNB0Cm-u0j3gwEHO-HSOEk14H30REUyLERcRM8QX5bJ_fua0u9JIadW9L4bCZ0h3eFqM9hIdnpoY_TcmB4SjZHQ/s1600/DSC08445+-+copia.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikfANNOG4j8BhGH8qej89dvLtHX4BXZ0x_kasUt0bKoriehSE79KPmGNB0Cm-u0j3gwEHO-HSOEk14H30REUyLERcRM8QX5bJ_fua0u9JIadW9L4bCZ0h3eFqM9hIdnpoY_TcmB4SjZHQ/s400/DSC08445+-+copia.JPG" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="font-size: 12.8px;">Palacio del Marqués de Pombal (Oeiras)</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
</div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Por
su parte, la playa de <a href="https://www.google.es/maps/place/Comporta,+Portugal/@38.3116387,-8.7517168,12z/data=!4m2!3m1!1s0xd1961194248ce65:0xd2b865d77c8ca91" target="_blank">Comporta</a>, muy conocida por los extremeños por ser de las
más próximas a Badajoz, es otra cosa. Su difícil acceso, o el hecho de encontrarse rodeada
por un paraje natural protegido, hace que sea frecuentada por el famoseo
televisivo portugués. Más grande y abierta que la de Santo Amaro, comparten las
dos una tonalidad en la coloración de sus aguas realmente de impresión.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHF9DCRtnLabU6ny8wwMfpHogSK_Fjixm6SKuetlGTzVfxWJZe-J91FM5iRdm85pi0Ex1QV3sr9SfnqkI0xoOinAcJRMT4CM_VvQoRCzAiTbLsBfE3iB57-zVlqI0iCjzwbHOGermGbsU/s1600/DSC08502.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHF9DCRtnLabU6ny8wwMfpHogSK_Fjixm6SKuetlGTzVfxWJZe-J91FM5iRdm85pi0Ex1QV3sr9SfnqkI0xoOinAcJRMT4CM_VvQoRCzAiTbLsBfE3iB57-zVlqI0iCjzwbHOGermGbsU/s400/DSC08502.JPG" width="300" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="font-size: 12.8px;">Alejandro</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Vivir
otra vida… Así como la niña interpretaba un papel que no le correspondía al
traducir a movimientos extravagantes la canción de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sia</i>, yo al menos me sentía <i style="mso-bidi-font-style: normal;">obligado,
</i>por un lado, a sumergirme en la vida de <a href="http://www.larramendi.es/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=1023157" target="_blank">Nicolás Monardes</a> para cumplir con
el compromiso firmado con la <a href="http://www.larramendi.es/i18n/estaticos/contenido.cmd?pagina=estaticos/inicio" target="_blank">Fundación Ignacio Larramendi</a> para redactar la
biografía del médico sevillano. Todo en Lisboa te traslada a otra época y el
autor de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Historia medicinal</i> se
refería en muchas ocasiones a aquellos productos que, procedentes de Brasil, de
la India o de China, arribaban al puerto lisboeta del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Terreiro do Paço</i>. Por otra parte, disfrutaba imaginando la vida en
aquellos edificios levantados después del terremoto de 1755. Meses después,
durante nuestra habitual visita navideña a Elvas, tuvimos la ocasión de conocer
el interior de una vivienda dieciochesca, típica propiedad de un comerciante,
con sus techos pintados, así como los zócalos y una pequeña capilla comunicada
con el dormitorio de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">dueña</i>.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixS0eYOPjxIEYp2H9iNz-dNJBgWRqyncE3w9e7o0oBA7NP_-tEK3kNCvflrBGcFPu1vqP4J4qR3v1aHXzVzetjujHQaV_f4vEViOgSQSXOv4XDXB-d874v7bBqb6TN-1sXySyy_3T0jaU/s1600/DSC08697.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixS0eYOPjxIEYp2H9iNz-dNJBgWRqyncE3w9e7o0oBA7NP_-tEK3kNCvflrBGcFPu1vqP4J4qR3v1aHXzVzetjujHQaV_f4vEViOgSQSXOv4XDXB-d874v7bBqb6TN-1sXySyy_3T0jaU/s400/DSC08697.JPG" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="font-size: 12.8px;">Baena</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Vivir
otra vida… A los pocos días de abandonar Lisboa, y con una interesante bajada
de la temperatura, aterrizamos en Baena, donde pudimos saludar personalmente a
los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">primos </i>Pepe Cortés y Luis Salas,
que ejercieron a la perfección su papel de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">cicerone,
</i>además de recibirnos y agasajarnos como si nos conocieran de toda la vida.
Alojados en la céntrica <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Casa Grande </i>(una
vez más, gracias a Marisa), y de la mano de Pepe y de Luis, Carmen les puso
cara a todas las historias, anécdotas, escenarios y dramas que había escuchado
desde niña de labios de su madre, pisando los lugares donde se desarrollaron,
entre otros, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>los sangrientos episodios
del verano de 1936: la Plaza y el Convento de San Francisco. Esas imágenes
familiares, tan a menudo desdibujadas, de perfiles difuminados por lo inconexo
de los datos con los que estaban formadas, iban adquiriendo cuerpo y sentido a
medida que se contrastaba la dispersa información con que contaban unos y
otros. Pero también planteaba nuevas interrogantes, lo que obligaba a
adentrarse más y más en las interioridades de sus protagonistas: los abuelos y
sus hermanos y primos, para recrear con la mayor fidelidad posible sus vidas. A
finales de mes, regresando al Zújar desde Matalascañas, hicimos un alto en Umbrete
(Sevilla), en casa de Lina Trujillo. La lectura de su novela <a href="http://www.bubok.es/libros/14589/Los-Latidos-del-Tambor" target="_blank">“Los latidos del tambor”</a>, un feliz descubrimiento, nos había acompañado durante todo el mes,
excitando aún más la curiosidad de Carmen al ver en ella confirmadas muchas
historias de familia. La conversación con Lina y con Juan se alargó durante
horas gracias al frescor de la noche en su jardín hasta que, ya avanzada la
madrugada, enfilamos al Pantano afrontando el final de nuestras vacaciones.</span></div>
<div style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div style="clear: both; text-align: justify;">
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVtXmnq6BLt2rOD3rM_o_Fwc1zpRyt801-ApcvZIMztAISpl8cmt93zu-GIBZQM0mrgR817yxMBLjKBUkJ5V-Ac6tb3KEV3c7m8sFJC-pmvGBkzv0Sjhv7YN_NRs8RfLhMBUXy8znPlS8/s1600/DSC08761.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVtXmnq6BLt2rOD3rM_o_Fwc1zpRyt801-ApcvZIMztAISpl8cmt93zu-GIBZQM0mrgR817yxMBLjKBUkJ5V-Ac6tb3KEV3c7m8sFJC-pmvGBkzv0Sjhv7YN_NRs8RfLhMBUXy8znPlS8/s400/DSC08761.JPG" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="font-size: 12.8px;">Inmensos olivares alrededor de Baena</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
</div>
</div>
<div style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-84958228708162112442014-12-15T15:30:00.000+01:002020-01-30T11:56:36.847+01:00Persiguiendo una luz cegadora... "Y a lo lejos, una lucecita" (Manuel Chaves Nogales, 1937)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCas8ClFjpun_7DgDfMmqsZOHKcBWuHRKia90H5TJlpFyK2waDXdsbGpIwFGKVV6FIXHFe3iEK9n34LPYzaO1jeLaO-OrV4C19M6U6F3zp3WJ6SFv6CtgN8zYSwBEJ3zkJ55VFkSGwCCg/s1600/chavesnogales04.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="230" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCas8ClFjpun_7DgDfMmqsZOHKcBWuHRKia90H5TJlpFyK2waDXdsbGpIwFGKVV6FIXHFe3iEK9n34LPYzaO1jeLaO-OrV4C19M6U6F3zp3WJ6SFv6CtgN8zYSwBEJ3zkJ55VFkSGwCCg/s1600/chavesnogales04.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><a href="http://dbpedia.org/page/Manuel_Chaves_Nogales" target="_blank">Manuel Chaves Nogales</a><br />
(Sevilla, 1897-Londres, 1944)</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">En 1937 el semanario
francés <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Candide¸ </i>la revista mexicana<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Sucesos para todos, </i>el diario británico
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Evening Standard </i>y el neozelandés <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Weekly News </i>sacaron a la luz de forma
casi simultánea una serie de relatos de Manuel Chaves Nogales (Sevilla, 1897-Londres,
1944), escritor y periodista español, director del diario <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ahora</i>, afín a Manuel Azaña, entre 1931 y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>noviembre de 1936. Fue durante esos convulsos
días de otoño, con la batalla de Madrid a punto de desatarse y el gobierno de
la República estableciéndose en Valencia, cuando nuestro autor, republicano por
convicción y liberal por temperamento, decide abandonar la capital para
emprender un exilio que le llevará, con su familia, de Barcelona a París y de
allí, perseguido por la Gestapo, a Londres, donde fallecerá a la edad de 47
años.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Poco después de
aparecer dichos relatos, la editorial chilena Ercilla los reunió en un volumen
con el título <i style="mso-bidi-font-style: normal;">A sangre y fuego. Héroes,
bestias y mártires de España</i>, a la que siguieron las ediciones inglesas de
Nueva York, Londres y Toronto entre 1937 y 1938. Curiosamente, la edición
inglesa de Heinemann (Londres-Toronto, 1938) lleva por título el de una de las
narraciones en ella recogidas, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">And in the
distance a light…?<o:p></o:p></i></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El argumento de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Y a lo lejos, una lucecita</i> da pie a
Chaves Nogales a llevarnos de la mano, como Dante por el infierno en la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Divina Comedia</i>, a lo largo de apenas 26
páginas y en el intervalo que va de la noche de un día al amanecer del
siguiente, por la geografía del miedo de una ciudad, Madrid, a cuyas puertas se
aproximan las tropas rebeldes. La excusa: el traslado precipitado de un
depósito de municiones a los sótanos del Teatro Real a causa de una filtración
de su ubicación por los espías al ejército enemigo. En esta atmósfera de
psicosis generalizada Pedro, miliciano anarquista de guardia durante la noche en
una calle del barrio de Salamanca, detecta una luz intermitente transmitiendo
señales desde la azotea de uno de los edificios que custodia. Finalizado su
servicio, ya en el cuartelillo o ateneo libertario instalado en los bajos de
uno de los palacetes del barrio, escucha junto a sus compañeros las soflamas
lanzadas a diario por Queipo de Llano desde Radio Sevilla, insistiendo en la
inminencia de la entrada de las tropas de Franco en la ciudad y apostillando:
“… Sí, señor; han metido las municiones en los sótanos del Teatro Real con
mucho sigilo. Pero aquí se sabe todo. ¡Ja, ja, ja!”. Informado Jiménez, el
responsable del grupo (“un muchachito pálido y delgado, con ojos de loco
disimulados tras unos gruesos cristales”) de la posible existencia de un
emboscado en las proximidades, y enardecidos por las palabras del general <i style="mso-bidi-font-style: normal;">speaker, </i>se inicia una auténtica cacería
del hombre encabezada por él mismo, Pedro y un par de milicianos más.<o:p></o:p></span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkbZx4yGgmscfzxi4gFXB-QYsKCEa-1hGKzlUv89Os0ogwj-iKkbRjIHftBI_8mdTH387zB1LzFLMXNWkgoWdHc_UytVGFe_pQkET8cgOtEc1rIZv6R2WnCaISrbbiOarGTOnWZgbJyZM/s1600/chavesnogales03.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkbZx4yGgmscfzxi4gFXB-QYsKCEa-1hGKzlUv89Os0ogwj-iKkbRjIHftBI_8mdTH387zB1LzFLMXNWkgoWdHc_UytVGFe_pQkET8cgOtEc1rIZv6R2WnCaISrbbiOarGTOnWZgbJyZM/s1600/chavesnogales03.jpg" width="282" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Londres-Toronto, 1938</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Como si de una <i style="mso-bidi-font-style: normal;">road movie</i> se tratara, persiguiendo una
luz capaz de cegar los sentidos, saltamos del barrio de Salamanca a una torre
de Santa Bárbara, y de allí a un hotel de la Gran Vía, el Paseo de Rosales, una
casita en la Cuesta de las Perdices, un hotelito en el Plantío, una choza de
pastor en Torrelodones, un sanatorio antituberculoso cerca de Navacerrada
“evacuado ya a medias” hasta llegar, con las primeras luces del alba a una meta
que, aunque previsible, no deja de sorprender.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Más que los catorce
muertos con que se salda esta carrera infernal, importa destacar el acertado
uso que hace Chaves Nogales de la simbología para expresar la profunda repulsa
que le provoca la guerra y sus secuelas, su capacidad de distorsionar lo humano
que queda en el hombre sometido a presiones extremas. Ya desde el principio, la
calle, y por extensión la ciudad, se presenta como una “sima honda, larga y
negra. Una hendedura [sic] en la corteza de un astro muerto”, idéntica
impresión que inspirará siete años después, el mismo del fallecimiento de nuestro
autor, el primer verso de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hijos de la ira
</i>(Dámaso Alonso): “Madrid es una ciudad de un millón de muertos”.<o:p></o:p></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3ejSzeEewgZw0OvprxQFj1QW6LDTTUvb23EmCYOU5cwNseeAaYvEi2cYUHkMT10AeDvYui-3MZstp1HkuL_4iFp0Arxfd6ZTl1uKQWvothIX_V8g3hghsSmrMtAecOIymAgkGyYkvWgM/s1600/chavesnogales02.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3ejSzeEewgZw0OvprxQFj1QW6LDTTUvb23EmCYOU5cwNseeAaYvEi2cYUHkMT10AeDvYui-3MZstp1HkuL_4iFp0Arxfd6ZTl1uKQWvothIX_V8g3hghsSmrMtAecOIymAgkGyYkvWgM/s1600/chavesnogales02.jpg" width="241" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La edición chilena de 1937</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">También resulta curioso
el abuso de los tópicos, como ya sucediera en la obra de José Herrera “Petere” <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Acero de Madrid</i>, presentando ciertos
barrios de la ciudad con una tacha, merecida o no, de sospechosos, como el
Paseo de Rosales, cuyos residentes, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">todos
acomodados</i>, “habían huído al campo faccioso o estaban presos”; así como la
descripción de los comportamientos, de los que sobresale, por el detenimiento
con el que lo analiza Chaves, el de la señorita Carmiña “hundida entre los
encajes de un lecho de gran espectáculo”, o las pinceladas con las que retrata
y machaca a algunos personajes, así el “buen señor gordo y calvo con aire de
burócrata”<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Los que matan y los que
mueren no le merecen a Chaves Nogales ningún respeto. Él mismo, como confiesa
en el prólogo de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">A sangre y fuego… </i>se
apartó “con asco y con miedo de la lucha”, por lo que su posición respecto a lo
tratado no puede ser más fría y distante. Son simples máquinas de matar y de
morir. Los unos, matan descerrajando un tiro en la nuca de su víctima, a la que
ni siquiera son capaces de mirar a la cara; (“¿Quién era? ¿Cómo sería su cara?
¡Bah! Uno; un enemigo menos. ¿Qué más le daba?”); los otros mueren sin un asomo
de dignidad, sin una protesta, sin apenas defenderse, cayendo “como un
guiñapo”, con “un aire grotesco y elegante de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">pierrot</i> de trapo”, “como en una escena de polichinela, [desplomándose]
sin proferir un grito”, “sobre la grava del sendero quedó tirada una pierna
fina y larga como esas piernas de cera que se exhiben en los escaparates”. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYfKQkDUcVdLfNX1AkE8jJfQV535yUPltBAhgqRF9X25TCHe0MDlAxojSIEvuuhGYUtawV_WWP9C1q2yesE8mJycfG1u0_TICCy_-Yp3S7iRMeQ4qAdhtQlQqJHvtxDbv8-LbtzgZtQhI/s1600/chavesnogales05.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="287" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYfKQkDUcVdLfNX1AkE8jJfQV535yUPltBAhgqRF9X25TCHe0MDlAxojSIEvuuhGYUtawV_WWP9C1q2yesE8mJycfG1u0_TICCy_-Yp3S7iRMeQ4qAdhtQlQqJHvtxDbv8-LbtzgZtQhI/s1600/chavesnogales05.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Chaves Nogales y Fernando de los Ríos</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">No hay grandeza en los
que asesinan por la espalda, como tampoco la hay en la señorita Carmiña, la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">amiga </i>del Ministro de la Gobernación y
del Director General de Seguridad, en el comandante de Ingenieros, en el
“pastor” que muere blasfemando, y en cuya coronilla “erizada de pelos cortos y
tiesos, se le advertía aún la señal de la tonsura”…<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Por no hablar de
aquellos personajes menores definidos por su actitud: los dos milicianos que no
dudan en abandonar a Pedro y a Jiménez cuando descubren la locura que los
empuja al abismo; los tuberculosos ingresados en el sanatorio, “fascistas unos
y antifascistas otros, se agredían verbalmente desde sus camastros con una saña
verdaderamente patológica”; los porteros delatores, el camarada <i style="mso-bidi-font-style: normal;">comptoir </i>del hotel de la Gran Vía
insistiendo a los milicianos en que hicieran desaparecer el cadáver del joven
aviador republicano por el hueco del ascensor… Y, por encima de todo, ese miedo
que todo lo apunta y contamina:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“No había miedo de que
el estrépito de la descarga alborotase a la vecindad. Ni una sola ventana se
abrió; ni una voz alarmada pudo oírse… En el cuarto inmediato, el inquilino
comprobó satisfecho que los tiros no le habían matado a él, se tapó la cabeza
con la almohada y así se estuvo quieto, quieto, hasta que fue de día”<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El hombre reducido a su
condición animal se guía siempre por el hambre (recordemos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las últimas banderas</i>, de Ángel María de Lera </span><span style="color: #222222; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">“Si la gente comiera, siquiera
medianamente, terminarían la guerra nuestros nietos”), una sensualidad
desaforada y rijosa (que tiñe gran parte de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">San
Camilo</i>, de C.J. Cela: “</span><span style="font-family: "calibri";"><em><span style="color: #222222; font-size: 12pt; line-height: 115%;">si un hombre está cachondo y además le remuerde la
conciencia, ¿qué más puede pedir?”), </span></em><em><span style="color: #222222; font-size: 12pt; font-style: normal; line-height: 115%;">el miedo al que acabamos de referirnos, tan presente en otros cuentos
de Chaves (</span></em><em><span style="color: #222222; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Massacre, massacre</span></em><em><span style="color: #222222; font-size: 12pt; font-style: normal; line-height: 115%;">,
por ejemplo) y el sueño, del que tanto se queja Pedro en este relato: “De la
guerra y la revolución … lo peor es el sueño que se tiene siempre. ¡Si se
pudiera dormir! La guerra y la revolución serían menos duras y menos crueles si
los hombres que las hacen hubieran dormido bien…”</span></em></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<span style="font-family: "calibri";"><span style="color: #222222; font-size: 12pt; font-style: normal; line-height: 115%;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEpH3eM6DCXxwpYPXnyLnBNQ3xRlrm3WbNLOVwe3ColZqj_bYMswzqHk8f1ehSstUDqUCiMmJmByWCmW_v5nGbCUcqbE8J8Gqp-c1i5sThcO8CsL8qjBWiU1C5TboSe6zAhShqjbr3NUQ/s1600/chavesnogales06.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="287" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEpH3eM6DCXxwpYPXnyLnBNQ3xRlrm3WbNLOVwe3ColZqj_bYMswzqHk8f1ehSstUDqUCiMmJmByWCmW_v5nGbCUcqbE8J8Gqp-c1i5sThcO8CsL8qjBWiU1C5TboSe6zAhShqjbr3NUQ/s1600/chavesnogales06.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Chaves Nogales y Kerensky en 1931</td></tr>
</tbody></table>
<o:p></o:p></span></span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Y a lo lejos, una lucecita</i>, así como el
resto de las narraciones que forman <i style="mso-bidi-font-style: normal;">A
sangre y fuego…</i> no podía gustar ni a tirios ni a troyanos, es un hecho que
explica el silencio que rodeó la obra de Manuel Chaves Nogales, a excepción de
la biografía de Juan Belmonte (1934), durante más de setenta años. Felizmente
recuperada la producción del periodista gracias al trabajo de María Isabel
Cintas a partir de 2011, el mismo año que Jaime Márquez Sierra publicó una
reseña de la obra en el número 20 de esta revista, ya va siendo hora de situar
al sevillano en el lugar que se merece dentro del panorama de la literatura
española sobre la guerra civil.</span><br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheGqqak6bZdu27_wLhgtSB-E9Glzw6oaTLbbArp8UeQ85s1rIqOuuvX7KEnQBNoKC-xHU-55i7xjRPsuAnFFAB3jFHBhWGo4PkroKXSV05ZoFwhI1Klzl8aWKkj9OR0d_XUFbwzXjrLM0/s1600/a+sangre+y+fuego.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheGqqak6bZdu27_wLhgtSB-E9Glzw6oaTLbbArp8UeQ85s1rIqOuuvX7KEnQBNoKC-xHU-55i7xjRPsuAnFFAB3jFHBhWGo4PkroKXSV05ZoFwhI1Klzl8aWKkj9OR0d_XUFbwzXjrLM0/s1600/a+sangre+y+fuego.jpg" width="255" /></a><br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJWo1jRJJK_ptCQMA_GEHs8KNqoRtexKvHuR39sid4t8N6bReRT3eUE-SDgbkohJmOvIKHXktv5gX9uXfQqfG-VkE10IIiM1imLtwM-Uwt3rBX6s2sRguJeSwRHFzBwEKFMpKB8___gjE/s1600/FM26_P%C3%A1gina_1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJWo1jRJJK_ptCQMA_GEHs8KNqoRtexKvHuR39sid4t8N6bReRT3eUE-SDgbkohJmOvIKHXktv5gX9uXfQqfG-VkE10IIiM1imLtwM-Uwt3rBX6s2sRguJeSwRHFzBwEKFMpKB8___gjE/s1600/FM26_P%C3%A1gina_1.jpg" width="452" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
Este artículo fue publicado en la revista "Frente de Madrid"</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhV16FDrUXkfLeU8tcUnOqrqYnJuz55iXdA4PJae3vsv7Wtfhawc_EfDLK5IS-i-oCwR0C_TpGZkKHr_6KUKj7RxUQ98yw3W6x9N1jlPUCtYawioCFGHhyphenhypheneDCoEkNPJ-HPodM49tKcWfA/s1600/FM26_P%C3%A1gina_2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhV16FDrUXkfLeU8tcUnOqrqYnJuz55iXdA4PJae3vsv7Wtfhawc_EfDLK5IS-i-oCwR0C_TpGZkKHr_6KUKj7RxUQ98yw3W6x9N1jlPUCtYawioCFGHhyphenhypheneDCoEkNPJ-HPodM49tKcWfA/s1600/FM26_P%C3%A1gina_2.jpg" width="443" /></a></div>
</div>
Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-5436720742700279202014-12-01T15:00:00.000+01:002016-05-11T12:49:58.129+02:00Luis S. Granjel (1920-2014). In memoriam<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Creo que fue a mediados de 2012. Estaba sentado con Julián
Sanz Esponera mientras Mercedes recogía el coche para regresar a Salamanca. Bromeaba
feliz, radiante, satisfecho después de entregar los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">trastos </i>a su sustituto. Desde entonces, manteníamos una regular
comunicación telefónica y comprobaba con tristeza cómo se iban apagando sus fuerzas,
pero no así sus ganas de trabajar. No hace mucho, con la intención de abrir la
espita del recuerdo, hablamos de los últimos días de la Guerra Civil y lamenté
sinceramente que se hubiera negado a escribir sobre las experiencias vividas y
todas aquellas personas con las que trató, auténticos protagonistas de un siglo
XX, un siglo que se cierra con él.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
</span><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"> La tarde del sábado, 29 de noviembre, murió <a href="http://es.dbpedia.org/page/Luis_S%C3%A1nchez_Granjel" target="_blank">Luis S. Granjel</a> a los 94 años
de edad. Con él se va una forma de hacer historia, una manera de estar en el
mundo. Descanse en paz.</span><br />
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times";">Reproduzco a continuación un texto que escribí en este mismo sitio hace más de dos años.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;">
<strong>Luis S. Granjel (Segura [Guipúzcoa], 1920). La pasión por el trabajo.</strong></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;">
<strong>23 de marzo de 2012.</strong></div>
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
</span><br />
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKK-l9vmLoqORsKcGBkwD6-hEsToFJiy2UVTHRUboYVTNDOiMU0MQQkB8wYEo98JliD9noCMvmBMcp1ckv2q9Gk8HX5Zilqub2fmLi4QuR1jOUheTibmZ5KlEbvyGJhPSUevBNw3en4w4/s1600/granjel+foto.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKK-l9vmLoqORsKcGBkwD6-hEsToFJiy2UVTHRUboYVTNDOiMU0MQQkB8wYEo98JliD9noCMvmBMcp1ckv2q9Gk8HX5Zilqub2fmLi4QuR1jOUheTibmZ5KlEbvyGJhPSUevBNw3en4w4/s1600/granjel+foto.jpg" /></span></a><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">El martes pasado no pudo disimular su enojo. Mientras le exponíamos Araceli y yo el proyecto que poco después iba a ser presentado a la Junta Directiva de la Academia, aumentaba su inquietud, su disgusto al sospechar que el trabajo de descripción archivística se vería interrumpido indefinidamente. De poco sirvieron nuestras protestas y explicaciones. A pocos meses de dejar su cargo de Académico Bibliotecario, confirmaba uno de sus grandes temores: el catálogo del Archivo no vería la luz antes de 2012.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">La elaboración de la <em>Historia de la Real Academia Nacional de Medicina </em>(2006) le puso en contacto con la documentación recogida en su archivo, así como con la casi total ausencia de instrumentos de descripción capaces de recuperar de forma satisfactoria la información contenida en el mismo. Este hombre metódico, con una enorme capacidad de trabajo, que siente como una obligación moral inherente al cargo que desempeña dejar un testimonio fehaciente de su paso por el mismo, apoyó sin reservas mi propuesta de encargarme de la catalogación, bajo su directa supervisión, de los más de dos centenares de legajos y otros materiales que daban fe de la andadura de la Real Academia Nacional de Medicina desde su fundación allá por 1733. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br />
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br />
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">La confianza que </span><a href="http://es.dbpedia.org/page/Luis_S%C3%A1nchez_Granjel" target="_blank"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Luis S. Granjel</span></a><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"> depositó en mí, traducida en el reconocimiento remunerado de un trabajo intelectual justo en el momento en el que esperábamos la llegada de nuestro segundo hijo, justifica estas líneas de homenaje y sincero agradecimiento.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br />
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
</span><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
</span><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
</span><br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgtnK52D1Gp4YtcuTBDN5eNnmsBUn9pgKGQChegt9paW4Wqk6fpEFBtVa1xGVAADl6hzHNsam3QDpGpWt_OAT-DQHUpHO0B9zuYY2HTpmjLIfyTy8ixdp3RG4e3qSdC8ZBMN0TH7tQU88/s1600/granjel1.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgtnK52D1Gp4YtcuTBDN5eNnmsBUn9pgKGQChegt9paW4Wqk6fpEFBtVa1xGVAADl6hzHNsam3QDpGpWt_OAT-DQHUpHO0B9zuYY2HTpmjLIfyTy8ixdp3RG4e3qSdC8ZBMN0TH7tQU88/s320/granjel1.jpg" width="222" /></span></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><strong><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Tomo V y último de su <em>Historia general de la </em></span></strong><br />
<strong><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><em>medicina española </em>(1985), que cubre desde </span></strong><br />
<strong><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">principios del s. XIX hasta 1936</span></strong></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Hoy lamento no haber registrado todas las conversaciones celebradas con el Profesor, esa ventana abierta a la historia de España de los últimos setenta años. Un simple estímulo, un comentario <em>al hilo de</em>, eran/son suficientes para provocar una lección magistral. Al principio, esas lecciones se limitaban a eso, casi a discursos, a emocionadas peroratas que no daban opción a intervención alguna. Con el tiempo, el monólogo fue dando paso a un diálogo, que daba pie a saltar de un tema a otro, de una época a otra, hilvanando datos, anécdotas y curiosidades capaces por si solas de completar un volumen de historia vivida. En más de una ocasión le sugerí la empresa, pero él se ha negado de forma sistemática a escribir sobre el presente, sobre la actualidad que comienza con la guerra civil.</span><br />
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Lo repito. Me arrepiento enormemente de no haber anotado, a modo de periodista, el resumen de todas las charlas mantenidas con Granjel, que recordaba la figura de Unamuno paseando por las calles de Salamanca, o la amistad entablada años después con Pío Baroja, del cual siempre llevaba consigo una novela para leer en el tren, o del comentario que corría por las tertulias que regentaba Antonio Tovar acerca de Carmen Martín Gaite y las "cosas raras" que escribía a raíz del tifus que padeció... Entre ambos momentos, la guerra civil que se llevó por delante a un hermano suyo, y a él mismo a las proximidades del frente de Madrid, en Pozuelo; y a punto estuvo de participar en la última gran batalla de la contienda que se desarrolló al sur de la provincia de Badajoz a principios de 1939, de no ser por una enfermedad que le devolvió a Salamanca...</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
</span><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
</span><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
</span><br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIlsR1IubwfgElS1Y26sYFfwXBTuEzhnhEFWX1y8LY1QDMTDLB20EL8CdRhVapd7J_VEX_PA-3DNdhL_3QA3lCpsEqbWUoVUaSjJzKSax8M5qz5UF4Buv2_DwAsMIxEr20mNVmtb4tDEQ/s1600/granjel3.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIlsR1IubwfgElS1Y26sYFfwXBTuEzhnhEFWX1y8LY1QDMTDLB20EL8CdRhVapd7J_VEX_PA-3DNdhL_3QA3lCpsEqbWUoVUaSjJzKSax8M5qz5UF4Buv2_DwAsMIxEr20mNVmtb4tDEQ/s320/granjel3.jpg" width="233" /></span></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><strong><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Publicada en 2008, dedicada por el autor a la </span></strong><br />
<strong><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Real Sociedad Bascongada de Amigos</span></strong><br />
<strong><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">del País, donde ingresó en 1982</span></strong></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Historiador de vocación, su carrera médica, orientada hacia la psiquiatría, se vería afortunadamente truncada durante los cursos de doctorado a principios de los cuarenta, tras un encontronazo con Vallejo Nájera, factótum por aquel entonces de la disciplina en España. Una de las asignaturas la impartía Marañón, que acudía a la Facultad en un coche de la embajada británica, ya que su situación, nada más regresar del exilio, no debía estar muy clara. De Marañón escribiría la primera y una de las mejores biografías en 1960, que publicaría Gredos, la prestigiosa editorial donde conoció a Torrente Ballester, que también tramitaba la edición de su famoso manual de literatura...</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">El camino hacia la simbiosis entre la medicina y la historia se lo abrió Laín Entralgo cuando, al ver cerradas las puertas de la psiquiatría, le aconsejó, casi le hizo el encargo de dedicarse al estudio de la historia de la medicina española, campo que desde que fuera trillado, a principios del siglo XIX, por Villalba, Chinchilla y Hernández Morejón, había permanecido inculto e intransitado. Y se puso a la tarea con el mismo ahínco que aún hoy, a sus 92 años y con las limitaciones que la edad impone a la vida, imprime a los trabajos que emprende, e impresiona a propios y extraños. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Es la <em>laborterapia </em>de que habla mi amigo Juan Casco Solís, único salvavidas al que aferrarse si las desgracias familiares o la enfermedad hacen estragos en uno. Del marasmo que le produjo la muerte de su mujer y de un hijo muy joven, consiquió salir redoblando los esfuerzos invertidos en el trabajo cuando, una vez jubilado o próximo a retirarse, alejado de las aulas, se podía permitir el lujo de practicar el ocio.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsQnoLEglZtx0q_5F7_axkdnePfqecjJcGrPr3JHejcpsaaJRRWp1LQt9pfy6usp0Z8BkwL55wfX1iHtFLAKHmQHVCAVsiEhjowyn1Hyo8GUn0VqAPc-raje_4YOcsC7n6sDjvlSGGeug/s1600/granjel5.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsQnoLEglZtx0q_5F7_axkdnePfqecjJcGrPr3JHejcpsaaJRRWp1LQt9pfy6usp0Z8BkwL55wfX1iHtFLAKHmQHVCAVsiEhjowyn1Hyo8GUn0VqAPc-raje_4YOcsC7n6sDjvlSGGeug/s320/granjel5.jpg" width="237" /></span></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Trabajo y rutina. El 12 de marzo de 2003, hace ahora nueve años, ingresa en la Academia de Medicina. Tiene 83 años, lo que no le impide viajar todos los martes a Madrid. <em>Obligado</em> a participar en la vida de la Academia, presenta comunicaciones, interviene activamente en las conferencias de su especialidad. Pasa la noche en un hotel de la Cuesta de Santo Domingo y los miércoles por la mañana trabaja en la Biblioteca, para regresar a Salamanca, en tren, al mediodía. Aunque, en su opinión, el café que sirven en Madrid es muy malo y los colchones de los hoteles habría que tirarlos a la basura, persiste en sus viajes semanales, hasta que un par de caídas, y el lógico temor de sus hijos a que sufra un accidente más grave, le <em>sugieren </em>espaciar sus venidas a Madrid. Algún que otro achaque le mantuvo en la inactividad durante cierto tiempo. Por teléfono me transmitía su contrariedad, y se podía adivinar un conato de depresión. Las molestias en la espalda y en las piernas le dieron como compañero un bastón del que ya no se desprende.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
</span><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
</span><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
</span><br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu-LEdr6gVwuoVm3EB5bPrRMVljScRcnRg54AskEyjdvvpGdvcAHhM7HFUAmaYWxORJeFoMUBMXbOfxoL1YdndaKYjqR0WSGULgoX557sGl1EYreibnKwxo_Ll7Tl8RkLKooJ2EXzNZTc/s1600/granjel2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu-LEdr6gVwuoVm3EB5bPrRMVljScRcnRg54AskEyjdvvpGdvcAHhM7HFUAmaYWxORJeFoMUBMXbOfxoL1YdndaKYjqR0WSGULgoX557sGl1EYreibnKwxo_Ll7Tl8RkLKooJ2EXzNZTc/s320/granjel2.jpg" width="227" /></span></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><strong><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Cuando todo estaba por hacer...</span></strong></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">No hace mucho, me transmitió un plan de trabajo personal que abarcaba la friolera de tres años, en los que tenía que ventilar todo el material acumulado en cajas y carpetas, entre el cual se encontraba el relativo a una inconclusa historia de la vejez. Pero no debe extrañarnos. Con un tesón a prueba de bombas, levantó <em>ex nihilo</em> todo un centro de investigación de historia de la medicina, el <em>Seminario de Historia de la Medicina Española, </em>vinculado a la Universidad, en el palacio salmantino de Fonseca, reuniendo un gran número de ejemplares microfilmados de los títulos más significativos de la medicina clásica hispana, sobre los que puso a trabajar a un nutrido grupo de investigadores, a partir de una guía, una especie de catecismo que publicó en 1961: <em>Estudio histórico de la medicina. Lecciones de metodología aplicadas a la historia de la medicina española. </em>Allí debió concebir el ambicioso plan editorial que dio a luz múltiples publicaciones monográficas, tanto propias como de sus alumnos, y una de las revistas más interesantes de su campo: <em>Cuadernos de Historia de la medicina española </em>(1962-1975), donde se podía leer a todos los que tenían que decir algo en la materia: Diego Gracia Guillén, Agustín Albarracín Teulón, Antonio Carreras Panchón, Juan Riera, José Danon, Linage Conde, José María López Piñero, Rafael Sancho de San Román, José R. García-Talavera, Juan Luis Carrillo, Luis García Ballester..., unos, tristemente desaparecidos, otros, aun en activo, todos ellos creadores de escuela en los departamentos de historia de la ciencia de las diferentes universidades o en el Instituto de Hstoria del CSIC. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
</span><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
</span><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
</span><br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWYLEb21IFd16ko6rOfB8hL5jf60zGONAf215iQ461EwFBhSigEkC7gm1FJ1-MLIcao2hK28J2oU0LxyM-Yxe4Ul8XJ9_dy_8Y3Vdlw4jRmt9wy_NdBLPJWO8rSaU0Jh2RLr3oH1JBmqc/s1600/granjel4.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><img border="0" height="232" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWYLEb21IFd16ko6rOfB8hL5jf60zGONAf215iQ461EwFBhSigEkC7gm1FJ1-MLIcao2hK28J2oU0LxyM-Yxe4Ul8XJ9_dy_8Y3Vdlw4jRmt9wy_NdBLPJWO8rSaU0Jh2RLr3oH1JBmqc/s320/granjel4.jpg" width="320" /></span></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><strong><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Luis S. Granjel siempre ha supervisado muy de cerca la </span></strong><br />
<strong><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">edición de sus trabajos, sobre todo los aspectos tipográficos</span></strong></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Resulta asombroso (y envidiable) su afán de independencia, de "no molestar a nadie", como él dice. Pasea todas las mañanas antes de que las calles de su ciudad se llenen de turistas y de universitarios. Lee y trabaja hasta que se le cansa la vista. Y protesta. Protesta porque ya no tiene la misma energía que años atrás. Puede parecer huraño, un tanto misántropo al expresar su indiferencia hacia todo lo que no le interesa personalmente. Pero casi un siglo de vida te da derecho a eso y mucho más.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
</span><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
</span><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">
</span><br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDixBLY52qzS7FvkssrLTpMhfgHqFaqW4kU9n0aqlQ0b63K8H-ATkA3OE83aH49CNHUZ71Pprta6_57-yH24C16jQTdfxZy1ILjOBfOHZKNZZAkZagHEKKtMpdZeEMQYa5J3PBjB0bMxs/s1600/granjel6.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><img border="0" height="282" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDixBLY52qzS7FvkssrLTpMhfgHqFaqW4kU9n0aqlQ0b63K8H-ATkA3OE83aH49CNHUZ71Pprta6_57-yH24C16jQTdfxZy1ILjOBfOHZKNZZAkZagHEKKtMpdZeEMQYa5J3PBjB0bMxs/s400/granjel6.jpg" width="400" /></span></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><strong><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Su penúltimo proyecto de recuperación </span></strong><br />
<strong><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">de los clásicos españoles. La modesta pero elegante</span></strong><br />
<strong><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">edición facsímil de la obra del médico español</span></strong><br />
<strong><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Martín Martínez (1684-1734)</span></strong><br />
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br /></td></tr>
</tbody></table>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"></span><br />
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Últimamente bromea con los cambios que aprecia a su alrededor. Injustamente amortizado, no se recata a la hora de ironizar sobre el rumbo que adoptan aquellas instituciones por las que tanto ha luchado durante años. Asomado a la atalaya levantada por la edad, la experiencia y el aval de un trabajo concienzudo, puede discernir lo permanente de lo efímero, lo consistente de lo frágil y endeble, virtud esta que no le es dada a todo el mundo.</span><br />
<span style="font-family: "times";"></span><br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "times";">----------------------</span></div>
<span style="font-family: "times";"></span><br />
<span style="font-family: "times";"><a href="https://www.flickr.com/photos/81249378@N05/sets/72157635557829085/" target="_blank">Fotografías</a> tomadas durante el homenaje que le hizo el Colegio de Médicos de Salamanca.</span><br />
<span style="font-family: "times";">Semblanza de Luis S. Granjel escrita por <a href="http://salamancartvaldia.es/not/63441/fallece-luis-sanchez-granjel-figura-de-renombre-en-el-mundo-de-la-historia-de-la-medicina/" target="_blank">José María Urkia Etxabe</a>.</span><br />
</div>
Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-91086247645654724742014-10-22T18:30:00.000+02:002014-11-17T14:15:17.057+01:00Fundación Telefónica<br />
<div style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiT2Gj_wjzkJkr7DhR3k8xz5et_VmfMY4qbyNN6mDUSmgeol2EV6VETW1JoiPRDL5t4BXlxjQEgP9CBTRr3toAitB_-E5jrEsk5ZB17fZy5OfJaM0tWK5OeyZzCZm30w_SYgGZzyecdtkE/s1600/telefonica01.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiT2Gj_wjzkJkr7DhR3k8xz5et_VmfMY4qbyNN6mDUSmgeol2EV6VETW1JoiPRDL5t4BXlxjQEgP9CBTRr3toAitB_-E5jrEsk5ZB17fZy5OfJaM0tWK5OeyZzCZm30w_SYgGZzyecdtkE/s1600/telefonica01.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiT2Gj_wjzkJkr7DhR3k8xz5et_VmfMY4qbyNN6mDUSmgeol2EV6VETW1JoiPRDL5t4BXlxjQEgP9CBTRr3toAitB_-E5jrEsk5ZB17fZy5OfJaM0tWK5OeyZzCZm30w_SYgGZzyecdtkE/s1600/telefonica01.jpg" height="320" width="212" /></a><br />
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">A comienzos de los años ochenta solía quedar con mis amigos de entonces, todos vecinos del centro de Madrid, en la esquina de Gran Vía con Silva, muy cerca del cine Rex. Todavía puedo recordar el enorme cartel con una Catherine Deneuve maniatada anunciando la película "<em>Belle de jour"</em> que por aquellos días proyectaban en la sala. La imagen de la espléndida protagonista de la cinta basada en novela de Joseph Kessel, acompañada del olor dulzón e inconfundible del ambientador que se escapaba a ráfagas del local, quedarán siempre asociados en mi memoria a la imagen que conservo desde la adolescencia de esa <i style="mso-bidi-font-style: normal;">arteria</i> madrileña y a la que ya me he referido en alguna ocasión: algo a medio camino entre lo cosmopolita y lo sensual, lo ultramoderno y aquello que encierra un peligro desconocido, lo tradicional y lo vanguardista, lo futurista y lo impersonal…<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Cuando, un par de sábados atrás, pasamos con los niños por delante del edificio que levantara Luis Gutiérrez Soto en 1943, se me cayeron los palos del sombrajo: estaba abandonado de mala manera, lleno de basura y desperdicios, engrosando las filas de otros inmuebles de la zona, que exhiben, a través de los huecos de sus ventanas, interiores vacíos y desnudos (el Edificio España, sin ir más lejos) sobre los que planean, con el beneplácito de las autoridades bancarias y municipales, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>las alas de un incierto grupo de inversores con intenciones no del todo claras.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Esquivando las oleadas de turistas para los que la Gran Vía no deja de ser una postal más, llegamos al primer <i style="mso-bidi-font-style: normal;">rascacielos </i><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de la capital. Alguien dijo en un tono castizo que Madrid era un pueblo grande con un rascacielos pequeñito, refiriéndose a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">la Telefónica</i>, un alarde arquitectónico diseñado y construido por Ignacio de Cárdenas Pastor entre 1926 y 1929. Hoy es sede de la Fundación Telefónica Movistar y allí llevamos a los niños a un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">evento </i>en torno a los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Jedi</i> .</span> </div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrJ4xgKsIn9Cxa8Akat80PIL17lFYM-Buhf3KP7Jiam29inz9W4s8NiZ_Mv8DR0_ji-BrcJHkkItyDRAYp_KrIYZy304xa_Imvr_LOyCm3OlU7Pd7ne8Zsh6DJwV0YeVMFvS-3zuLz5Ls/s1600/telefonica02.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrJ4xgKsIn9Cxa8Akat80PIL17lFYM-Buhf3KP7Jiam29inz9W4s8NiZ_Mv8DR0_ji-BrcJHkkItyDRAYp_KrIYZy304xa_Imvr_LOyCm3OlU7Pd7ne8Zsh6DJwV0YeVMFvS-3zuLz5Ls/s1600/telefonica02.jpg" height="320" width="213" /></a><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Lo que quiero destacar aquí no es el espectáculo de los caballeros <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Jedi </i>con sus rutilantes espadas laser entrenando a los críos en su manejo pues, en realidad, yo no soy un devoto fan de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Star Wars </i>y sus secuelas.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Verdaderamente reseñable es el acierto a la hora de ofrecer un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">espacio </i>al público donde convive en perfecta armonía un Museo de las Telecomunicaciones (con sus entrañables centralitas que yo llegué a conocer en Orellana, y esas <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">operadoras</i> de negro hasta los pies vestidas manipulando con maestría unos cables infernales) en el que se muestra de forma didáctica y atractiva un recorrido por la historia de la comunicación en general y de la telefonía en particular, con una serie de exposiciones temporales de indudable interés, todo ello alrededor del mundo de la tecnología, la ciencia y la vanguardia. Pero aún hay más (aparte de una tienda con unos precios más que asequibles: Carmen me regaló una libreta en cuyas tapas aparecen diferentes imágenes de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">la Telefónica </i>en construcción): el logro de combinar con maestría lo actual con lo clásico, lo original con lo efímero y en constante evolución. A cada paso, entre los detalles de tecnología puntera y espectacular, dispositivos de última generación, pantallas e iluminación, talleres para niños, puntos de atención al público… asoma el alma del edificio en molduras y techumbres, solados y jambas, mármoles y escaleras, transmitiendo una confortable sensación de continuidad.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Finalizada la visita, con un cielo que al poco se derrumbó en un aguacero tropical, no podía dejar de comparar lo alcanzado por esta Fundación con el humo y el ruido que pretenden vender otras entidades homólogas vinculadas a distintas instituciones. Y desde ese pequeño oasis de la Red de San Luis, maridaje perfecto de tradición y modernidad, recordaba esa otra Gran Vía, la del cine Rex, donde hacia 1981 o 1982 <i style="mso-bidi-font-style: normal;">echaban </i>sin pudor y con bastante éxito películas rodadas 15 años atrás.</span> </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBj8Tr3Wo98_TgpT1MgyrkDyUVpht-m488wBqz39F8NFaPFMQ_jF_y6FAABLn9LDNI5Z3coEXwLkvvlhORK8RM7ME9dV-AQBYrMEil-VAEI1dMW6hoA0U1P8Uw_3W3WVU7yrFqmvHyUUc/s1600/telefonica03.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBj8Tr3Wo98_TgpT1MgyrkDyUVpht-m488wBqz39F8NFaPFMQ_jF_y6FAABLn9LDNI5Z3coEXwLkvvlhORK8RM7ME9dV-AQBYrMEil-VAEI1dMW6hoA0U1P8Uw_3W3WVU7yrFqmvHyUUc/s1600/telefonica03.jpg" height="265" width="400" /></a></div>
</div>
Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-76607443682091088972014-10-15T20:57:00.000+02:002014-10-15T20:57:15.727+02:00Resurrección de Lazar(ill)o<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitDJcC_GOiUUaPybQcPPl8ojBV9LPTqUqOCNo3-aEG54syb5HeSV4MfrH93v2JjlKt8YI5QLhzxhYbucV0T31bHCFSUHoTgnt1ekjMjoS7tbHRhfBvRly1knpkJ7jAISvshIwXa2xuaAs/s1600/muerte+de+colon340.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrmBrnMNYL5GucebJjwqKkVRvjfO7BVM-nz7GYkXgY7Hv6VqCtdECQrCU9oeXfWoHy6_uzT-54-40uGczbo6QSUT7buL2k1O4c05ofHlmZLr53731msBtQYALsTQENx75sS2vmve8Qrus/s1600/celestina-de-picasso1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjS5DXhiJ4wXtLuIULg0R-Z57nV_WB1YeZxf9oun_VkUPfZ8z0wRtOdUBUZp9CdC7enq1IC-H2dmFPm-KOowTcC-oo3fNwOFUbBmAqZj1RFSnIz10KSa9L5VSAJ9z1qXhP2boIpUSILdAc/s1600/Lazarillo_de_Tormes_de_Goya.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjS5DXhiJ4wXtLuIULg0R-Z57nV_WB1YeZxf9oun_VkUPfZ8z0wRtOdUBUZp9CdC7enq1IC-H2dmFPm-KOowTcC-oo3fNwOFUbBmAqZj1RFSnIz10KSa9L5VSAJ9z1qXhP2boIpUSILdAc/s1600/Lazarillo_de_Tormes_de_Goya.jpg" height="320" width="252" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizhtCJJzn4jwp85l4kFXz6M2hjklv9FrADbn5n9_ig0wMEOb4Y3HvNRWRyVs6vRqEF6UO_ptLSvkipG6pWqnnLVRi9PlWsLUSfataOq9IFbdcROcfptiVz5-uF7GbBIXwZxlRVhUWYGBU/s1600/quijote+Enjaulado_0.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"></a><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Si Carmen no quiere
sacarle partido a su reflexión, lo haré yo: es lo malo que tiene no registrar
adecuadamente las ideas que se nos ocurren, que viene cualquier mandria desocupado
y se apropia de ellas sin el menor recato y disimulo. No es mi caso, que
conste. Yo citaré, de hecho estoy citando, la fuente autorizada y, con un poco
de suerte, le animo de esta manera a plasmar negro sobre blanco este y otros
muchos pensamientos que comparte conmigo.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El asunto tiene
enjundia, y como punto de abordaje de un análisis de la cultura resulta
impecable y atractivo. Admitiendo que las cimas literarias y biográficas de un pueblo o
comunidad son representativas y dicen mucho de aquellos que las produjeron y
dieron cobijo, y del ambiente que respiraron y de alguna manera transmitieron generación
tras generación hasta el día presente, basta con dar una vuelta por el panorama
español para echarnos las manos a la cabeza y pedir asilo político a
Liechtenstein.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizhtCJJzn4jwp85l4kFXz6M2hjklv9FrADbn5n9_ig0wMEOb4Y3HvNRWRyVs6vRqEF6UO_ptLSvkipG6pWqnnLVRi9PlWsLUSfataOq9IFbdcROcfptiVz5-uF7GbBIXwZxlRVhUWYGBU/s1600/quijote+Enjaulado_0.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizhtCJJzn4jwp85l4kFXz6M2hjklv9FrADbn5n9_ig0wMEOb4Y3HvNRWRyVs6vRqEF6UO_ptLSvkipG6pWqnnLVRi9PlWsLUSfataOq9IFbdcROcfptiVz5-uF7GbBIXwZxlRVhUWYGBU/s1600/quijote+Enjaulado_0.jpg" height="320" width="228" /></a><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Un puñado de ejemplos
tomados de la literatura y de la vida real son suficientes para mover a una
meditación convulsa y sobresaltada, pues nuestro Siglo de Oro, aquel en el que
consciente o inconscientemente nos queremos ver singularizados y diferentes de los demás,
parió nada más y nada menos que a Alonso Quijano, Celestina, Lazarillo y
Cristóbal Colón. Obviamente, a muchos más. Pero si desgajamos estos cuatro
pilares del edificio que conforma nuestra cultura, lo que quedaría de ella no
sería más que un amasijo deforme e irreconocible, un monigote en el que no
sabríamos (ni querríamos) vernos retratados.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Quijote, Celestina,
Lazarillo y Colón que, aunque genovés de nación, su vida solo cobra sentido en nuestro
suelo... Un loco, una puta, un golfo ladronzuelo y un visionario irresponsable....
Un zumbado que tenía a torteruelo a todos los que le rodeaban, una vieja bruja intrigante y aduladora que se
lucraba explotando y estimulando los instintos más rastreros de la gente, y un
constructor de castillos en el aire que, sin la más mínima certeza científica de
la viabilidad de su proyecto, se embarcó en el mismo con el dinero de los demás
y murió sin tener la menor idea del lugar al que había llegado.</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrmBrnMNYL5GucebJjwqKkVRvjfO7BVM-nz7GYkXgY7Hv6VqCtdECQrCU9oeXfWoHy6_uzT-54-40uGczbo6QSUT7buL2k1O4c05ofHlmZLr53731msBtQYALsTQENx75sS2vmve8Qrus/s1600/celestina-de-picasso1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrmBrnMNYL5GucebJjwqKkVRvjfO7BVM-nz7GYkXgY7Hv6VqCtdECQrCU9oeXfWoHy6_uzT-54-40uGczbo6QSUT7buL2k1O4c05ofHlmZLr53731msBtQYALsTQENx75sS2vmve8Qrus/s1600/celestina-de-picasso1.jpg" height="320" width="240" /></a><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Parece triste que cinco siglos
no sean suficientes para que estos tipos dejen de encarnarse una y otra vez y
regresen definitivamente a su mundo de fantasía y pesadilla, de cuyos ropajes literarios nunca se debieron desprender. Hoy, como ayer y
como mañana, padecemos la resurrección del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lazarillo</i>
(!ay, el episodio de Lázaro y el ciego!) que, amarradito a otros espectros del mismo jaez, y sin ocultar sus aviesas
intenciones, se pavonea por esta triste España con tremenda desfachatez y
trompetería, adueñándose de carteras ministeriales, escaños parlamentarios,
cargos directivos de partidos y sindicatos, consejos de administración,
fundaciones sin fundamento, puestos de responsabilidad (para los
que no están ni medianamente preparados) de pequeñas, medianas y grandes
empresas públicas, privadas y mediopensionistas, donde sientan sus reales hasta
hundirlas en el fango.</span><br />
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span><br />
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Ya va siendo hora de
que los locos, las furcias, los ladrones y los carísimos soñadores dejen de
manejar y alterar el curso natural de nuestras vidas, y queden reducidos de una vez y para siempre
a eso que los ingleses llaman <i style="mso-bidi-font-style: normal;">lunatic
fringe</i>, ese fleco demencial, aislado y manejable que una sociedad sana es
capaz de asumir y gestionar como un mal menor.</span> </div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitDJcC_GOiUUaPybQcPPl8ojBV9LPTqUqOCNo3-aEG54syb5HeSV4MfrH93v2JjlKt8YI5QLhzxhYbucV0T31bHCFSUHoTgnt1ekjMjoS7tbHRhfBvRly1knpkJ7jAISvshIwXa2xuaAs/s1600/muerte+de+colon340.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitDJcC_GOiUUaPybQcPPl8ojBV9LPTqUqOCNo3-aEG54syb5HeSV4MfrH93v2JjlKt8YI5QLhzxhYbucV0T31bHCFSUHoTgnt1ekjMjoS7tbHRhfBvRly1knpkJ7jAISvshIwXa2xuaAs/s1600/muerte+de+colon340.jpg" height="236" width="320" /></a><o:p></o:p></span></div>
Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4883497921155292796.post-2414051766509843722014-10-08T16:00:00.000+02:002014-10-09T09:02:26.997+02:00El ébola español<div style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;">
<img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1G_jT5qZ_pKmuIPkgT-bJ-YQ6CtTmTBM1Nje4UleIpbzGrJtylN4cfJRmFgAWEXFXdXk4rW8DOPFeCR0JyNrQ5ueEC3blPm2yNQCyGlhvsMUvH3CWwZ_OBADRUE8N73hV0PLYTH3IQeA/s1600/gripe+espa%C3%B1ola.jpg" height="224" width="320" /></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 11pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">
</span><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 11pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El asunto resulta
curioso, y en principio no debería trascender su importancia más allá de la
pura anécdota. Pero está demostrado que las cosas tienden a complicarse y, en
un momento dado, gracias a un error de cálculo o a una frivolidad, adquieren unas
dimensiones insospechadas y terribles.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 11pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;"><br />
</span><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 11pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Con la Gran Guerra
dando sus últimos coletazos, se desató una epidemia de gripe que las potencias
contendientes, bastante ocupadas en destrozarse mutuamente, se encargaron de
evitar que saliera a la luz en la prensa de sus respectivos países, lógicamente
obligada a volcarse en los esfuerzos de propaganda y agitación que exige
cualquier conflicto armado de semejante envergadura. En las naciones neutrales,
y España era una de las más importantes, no se sometió a los rotativos a ningún
tipo de censura a este respecto, informando libremente, o como buenamente
podían por la dificultad de acceso a los datos de primera mano, del desarrollo
de la pandemia. Fue entonces cuando Manuel Martín Salazar, responsable de la
cosa sanitaria española entre 1909 y 1923, al ponerse en contacto (vía telefónica o telegráfica) con alguno de
sus homólogos europeos para, ¡inocente de él!, informarse de la evolución de la gripe,
les proporcionó la munición necesaria para que pudieran escurrir el bulto y librarse de toda
responsabilidad en la crisis que ya se había gestado. De modo que el azote desatado
en Europa, que pronto se extendería como la pólvora, y de cuya rápida difusión
nuestros abuelos no tuvieron ni arte ni parte, fue bautizado, gracias a la,
digamos, imprudencia de Martín Salazar, como Gripe Española.</span></span></div>
<span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 11pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 11pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;">
</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 11pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Luis S. Granjel me
comentaba hace unos años que su padre, médico por aquellos años, veía pasar los trenes que,
procedentes de Francia, transportaban a los soldados portugueses de regreso a
su país al final de la guerra. Los vagones circulaban con las puertas cerradas,
como de tapadillo, y apenas sin detenerse por el miedo al contagio. ¿Quién temía ser contagiado por quién? ¡Menudo
panorama!</span></span></div>
<span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 11pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">
</span><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 11pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">En cuanto a alarma
social y consecuencias imprevisibles por ella ocasionadas, no es muy difícil
encontrar paralelismos entre lo ocurrido alrededor de la gripe de 1919 (la mal
llamada <i style="mso-bidi-font-style: normal;">gripe española</i>) y el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">pánico </i>que ha saltado estos últimos días
en Madrid con los casos detectados de infección por el virus del ébola.</span></span></div>
<span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 11pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Por un lado, en ambas ocasiones,
una decisión equivocada, aunque cargada de buenas intenciones, tan buenas como el empedrado del Infierno (hace casi cien años, la dichosa llamada telefónica;
ahora, la repatriación de varios misioneros contagiados del virus) nos han
colocado en el punto de mira de la prensa y televisión extranjeras, aireando la
crisis sanitaria española, casi, casi tiñéndola de epidemia, con la posible
finalidad de minimizar o silenciar, o desviar la atención del, sin duda, mayor número de enfermos registrados (pero nunca confesados) en
los países de nuestro entorno.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Y por el otro, ignoro
si los responsables políticos españoles son conscientes de las repercusiones
económicas que puede provocar este señalamiento, que sin duda nos sumergirá un poquito
más en esa crisis de la que no acabamos de salir.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">De momento, todavía no
hemos bautizado al virus de marras como ébola español. Aunque puede que solo sea cuestión
de tiempo.</span></div>
<span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;">
</span></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-Co4-w1koQd5NKho2tGnOj_UcQx-bzLWY5MsYo7QZ9H0WIoeaKjCWy5B-NJZFC79cGwYSRV78ibtFEjojBjiOoUQVm3aPUheEwTtFVZ-wIkllkdYFz81XeppBxS8_Drgtvi2MTjzVgnQ/s1600/EBOLA-570.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-Co4-w1koQd5NKho2tGnOj_UcQx-bzLWY5MsYo7QZ9H0WIoeaKjCWy5B-NJZFC79cGwYSRV78ibtFEjojBjiOoUQVm3aPUheEwTtFVZ-wIkllkdYFz81XeppBxS8_Drgtvi2MTjzVgnQ/s1600/EBOLA-570.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
Nacho Díaz-Delgado Peñashttp://www.blogger.com/profile/08807529626336968520noreply@blogger.com0