domingo, 16 de octubre de 2011

Anatomía del saqueador



Los vemos pulular a nuestro alrededor y pocas veces detectamos su presencia.

Derrochan amabilidad y comprensión. A veces incluso comparten tus manías y excentricidades, tus filias y tus fobias, se compadecen de tus penalidades, y se enojan contigo ante las injusticias padecidas.

¿Cómo distinguirlos de la buena gente? Es complicado. Sus enormes dotes camaleónicas les ayudan a envolvernos: nos dicen lo que quermos oir cuando queremos oirlo y ordeñan nuestras opiniones y juicios. De sus labios nunca escucharemos algún comentario comprometido, una crítica atrevida, un pensamiento propio y original. Son como un eco que devuelve tus palabras y, además, te da una palmada en la espalda.

A mí todavía me siguen embaucando.

Pero bueno, mis escasas habilidades sociales son proverbiales y, a modo de consuelo de tontos, me digo que esa es mi manera de ser y no me creo capaz de asumir otra.

De todas formas y, como decía aquel, sin ánimo de agotar el asunto, vayan algunas características de dicho personaje:

1. Hablará mal de la gente siempre y cuando tú lo hagas. Por lo tanto, evita las críticas.

2. Es de natural chismoso, murmurador y cizañero: su poder reside en la división de los que considera sus adversarios. La información que maneja la extrae, a veces, de manera sutil

3. Procurará segar la hierba bajo tus pies. Nunca le proporciones más información que la evidente y necesaria. Tus proyectos y planes, así como tus temores y esperanzas, son solo tuyos, y a nadie más que a ti y a tus más íntimos interesan. ¿Cómo comprobarlo?: él jamás te hará partícipe de los suyos; es más, estos, por lo general, caerán sobre ti de la manera más insospechada, a veces brutal.

4. Apelan a menudo a la dignidad, al respeto (quieren decir: pleitesía) que se les debe y aseguran se les escatima. No dudarán en exigirte un apoyo incondicional a las decisiones por ellos adoptadas y que sabes de sobra son arbitrarias y, a medio plazo, contraproducentes (v. supra "sanción de la víctima").

5. Si rascas un poco su fachada, pronto verás que detrás no hay más que vacío. Su escasas/nulas competencias las compensan con el enchufismo gracias al cual están donde están: se benefician del nepotismo y lo practican con afán (necesidad de crear redes clientelares); su mala educación la disfrazan de entreguismo y seguidismo hacia quienes creen que detentan, en ese momento determinado, el poder; los éxitos que se les atribuyen jamás se deben a ellos...

6. Sobre todo, hay que extremar las precauciones en tiempos de crisis, pues es cuando se muestran más activos. Si el pastel a repartir es grande, sus pequeñas mordidas apenas se notan. Cuando este se ve reducido, su apetito parece aumentar en relación inversamente proporcional al mismo.

7. De natural mediocres y poco destacados en su ámbito profesional, necesitan verse rodeados de individuos inferiores a ellos e incapaces de hacerles sombra, con lo que la incompetencia y mala gestión de los asuntos aumentan como una bola de nieve pendiente abajo.

Muchas veces nos preguntamos: ¿qué está pasando?. ¿Cómo es posible que algo que funcionaba más o menos bien, con sus defectos, (como todo), se encuentre paralizado y agonizante en muy poco tiempo? ¿No nos hemos hartado de oir de niños que la crisis (léase: la necesidad, el hambre, la carestía...) agudizaba el ingenio? ¿Dónde se ha metido el ingenio? ¿Ocurre lo mismo en otras latitudes?...

No contábamos entonces con este personaje: el saqueador. Y con un "factor cultural" que me apunta Carmen muy oportunamente: ¿Cuáles son los modelos literarios y de civilización genuinamente españoles? El top ten lo encabezan Celestina (una alcahueta), Lazarillo (un golfete que roba a un ciego), Don Quijote (un loco con ínfulas de señorío y cordura), Juan Ruiz (un arcipreste mujeriego y bebedor).... Con estos mimbres, era muy difícil hacer otro cesto.

Con vosotros está, y no le conocéis...




2 comentarios:

Mario dijo...

¿Que no los conozco...?. Tú sabes bien que en mi caso no es así.
No tengo mas remedio (gustosamente, por supuesto), que felicitarte por tu exacta descripción de la clase de depredador que habita entre nosotros en esta nuestra "comunidad". Las imagenes que acompañan al texto no pueden ser más acertadas.Te apunto un positivo.

Carmen MdlR dijo...

Denota tu articulo ciertas nociones de orientación y supervivencia en un entorno salvaje que todo buen Scout nunca olvida.

Me vienen a la mente diversos ejemplos y sospecho que la sensación es compartida por cualquiera que lo lea. Podría dar pie a un entretenido juego en cualquier reunión social... a menos que se haya infiltrado alguno de estos personajes.

Tomo nota de tus consejos para mantenerme alerta. Muy agradecida.